¿Y la Soberanía qué?

 

Solo con indignación puedo escribir en estos momentos, ante la grave situación que se presenta ante nosotros. El Arco Minero es la culminación de un proceso nefasto de oprobio que sufre nuestro país.

 

Mientras millones de venezolanos pasamos hambre, apenas subsistimos con la poca comida que conseguimos, y que alcanzamos a comprar, ante un grave cuadro de escases de medicina. El gobierno nacional ha firmado bajo el absoluto secreto, contratos lesivos a la soberanía y los intereses nacionales, que en los medios internacionales son de dominio público.

 

El contrato con la Gold Reserve, que parce ser modelo de los otros contratos con las más de 150 empresas desconocidas hasta el momento, más allá de la CAMINPEG (de los militares), y la Halliburton (socia principal de ISIS), posee elementos que escandalizan hasta el más conservador de los venezolanos.

 

El punto más controvertido es el acuerdo del pago de indemnización a la Gold Reserve, para que esta ejecute sus operaciones en Venezuela. Un monto que asciende a los 769 millones de US $ y que deben ser pagados en dos cuotas antes del 31 de Diciembre del 2016. En un país sin medicinas y con gente pasando hambre, donde vamos a sacar esa cantidad de dinero para pagarle a una empresa para que venga a explotar nuestros recursos minerales. Una empresa a la cual se le debe pagar esos dineros, a causa de una demanda introducida en el CIADI, luego de que el presidente Hugo Chávez los expulsara del país por sus operaciones lesivas a los intereses ecológicos del país.


Otro elemento relacionado con el pago de la deuda por indemnización, que irresponsablemente nos comprometemos a pagar en medio de una dura carestía, es el acuerdo de preferencia ante cualquier otro acreedor, que poseerá la Gold Reserve. Es decir el gobierno desviara los recursos para cancelar esta deuda, antes de cancelar otras deudas, tengan o no que ver con comida o medicamentos, necesarias estas para el suministro de dichos insumos.

 

Rabia es la única palabra que puede describir lo que siento en estos momentos, a riesgo de contaminar este comunicado. Pero cómo no se puede uno sentir airado ante semejante situación. 
 

Si bien es importante y necesario para evitar este tipo de situaciones una salida urgente del gobierno, no podemos obviar estas situaciones que implican su efectiva ejecución antes de un cambio de dirección política, por cualquier medio previsto. 
 

El Arco Minero del Orinoco no es un tema que debe ser descuidado, menos de la forma en que lo está haciendo la Asamblea Nacional, quien tiene el deber de aprobar o improbar los contratos de interés públicos, que bajo otro nombre, el gobierno está ejecutando con sospechoso secreto sumarial.

 

Solo en la época de Juan Vicente Gómez se observaban contratos de este tipo, incluso hasta más serviles diría yo que los elaborados en esos tiempos con las petroleras. Un acuerdo en el marco de este contrato, obliga a Venezuela a pagar 240 millones de US $ por la adquisición de la información de los datos mineros de la zona. Es decir Venezuela para saber cuántas son sus reservas probadas, probables y demás deberá pagar una millonaria suma. Y las empresas del estado como Minerven, acaso no tienen esos datos o no pueden levantarlos sin tener que pagar semejante suma, en momentos tan difíciles para la nación.

 

Si completamos esta información con la existencia de una clausula que permite mantener los ingresos de exportación en cuentas offshore en US $, a lo cual cabe preguntarse cuáles serán los controles que tendrán esas cuentas en los paraísos fiscales, o en que beneficiaran las operaciones mineras si los dineros no entraran al país.

 

Podemos seguir exponiendo otras clausulas en este acuerdo infame y desgraciado para la nación, pero se haría muy extenso el texto. Ante semejante muestra de iniquidad por parte de quienes nos gobiernan y el silencio infame de una Asamblea Nacional distraída en un juego eterno de conflicto de intereses cupulares, cabe preguntarse ¿y la soberanía nacional dónde ha quedado? ¿A quiénes benefician estos proyectos mineros, al pueblo o las mafias gobernantes?

 

No es un llamado a desestimar la lucha que se lleva a cabo por salir del gobierno, hecho que es fundamental para corregir los nefastos pasos que da el país en todo sentido, pero si a no concentrarse solo en un tema de difícil resolución, teniendo otros asuntos urgentes que atender. 
 

Es la comida de todos o el oro para unos pocos, lo que está en juego en primera instancia. Sin profundizar en los enormes daños ambientales, sociales y de salud que generaran estas explotaciones indiscriminadas, los cuales serán señalados en otra oportunidad.

 

El Arco Minero es un tema fundamental que debe ser puesto en la opinión pública de inmediato, y luchar con todos los mecanismos posibles para frenar la rapiña que se nos avecina, junto a sus nefastas consecuencias.



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