En medio de la agresión más salvaje en contra de Venezuela, que haya dirigido el imperialismo en toda la historia capitalista, el pueblo trabajador venezolano va a salir a votar en masa por los candidatos a la constituyente.
El voto, más que la manifestación constitucional ciudadana de cada venezolano o venezolana, es un compromiso para asegurar la paz, la soberanía y la independencia de nuestro país.
La reforma, o la nueva constitución, deben promulgar las leyes necesarias para sacar a Venezuela de la profunda crisis política en la que nos sumergió la indiferencia y la estupidez de no poner en práctica, los últimos 3 años, la carta fundamental de 1999.
La concepción de las leyes debe ampliarse, hasta la sanción de los propios ciudadanos, por no hacer valer sus derechos y deberes consagrados en nuestra carta magna.
La crítica, y la autocrítica son un ejercicio indispensable de la condición ciudadana, con apego a las leyes, la seguridad y defensa de la nación, la independencia, y la autodeterminación de nuestra soberanía.
Ante una oposición terrorista, que ha asesinado a más de 100 compatriotas, mediante los métodos más bestiales, desvinculada ya de la noción de independencia de Venezuela en favor de las pretensiones fascistas del imperialismo, con arreglo al apego de sus intereses mezquinos e individualistas, nuestro pueblo soberano tiene el deber supremo de asegurar la paz, y el establecimiento de una economía política que favorezca a las grandes mayorías, entre la cual está la clase obrera, sufriendo en gran medida el empobrecimiento general de su calidad de vida a consecuencia dela dictadura capitalista con su liberación de precios, sus guarimbas, su desconocimiento del gobierno constitucional que encabeza Nicolás Maduro Moros, y su traición frente a la amenaza de invasión del imperialismo a nuestro territorio.
Venezuela cuenta con la solidaridad de todas las fuerzas progresistas del mundo, ante esta grave amenaza del imperialismo, a través de la vocería del señor Donald Trump, miembro del Ku Klux Klan, y representante del Club Bilderberg, que ha proclamado su necesidad de controlar la producción y la distribución de los alimentos, implosionando la economía global, y sobre todo la de los países del llamado tercer mundo, con el propósito genocida de reducir por el hambre a la población mundial.
Ante la perspectiva de tal catástrofe salimos en masa a votar por la constituyente para asegurar la paz, la soberanía y la autodeterminación de nuestro pueblo para dirigir su futuro solidario y prospero, bajo las banderas del bolivarianismo, y del socialismo.