Confieso que una de las cosas que más me llamó la atención en el corto trayecto de la campaña electoral parlamentaria, fue haber oído la frase "Volver a Chávez", que fue expuesta por Zuleika Matamoros. Era una frase perfecta, plasmada en el marco de una situación electoral, que se suponía reñida.
Ya conocido los resultados del 6-D, la frase cobra mayor sentido de oportunidad y vigencia. Se ve claro, que es una oportunidad para volver a Chávez. El dilema en esta hipotética situación, viene porque debe decidirse, según mi opinión a cuál Chávez necesitamos volver. Fue tan corta e intensa su vida política después del 1998, que se necesita ser muy preciso, en esa elección. Es posible, porque esa fue la chispa que encendió la pradera, que muchos y muchas estén pensando que debe volverse al Chávez del "por ahora".
Pienso que a ese Chávez no hay que volver porque ese fue un Chávez irrumpiendo en la política y asumiendo, frente a una situación adversa, la responsabilidad de un fracaso aparente. El "Por ahora" llegó. Ese "por ahora", se hizo posible luego en 1998.
Otros y otras, podrían apostar por el Chávez del 13 y 14-Abril. No creo que ese sea el Chávez que necesitemos ahora, porque ese Chávez no se percató de la oportunidad que tuvo en la manos y en la política, las oportunidades son un balance social (clasista) favorable para disminuir en todo lo que fuese posible al adversario, que ya sabíamos de lo que era capaz. Ese Chávez, se nos apareció como cura en un confesionario repartiendo perdón y perdón.
Ese Chávez está descartado porque no estamos en otra situación. El 13 y 14 de Abril se tuvo toda la fuerza del soberano y nos metimos en un confesionario a repartir perdón. Hubo un Chávez inquieto, reclamando e ideando cosas y vino el Chávez de los "gabinetes móviles", que es una versión de lo que conocemos hoy como "gobierno de calle". A ese Chávez, le cayeron a mentira con unos "proyectos", que muchos o casi todos terminaron en casi nada. Ese fue un Chávez que comenzó a confiar demasiado y ahí muchas personas sintieron que comenzaba una oportunidad y la aprovecharon para sus intereses. Ese Chávez del Gabinete móvil fue como muy ingenuo y permitió que con muchos recursos, quedaran por ahí "proyectos" abandonados, porque efectivamente no hubo proyectos, pero hubo obras físicas y compra de cosas que luego no se utilizaron. Cosas (contratos) sin alma y corazón y menos sin punto y circulo.
Hubo un Chávez, que en un momento resolvió una importante ecuación y despejó dos factores: Principio y Amistad. Apostó por el principio. No sé cuánto tiempo duro ese Chávez. Tal vez ese Chávez fue muy efímero, pero a ese Chávez si hay la necesidad de volver y con urgencia.
Vimos o conocimos un Chávez, soñando en el 2012 por un Programa Patria. Tengo la percepción que este Chávez se perdió en una selva de objetivos (más de 600) entre históricos, nacionales, generales y estratégicos. Muchos sueños para la necesidad que teníamos y que ya se había plasmado en el Proyecto Nacional Simón Bolívar con sus líneas, que muchas de ellas no se iniciaron.
Antes, conocimos un Chávez pidiendo Revisión y rectificación y quedó solo. No hubo nada. Luego lo vimos en su última campaña proponiendo "Eficiencia o Nada". A ese Chávez, también necesitamos volver y con mucha urgencia. Ese mismo Chávez, lo vimos en Golpe de Timón y es el Chávez al que debemos volver.