Existe la expectativa de que el gobierno finalmente entendió las bondades de discutir, y de allí su rara convocatoria a la Constituyente. Sin embargo, hay muchas reservas con la vocación deliberativa del gobierno, y existen dudas de cómo un gobierno que no discute en su partido puede abrir una discusión en una constituyente.
Bien podría el gobierno comenzar a rescatar credibilidad con la discusión en su propio partido. Si el PSUV va a la Constituyente nariceado, sin saber a qué va, sólo comiendo línea de arriba, mal augurio tiene ese evento y oscuro futuro el partido, que seguirá diluyéndose, seguirá reducido al papel de ovacionar.
La discusión es imprescindible en estos momentos difíciles creados en gran medida por la falta del cuerpo a cuerpo de las opiniones diferentes. Sería bueno que la alta dirección del PSUV abriera una discusión sobre los puntos que siguen pendientes.
Algunos serían:
1.- El magnicidio del Comandante Chávez, que hasta ahora el gobierno no ha querido ventilar. Primero se hicieron los sordos, no reconocían el asesinato. Después lo reconocieron pero no quisieron ir al fondo. Y finalmente, luego de acallar la recolección de firmas que pedían investigación, inventaron una comisión secreta que investigaría el crimen político, así dieron por cancelado el punto. Error inmenso, el asesinato de Chávez es el hecho político donde se origina todo este desastre. Ya es hora de que el PSUV se enfrente a esta discusión política trascendental. ¿Quién, cuál clase social lo asesina, por qué, para impulsar qué, para guillotinar la posibilidad de qué?
2.- Discutir el Plan de la Patria, por qué ahora se habla de un nuevo modelo, compararlo con las acciones del gobierno. ¿Fue falsificado? El Socialismo sigue siendo el modelo, cómo es ese Socialismo Quedó en pura retórica, cuál es su fundamento económico, cuál es su fundamento espiritual, cuál conciencia debe formar. Hacer un balance de lo construido hasta ahora, más allá de lo asistencial.
3.- La participación de los capitalistas en la economía, en los motores. La participación de las trasnacionales en la Faja del Orinoco, en el Arco Minero. ¿Los capitalistas pueden ayudar a construir Socialismo, o son parte de las armas melladas que hablaba el Che?
Estos son algunos puntos, hay muchos más. El PSUV saldría fortalecido de esta discusión, sería verdaderamente el partido que Chávez formó: vanguardia, ejemplo, motor de la Revolución, se negaría a ser un mero instrumento, una tarjeta electoral. Se derrotaría la tendencia anarcoides que desprecia a la organización política, no pierde oportunidad para sabotearla y boicotear a la Revolución.
Si esa discusión se hace, sería el primer paso para armar a los revolucionarios con ideas, argumentos para hacer de la Constituyente un evento Socialista y no un acomodo del capitalismo, una dejación definitiva del pensamiento chavista.
Sabemos que hay dificultades para discutir, que cualquier discrepancia es calificada de "agente de la cia", que se persigue al pensamiento crítico. Sabemos que la lealtad se ha confundido con sumisión, que no hay costumbre de deliberar. Sin embargo tenemos esperanzas de que la alta dirigencia despierte y cumpla su papel de herederos del pensamiento de Chávez, se eleven dignos herederos de esa hazaña política.