Para Google, de un plumazo ya Palestina no existe

La reciente sustitución del mapa de Palestina por el mapa de Israel, por parte de Google, forma parte de un nuevo escenario de confrontación política internacional que crea un precedente nunca antes visto en la historia diplomática mundial, y que se inserta en las nuevas estrategias de la propaganda digital. Bien lo dice Noam Chomsky, "La propaganda es para la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario".

Ya el debate sobre la existencia o no de una nación o su representación jurídica (Estado) no se está dando en los escenarios de discusión multilateral como la ONU, sino que toma como mesa de discusión o mesa de imposición al ciberespacio, a la superautopista de la información.

Esta situación se torna en un franco irrespeto al sistema jurídico internacional y debe llamar a reflexionar sobre las normativas que deban discutirse para que situaciones de este tipo no vuelvan a repetirse, ya que vulneran principios elementales de una nación que tiene identidad, idiosincrasia, cultura milenaria, su propio idioma.

Esto representa -una vez más- un grave peligro para aquellos desprevenidos, acostumbrados a atribuirle absoluta credibilidad a las redes sociales y a todos los navegadores de internet, obviando las fuentes originales, ignorando el de dónde vino lo que se dijo, quién lo dijo originalmente, y por qué lo dijo.

La credibilidad y veracidad es un poder que atribuye el observador basado en sus creencias de la infalibilidad sobre un medio o personaje. Esta calificación puede llevar a que el receptor de un mensaje crea firmemente que el contenido es verdadero, aunque el emisor esté diciendo una gran mentira.

El problema es que los medios digitales, el ciberespacio, tienen una forma de presentar los contenidos de los mensajes que no invitan a la duda, a menos que la persona esté ampliamente informada sobre los temas que se le presentan. Pero todos los seres humanos somos susceptibles de creer mentiras informáticas como si fuesen verdades, porque observar las páginas web y los hipertextos eluden las racionalizaciones, las reflexiones y nos conducen ineludiblemente al dogma de fe de la asepsia tecnológica.

Esto se suma a que cada vez más el copi-pega se convierte en la principal herramienta metodológica de investigación promovida por profesores universitarios mediocres y asumida por estudiantes universitarios que se adentran en la mediocridad.

El profesor ordena: "bachilleres para la próxima clase investiguen sobre los países que conforman el Medio Oriente".

Llega el día y todos los muchachos alzan la mano, porque eso sí que logran las redes e internet, democratizan y homogenizan la ignorancia, Y el muchacho escogido nombra, todos los países del medio oriente sin Palestina.

Al docente le asalta lo que llamó Descartes la "duda metódica". El profesor que alguna vez oyó hablar de Palestina, que un tal Jesús de Nazareth nació en un reino llamado Palestina, que era gobernado por un tal Herodes El Grande; que a una tal María la llamaban la rosa de Palestina; recordó poetas como: Mahmud Darwish, Yabra Ibrahim Yabra, Fadwa Tuqan; pintores como: Ibrahim Ghannam, Jumana El Husseini, Sliman Mansour, Ismail Shammout; músicos como: Ismail Shammout, Edward Said, Ibrahim Souss, Le Trio Joubran.¿Y qué decir de Yasir Arafat Premio Nobel de la Paz 1994 y presidente de la Organización para la Liberación de Palestina y de la Autoridad Nacional Palestina? Ya no existen, se esfumaron.

El pedagogo entonces se permite dudar y le pregunta al muchacho: "¿Y Palestina?

Y el muchacho, extrañado por la pregunta que considerará insólita, risible y hasta anticuada, le responderá: "Ese país no existe profe".

"¿Y quién te dijo eso?

"Me lo dijo Google, profe"

Recobrando así de manera vergonzosa, fuerza y severidad ese eslogan de PROPAGANDA que dice "Si no está en Google, no existe".

"El cuadro del mundo que se le presenta a la gente no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda enterrada bajo montañas de mentiras"   NOAM CHOMSKY

Palestina somos todos los pueblos del mundo que apostamos a la paz, a la justicia, a la libertad.

Tendrán que borrarnos a todos los Estados del mundo, para que nos olvidemos de la Palestina noble, la Palestina valiente, la Palestina cuna de la historia más hermosa de un pueblo en resistencia. Y querrán que olvidemos la Palestina ultrajada, bombardeada, vilipendiada, desasistida hasta por sus vecinos, asediada por otros tantos de ellos.

Palestina existe hoy y siempre, pésele a quien le pese!!!

Virginia King

virginiakingmarnez@gmail.com



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Virginia King


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