"Que nunca más ocurra un Caracazo; que nunca más los Pueblos sean expropiados de su derecho a la vida"
Hugo Chávez.
La mañana del 27 de febrero de 1989, no fue una cualquiera, la tensión se apoderó de la población, muy especialmente de los excluidos de siempre, los de a pie. Quienes durante décadas soportaron las recetas hambreadoras del Fondo Monetario Internacional (FMI), llegaban al colmo con el "paquete económico", aprobado por el recién encumbrado II gobierno de Carlos Andrés Pérez. La protesta se inició en Guarenas Guatire, luego sería en los cerros de Caracas, al igual que barriadas de Maracay, Barquisimeto, Mérida y otras ciudades que en forma nunca antes vista alzaron su voz contra los aumentos de precio en todo, incidiendo en la gasolina, alimentos, teléfonos, luz, etc, etc, etc. La rebelión popular por un colectivo que entonces no tenía con qué comprar, acudió al saqueo, no solo en las grandes cadenas de supermercados, sino en abastos y bodegas víctimas de la política neoliberal. El colectivo reclamaba por el no consultado aumento generalizado.
CAP -padre político de Antonio Ledezma- iniciaba su segundo mandato mientras y desde su curul como diputado de AD por el estado Guárico, el pupilo avalaba las viles acciones del mandatario orate de rodillas ante el FMI, al implementar las medidas que según macabras recomendaciones del "Fondo para Matar Inocentes" FMI, consistían en llegar a la privatización de las principales empresas públicas, eliminación de subvenciones y protección del Estado, para fomentar la descentralización. La primera medida de aquel negro recetario económico fue el aumento del combustible, lo que desencadenó el incremento en las tarifas del transporte público. Se produjo así el despertar de un pueblo, que traía una angustia represada desde los años 70, donde los índices de pobreza crecieron de forma vertiginosa.
El silencio mediático no se hizo esperar, Gilberto Correa, secundado con la macabra marcha del canal de la colina y Eladio Lares de RCTV, ancla de los dos principales canales de televisión con rivalidad histórica, fueron los encargados de editorializar y disimular la realidad que surgía desde lo más profundo de las barriadas de Venezuela. Mientras en las calles el pueblo hambriento violentaba bodegas, abastos y supermercados para saciar el hambre impuesta con el paquetazo, la orden desde el Palacio de Miraflores, en Consejo de Ministros fue la de reprimir con la Guardia Nacional, Policía Metropolitana y Ejército, el alzamiento popular que solo reclamaba justas reivindicaciones. En paralelo a aquella orden, CAP, anunciaba en cadena de radio y televisión el "estado de emergencia" para disimular cobardemente el asesinato de miles y miles de ciudadanos y ciudadanas durante los siguientes 10 días.
El hoy detenido Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, fue relevante cómplice de aquella masacre y más adelante, en 1992, cuando fue designado Gobernador de Caracas por el mismo CAP, no vaciló en darle continuidad a las políticas implacables que ejecutó la Policía Metropolitana. Bajo la tutela de Ledezma creció la brutal represión a estudiantes, periodistas e incluso adultos mayores que reclamaban pensiones dignas. El Gobernador capitalino respaldó decretos de "Toque de Queda" y "Suspensión de Garantías Constitucionales" en las posteriores rebeliones militares del 4 de febrero y 27 de noviembre 1992
En marzo del 92, la población estudiantil salió a las calles en reclamo a la restitución de las garantías constitucionales, manifestaciones que fueron objeto de la más brutal arremetida policial. Así falleció la colega periodista María Verónica Tessari a causa de una conmoción cerebral, debido a una bomba lacrimógena lanzada por la PM y que impactó en su cabeza. Posteriormente en medio de la tensión que vivió el país durante la insurrección militar del 27 de noviembre, Ledezma, muy al estilo de aquel fatídico personaje de la dictadura "Perejimenista", Pedro Estrada, el Jefe de la Seguridad Nacional, ordenó al director del Reten Judicial de Catia, Eloy Mora, abrir las celdas para que los reclusos salieran "pacíficamente", los reos fueron víctimas de una emboscada criminal, donde el propio director acompañado por efectivos de la Guardia Nacional y Policía Metropolitana al servicio del Gobernador, acabaron con la vida de unos 200 presos. El fratricida Antonio Ledezma justificó aquel ataque, al vincularlo con la insurrección golpista y declarar públicamente que se pretendía crear un caos en Caracas y la "fuga" debía controlarse a costa de lo que fuera.
Entre las múltiples denuncias que existen contra el vampiro homicida destacan: 1-Investigación por malversación de fondos públicos durante su gestión como Alcalde del municipio Libertador; 2- El 28 de noviembre de 1996.- La Policía de Caracas, dirigida por Ledezma, reprime violentamente a trabajadores informales invidentes, personas de la tercera edad, niños, Concejales y Diputados. Como consecuencia de la acción policial resulta muerta la trabajadora Leonarda Reyes, sepultada a escondidas e ilegalmente. El crimen quedó impune. 3- Persecución política y despido injustificado de trabajadores durante su gestión como Alcalde Metropolitano; 4- Artífice junto a María Corina Machado y Julio Borges del plan golpista "La salida" para derrocar al gobierno del Pdte. Nicolás Maduro entre muchas más.
En nuestra Patria tal como lo dijo Hugo Chávez, "más nunca habrá un Caracazo; que nunca más los Pueblos sean expropiados de su derecho a la vida".