TODO EL PODER AL PSUV pareciera ser la conclusión de una línea estratégica que se trazó su Dirección Nacional, quizá sirvió como ejemplo lo que hizo Jaime Lusinchi cuando se llevó a todos sus secretarios generales a las gobernaciones de todos los estados, habida cuenta de que para la época los gobernadores eran nombrados desde Miraflores y desde el bunker de Luis Alfaro Ucero. Los adecos designaban jueces, fiscales, miembros de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo Nacional Electoral, de los altos mandos militares, candidatos a diputados, a jefes policiales y ordenaban liquidar a dirigentes que les molestara. Con el nombramiento de varios de sus dirigentes políticos a las diferentes carteras ministeriales pareciera que ha habido una reconducción de la línea estratégica del Gobierno-Partido fusionando ambos en una sola estructura, en este caso la gubernamental. Ya no hay dirigente que esté fuera del gobierno salvo Diosdado, por razones obvias y Rodríguez para seguir manejando las relaciones políticas desde la extinta Asamblea Nacional. La discusión de las estrategias han dejado huellas de resquebrajamiento ya que el ahora exgobernador de Sucre, Luis Acuña, no estuvo de acuerdo que le impusieran a un cuadro del Partido como su Secretario General de Gobierno y prefirió dimitir, con lo que se ganó el calificativo de "traidor", y en el acto de masas para presentar al gobernador designado, ni el Vice-Presidente Ejecutivo Tarek el Aissami ni el Presidente Maduro mencionaron el nombre de Luis Acuña, es decir, cayó el alto grado de desgracia para el gobierno. Al parecer la "purga" dentro del Gobierno-Partido continúa (en lo sucesivo sólo Gobierno, ya que el Gobierno se chupó al Partido), pues varios gobernadores están en la lista roja, con sustitutos nombrados y recibiendo línea de Miraflores. El resultado es sencillo de diagnosticar, Nicolás se alzó con el Partido. Ahora bien, la mayoría de este nuevo equipo viene de abajo en lo personal- social, pudieran ser capaces de tener voz propia en las reuniones de gabinete y expresar con voz propia sus vivencias en tanto que ciudadanos comunes, para sensibilizar sobre la intensidad de la crisis social que vive nuestro pueblo; del rechazo que tiene el pueblo-pueblo sobre la actual gestión; de la escases de todo cuanto necesitamos; de la grosera inflación y pare usted de contar. Rememorando a El Quijote quien le decía a su carnal Sancho "Donde veas la vaquilla, tírale la soguilla", me pregunto, será el PSUV esa vaquilla quien vendrá con la fórmula mágica para salvar al gobierno o formarán parte de la tripulación Titanic del cual eufemísticamente nos escribía Luis Britto. Acaso entiende esta dirigencia que la época en que vivimos, la cual es, según Néstor Kohan la de "una transición incierta del capitalismo imperialista en crisis aguda a una forma social aún más brutal, feroz, cruel y despiadada del mismo sistema mundial capitalista en la cual se han fracturado las barreras sociales que encarrilaban e institucionalizaban los poderes destructores del capital", es decir, no es como para arrojar el sombrero al aire lo que nos espera y el gobierno con sus desaciertos nos está arrojando a esa crueldad lejos de buscar los caminos ciertos del y democráticos del Socialismo. Acierta Kohan, ya que el futuro, ahora con Tromp, o igual con cualquier otro, es desgarrador, y si no se cuenta con un apoyo decidido del pueblo, como en efecto no se cuenta, entonces el futuro, si se quisieran imponer agendas anti-democráticas, sería perverso y de corta duración, eso debe comprenderlo, en la etapa PSUV, su dirigencia, lo demás es seguir en contravía. Lo prudente es recomponer a la sociedad venezolana, unirla, comprenderla, sentir sus penurias, abatir la pobreza sin necesidad de lanzar a otros sectores sociales hacia ella. Entender que el camino que tomó la revolución bolivariana fue el electoral, democrático, participativo, ahora no se puede torcer, entonces, las vías democráticas de participación no se deben obstruir. Esa recomposición si se construye con cuadros revolucionarios debe entender que sin pueblo no hay paraíso y que lo revolucionario es ir tras él, convencerlo y la fórmula es sencilla, haciendo un buen gobierno. El liderazgo no se decreta, se alcanza, se construye con sabiduría, mística, poder de persuasión, pasión y mucha ética. Entiendo que el PSUV está echando el resto, ojalá y sirva para rectificar porque así como van ¡NO ES!