"Yo estoy en guerra", le dijo el burgués Lorenzo Mendoza a su subalterno, su lacayo, su empleado, Ricardo Hausmann, que por muchos títulos que detente, no es más que eso: un empleado de la burguesía venezolana. Luego de masajearle el ego a su subalterno (algo muy propio de los dominadores hacia sus dominados para esconder la dominación plena y hacerlos sentir libres), Mendoza coloca a Hausmann a que le rinda informes de lo que está haciendo en el imperio. Georg Lukács, lo expresaba así en su texto: Historia y Conciencia de Clase: "El capitalismo ha producido… una estructura formalmente para toda esa sociedad. Y esa estructura unitaria se manifiesta en el hecho de que los problemas de conciencia del trabajo asalariado se repiten en la clase dominante, refinados, sin duda, espiritualizados, pero precisamente por eso también agudizados. El "virtuoso" especialista, el vendedor de sus capacidades objetivas y cosificadas, no sólo es espectador del acaecer social sino que se sume en una actitud contemplativa respecto del funcionamiento de sus propias capacidades objetivas y cosificadas. Hausmann es eso: el vendedor de capacidades objetivas y cosificadas, pero no va más allá de ser un proletario intelectual, por muchos dólares que le paguen. Y el burgués Mendoza compra esas capacidades, a la vez que asume que está en guerra. En guerra contra el proceso de transformaciones que se desarrolla en la Venezuela bolivariana.
El audio transmitido recientemente por el gobierno bolivariano devela la verdadera faz de quienes a veces se promocionan como defensores de la venezolanidad y simplemente están en realidad defendiendo sus intereses de clase. La burguesía todo lo ve como una mercancía que compra y vende para obtener ganancias. Hausmann es una mercancía profesional que tiene un precio: el que le otorga Lorenzo Mendoza como el burgués dueño de los medios de producción.
Ahora, el pueblo venezolano debe tomar conciencia real de lo que está en juego en Venezuela, en América Latina, y como llegó a visualizar Chávez, en el ámbito mundial. Los intereses de clase, la guerra de clases sociales, se visualiza claramente en el audio difundido y que debe servir para el alerta del pueblo y la conciencia acerca de la lucha de clases que se libra en la actualidad en Venezuela.
La lucha de clases no es un juego de virtualidades, de eso que llaman el mundo 2.0 (que es importante, pero no vital), sino en las realidades económicas, políticas, sociales, culturales, mediáticas y psicológicas. Es lo que se evidencia con lo que conversan como si fuese algo natural (que lo es para ellos) Mendoza y Hausmann. Ya lo decía Clausewitz en su concepción de la guerra: "Al hablar de destrucción de fuerzas enemigas hemos de observar que nada nos obliga a limitar este concepto simplemente a las fuerzas físicas, sino que por el contrario, deben comprenderse en ellas, necesariamente, las morales".
Es lo que se intenta hacer en Venezuela: acaparar productos, generar desabastecimiento y escasez, incrementan los precios vía especulación, se genera un incremento de las necesidades del pueblo y la desesperación por lograr encontrar los productos, aparece el fenómeno del "bachaqueo", como producto de las necesidades del pueblo, del impulso del individualismo, para en última instancia, generar una reacción popular contra el gobierno y destrozar los resortes morales del pueblo que se viene formando en revolución.
A eso se refiere Clausewitz, la destrucción, no sólo de las fuerzas físicas del enemigo, sino de sus fuerzas morales. Eso lo está aplicando la burguesía venezolana y el pueblo formado, organizado, la vanguardia política revolucionaria debe entenderlo a cabalidad para dar respuestas adecuadas, tanto en lo coyuntural, como en lo estructural.
De allí la importancia de analizar con nuevos esquemas lo que ocurre en Venezuela, tal como lo plantea Ramón Grosfoguel en la conferencia a los estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela. (http://www.aporrea.org/ideologia/n279372.html)
