En el argot popular "el legado" se refiere a lo que alguien dejó luego de haber partido quien sabe a dónde, pero que en el cristianismo se ha establecido la IDEA de que partimos hacia la eternidad prometida por el Padre creador. En nuestra cultura Venezolana, llena de realidades y de vivir el presente, no es muy frecuente pensar en legados, a no ser que este sea material, es decir, casas e inmuebles o una cuenta en el banco. Y no es muy frecuente (o mejor dicho, no era) pensar en los legados o herencias que nuestros héroes nos dejaron precisamente porque se trata de valores esenciales para la vida democrática, en paz, en libertad, en plena soberanía.
Desde la irrupción del presidente eterno Chávez, entonces empezamos a pensar (siempre de la mano del comandante) en el regalo hermoso o la herencia valiosa que nos dejó el Libertador cual es el amor por la Libertad. Nadie luchó tanto por dejar sembrado en nuestros corazones el amor por la Patria, el amor por la independencia, el amor por la convivencia entre los pueblos Latinoamericanos, que el Padre Libertador. Después de aquel fatídico 1830, muchos compatriotas quienes se habían opuesto a la integración latinoamericana y quienes querían vivir subyugados al imperio español, empezaron con ahínco a destruir el legado de Bolívar, su memoria, su recuerdo, su impronta.
No lo sabíamos. Nos lo ocultaron en nuestros Liceos, con la complicidad por inacción de nuestros maestros y profesores. Pero llegó el comandante Chávez y revivió, remozó, restituyó, la idea libertaria e independentista del Libertador. Y nos mostró al Bolívar Libertador, luchador, preocupado por la suerte de los pueblos latinoamericanos; al Bolívar traicionado y expulsado de su patria; al Bolívar constante hasta la terquedad.
No fue sino en el año 2002 cuando vimos sorprendidos que unos compatriotas lograron dar la estocada final al Libertador al tirar el cuadro que estaba en palacio en el baño o detrás de la poceta, con la idea de desterrar la locura de Chávez de volver con la idea (al igual que Bolívar) de deslastrarnos de la subyugación imperial norteamericana.
Pocos dejamos un legado, y peor aún, pocos dejamos algo para siquiera recordarnos. Bolívar, Miranda, Sucre, Bello, Simón Rodríguez, Uslar Pietri, Gallegos, y más recientemente Chávez, son algunos de los nombres que sin lugar a dudas han dejado una herencia o un legado para todos los Venezolanos, y en alguno de los casos, para toda Latinoamérica e inclusive todo el planeta. Y todos ellos no dejaron riquezas, ni joyas, ni cuentas en paraísos fiscales. Solo dejaron VALORES, MODOS DE ACTUAR, MODELOS DE VIDA.
Durante estos años de Revolución se intentó de todo para derrocar al Presidente Chávez, destruirlo físicamente y moralmente. Una vez fallecido, entonces se intentó destruir su obra, sus enseñanzas, su legado. Se olvidó. Algunos opositores empezaron a alabarlo, comparándolo con Nicolás Maduro. Inclusive vimos letreros en Ejido, Mérida, que decían "Chavez nos amó. Maduro nos mintió." Recientemente se ha renovado la idea de destruir el legado del Presidente Eterno, y así destruir al Presidente Maduro. Porque no se trata de destruir a un hombre sino se trata de destruir las ideas de una revolución que ha puesto al hombre de primero, que ha puesto a la independencia de primero, que ha puesto a la soberanía de primero, y que ha puesto a la LIBERTAD de primerito, que ha redistribuido el ingreso por petróleo, que ha reivindicado a la mujer, que ha respetado a los estudiantes con los cupos universitarios y las becas estudiantiles, que ha honrado a los pensionados y jubilados quienes dejaron de enfrentarse a la Ballena de Ledezma, que ha realzado el Deporte con la Generación de Oro, que ha alfabetizado a la Patria, que ha reducido el desempleo a cifras de un solo digito, que ha brindado hábitat a 1.000,200 familias, que ha democratizado la tecnología, que ha acercado a la salud al pueblo con la Misión Barrio Adentro, que ha abierto los ojos de la patria.
Eso es lo que trata de hacer el Artículo de opinión de un querido compatriota publicado en Facebook, con el sugestivo título de "Si Chávez viviera." Artículo que prácticamente exonera a Maduro de alguna culpa (si es que la tiene, aunque yo mantengo lo de la Guerra Económica implementada por el imperio y que ha sido asignada a los empresarios Venezolanos) y la traslada toda completica a las políticas implementadas por el Comandante Eterno en sus trece años de gobierno democrático, realmente democrático participativo y protagónico.
Lo cierto es que él al igual que yo, moriremos algún día y seremos recordados por lo que hicimos, por nuestro legado. Lo terrible es pensar que al cabo de unos meses ya nadie se acordará de ninguno de los dos, a no ser por nuestros seres queridos más cercanos, mucho más cercanos. Mientras que el comandante eterno vivirá por siempre vivo en muchos corazones de millones de venezolanos, de millones de latinoamericanos, de millones de habitantes de todo el planeta. Porque lo cierto es que a Chávez lo recuerdan hasta en Namibia, en España, en Rusia, en Chicago, porque su legado está vivo.
Lo de ahora, amigo Néstor, no es culpa de Chávez ni de Maduro, y por supuesto no es su culpa ni la mía. Es culpa de una oposición que se planteó o le plantearon que la única forma de llegar al poder es por la vía de "sacar" de un tajo del corazón de los Venezolanos a las ideas de Chávez y entonces se plantearon Golpe de Estado, Saboteo Petrolero, Guarimbas, La Salida, el desconocimiento de los resultados electorales, y en estos últimos tres años Guerra al estómago del Venezolano con el desabastecimiento, la especulación y el bachaqueo
Así no llegaran al poder. El pueblo seguirá dándoles duro.
Profesor.