Hugo Chávez o de sus "hijos cocosos"

"Cayó el ángel, cayó el alma del hombre, y con su caída indicaron la abismal hondura en que habrían ido a dar las criaturas…".

(San Agustín, traducción 1999, Confesiones. Ediciones San Pablo. Caracas. P. 478).

Allá en mi pueblo, el querido caserío El Hato de Baragua, donde no he vuelto más pero que por mis hermanos/as me llegan noticias de que por una horrenda sequía que aqueja a todo el semiárido larense se les están muriendo todos sus animalitos: cabras, vacas y ovejos, a tal punto que hacen llorar a los pobladores y constantemente elevan a Dios sus plegarias, rogativas e interpelan hasta con rabia en la mirada a la naturaleza inclemente, pues si ya son pobres, ahora ante la pérdida de sus animales están más pobres aún. Pero me cuenta también mi hermana Carlita que por diciembre de 2015, el PSUV o lo hace sus veces por esos mundos de Dios se entregaron a repartir unas bolsas de comida.

Pero, ay, solo entregaron la comida a las familias que respaldan a la cada vez más vapuleada "Revolución Bolivariana", (pelucones, gorgojos y demás corruptos rojos, mediante), eso también me lo confirmó un coterráneo a quien saludé en una cola tan común hoy día, que habla con la espontaneidad típica del hombre del campo:

"Pues, sí primo. Eso pasó allá. El PSUV entregó una bolsa de comida únicamente a cabezas de familia comprometidos con el proyecto revolucionario, dejando con los ojos blancos y sin vista, precisamente a los blancos y verdes. Aquello fue una vaina rara, primo, nunca vista antes. Sólo que como allá todos nos conocemos o somos familia también ayudamos a quienes no les dieron esos productos, para que todos tuviéramos algo, pues. Nunca habíamos visto una loquera como esa e hizo que la gente se doliera e indignara tremendamente. Esos "hijos" de Chávez como que le salieron cocosos… O sea, unos frutos que los gusanos les han comido el corazón, o les han caído gorogojos, esos bichos que se han vuelto tan famosos".

Eso fue estos días atrás y lo recuerdo esta noche con un desasosiego y arrechera pastosa pergeño las notas que se leen, a tres años de la muerte del comandante Chávez, responsable del proceso de reorganización del Estado venezolano que desató las costuras, siempre mal hechas de la formación del pueblo venezolano y rompió los nudos precarios de su institucionalidad; en que la cuerda reventaba siempre por lo más delgado. Quiso fortalecer con ciertas políticas públicas a los sectores más vulnerables socialmente, les encendió la conciencia, no sabe ya cuantos han pasado de la conciencia ingenua, a la conciencia crítica; y de allí a la organización y movilización o a la participación popular, pero como la maraña del aparato productivo en Venezuela es tal, con los monopolios y el paterrolismo del empresariado hizo que en trece años se alterara todo, se puso todo patas arriba; cayó el ángel que fue Chávez y hemos caído como en un abismo espantoso.

"Además, sigue mi coterráneo, de que sus hijos políticos no dan pie con bola. Los que ahora mandan, pues, o que tienen puestos de liderazgo formal, (planificadores, encargados de la organización, control, ejecución, supervisión y retroalimentación, digámoslo así) se han distraído y perdido el foco.

¡Qué desgracia!, ahora se han visto obligados a aplicar un vulgar "paquetazo" cuasi neoliberal, ni más ni menos; sólo que con algunas medidas de asistencia social, variables que el famoso CAP II, de mala comparación, no tomó en cuenta entonces y le reventó en las manos el triquitraqui".

Habrá que tener mucha fortaleza para resistir como revolucionarios, le digo, además de que en forma progresiva la actual dirigencia del PSUV, sectaria y tarambana como son la mayoría, tendrán que ser sustituidos por la vocería del pueblo mismo, en cuya intuición confiaba Bolívar; así como tendrán que ser sustituidos en los puestos fundamentales del gobierno bolivariano muchos jefes, algunos de los cuales ya están presos por la Operación Ataque al Gorgojo. Aunque según el referido coterráneo mío, textualmente: "algunos gorgojos siguen sentados ahí en el gabinete de Maduro, gente cercana, pues, pero él se hace el pendejuano, hablando puro gamelote, pero no actúa radicalmente", lo dijo él y yo le prometí escribirlo tal cual.

"A tres años de la muerte de Chávez nuestra tristeza es cada vez mayor, vamos como escribió alguien por ahí, de mal en peor, presidente Maduro; aunque él no lee estas vainas hay que decirlas. Supuestas medidas van y medidas vienen pero resulta que el pueblo, los pendejos, pues, estamos sufriendo cada vez más".

Nos preguntamos acerca de cuál será el horizonte de futuro para Venezuela y esperemos que los supuestos 14 motores de la productividad se activen realmente, que los ladrones con gorra roja no se roben esos recursos, como pasó antes; ya que muchos se aprovecharon de la ingenuidad del comandante Chávez.

Por cierto, esto de los motores productivos me hace recordar un chiste de Fernando Savater en su libro "Ética para Amador", la de un instructor de vuelo que le pregunta a su alumno acerca de qué hace si una tormenta le daña el primer motor del avión y este le responde que prendería su otro motor; y así sigue la cosa por unas cuatro veces, hasta el instructor repregunta: "Mire joven, ¿y se puede saber de dónde saca Ud., tantos motores?", a lo que el alumno contesta: "Pues, mire Prof., del mismo sitio de donde Ud., saca tantas tormentas"…

¿Saldrá Venezuela de esta tormenta con los motores anunciados? ¿Responderá a todo esto la sociedad venezolana? ¿O seguirá el problema de la integración y disgregación que, según Vallenilla Lanz, es una tendencia en las sociedades inmaduras, de relaciones primarias, caudillismo, compadrazgo y una institucionalidad precaria? En una de esa "propagandas chatarra" (Vanessa Davies, dixit) de VTV una señora asegura que todos confiamos en el presidente Maduro para salir de esta crisis, pero uno que está en la calle haciendo colas y compartiendo con la gente no tiene esa misma percepción, siente más bien desesperanza y estos hijos cocosos de Chávez no siembran en la gente mayores ilusiones.

Habrá que comenzar un nuevo ciclo revolucionario, con nuevos líderes, eso sí, sin negociar con la derecha, que es lo han hecho y hacen ahora los de la derecha endógena del PSUV o no sé si es que eso es la única salida. En Venezuela se acabó lo que se daba, solo Hugo Chávez inspiraba, los demás no son sino una punta de tipos lamentables que poco a poco van entregando la revolución a la derecha, además esa categoría sociológica llamada pueblo que es tan maleable la están matando por el estómago, pues, contrario a lo que anunciara Jacqueline Farías ninguna cola es sabrosa.

 

 

 

 



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Luis Saavedra

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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