El maestro Gustavo Dudamel, admirado por millones de personas en Venezuela y el mundo y a quien la Universidad Centroccidental "Lisandro Alvarado" distinguió con el Doctorado "Honoris Causa", ha venido haciendo declaraciones y tomando posiciones contra el gobierno bolivariano, sobre todo desde hace algunos meses con las situaciones de violencia urbana vividos en Venezuela. Dudamel primero había expresado que el gobierno debía rectificar y evitar el derramamiento de sangre de los venezolanos, luego le había planteado al gobierno que suspendiera la convocatoria a la Asamblea nacional Constituyente, para declarar hace pocos días: "Me rompe el corazón la cancelación de la gira por cuatro ciudades estadounidenses de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela".
Con este tipo de aseveraciones observamos el distanciamiento de Dudamel del gobierno bolivariano, el mismo que ha permitido la expansión, como nunca, del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles en Venezuela, otorgándole todos los recursos que han solicitado para gastos administrativos, de transporte, alojamiento, movilización y adquisición de instrumentos musicales, hasta un teatro exclusivo (la Sala Simón Bolívar del Centro Nacional de Acción Social por la Música en Caracas), tanto que se ha dicho que los gastos del Sistema superan el presupuesto de todo el Ministerio para la Cultura. Igualmente es de destacar la atención permanente del gobierno a todo el sector cultura, ya que la formación del pueblo es vital para la construcción del hombre y la mujer nueva en esta sociedad inclusiva.
Hemos dicho que no porque alguien sea virtuoso en un arte o famoso en los escenarios tiene razón en sus argumentaciones políticas o sociales. Ocurre que personajes como Dudamel, en su analfabetismo político, son proclives a influencias por la enorme campaña mediática que los medios de comunicación generan contra Venezuela y lo que acá ocurre. Es tanto el bombardeo mediático sobre la Venezuela bolivariana que hasta el aparentemente más convencido, termina creyendo esos guiones prefabricados y comienza a condenar al gobierno, sin profundizar en las causas profundas de lo que acontece.
Malcom X decía: "si no estás prevenido ante los medios, te harán amar al opresor y odiar al oprimido". Ello implica los enormes riesgos que tienen los seres humanos de ceder a la manipulación ideológica que se realiza en el ámbito de las saciedades clasistas si no tienen convicciones profundas.
En el caso de las declaraciones de Dudamel, se ignora que la violencia en el país fue instigada por sectores oposicionistas empeñados en salir del gobierno bolivariano de la manera que sea, sin importarles el uso de jóvenes como "carne de cañón", se ignora que la Constituyente fue apoyada por millones de venezolanos esperanzados en salir por la vía pacífica de la violencia desatada, y que si a él se le rompe el corazón por la suspensión de una gira orquestal, a nosotros se nos rompe el corazón por los más de 100 muertos en nuestra patria, por la guerra inclemente contra el pueblo para derrocar a un gobierno legítimamente electo y más legitimado ahora por los 6 millones de votos obtenidos en la Constituyente y por las amenazas imperiales de intervenir militarmente a Venezuela, sin que Dudamel se pronuncie en ese respecto.
Ya lo planteaba el filósofo Ibar Varas en su texto "Los riesgos de la Ideología": "La ideología no se impone como se impone un remedio a un niño. Ella es introducida con todas las sutilezas y artilugios que la burguesía ha creado desde mensajes subliminales a exhortaciones admonitorias. Cuenta para ello con notables ideólogos: sacerdotes, pastores, rabinos, moralistas, políticos, publicistas, periodistas que, como dice Paulo Freire, introducen en el pueblo mensajes como quien deposita monedas en una alcancía. Cada mensaje que la ideología abre en el cerebro de hombres y mujeres es una herida que sangra. El lenguaje puede ser el primer paso o la primera forma de lanzar piedras a la ideología. Es obvio que es necesario crear el lenguaje que permita superar los falsos ropajes con que la ideología oculta la verdad y la realidad. Una toma de conciencia auténticamente revolucionaria tiene que tomar las armas contra la ideología". De allí que consideremos que Gustavo Dudamel no es más que una fiel expresión de la manipulación ideológica que, consciente o inconscientemente se convierte en un amplificador de los mensajes que la clase dominante envía a las masas ppulares del mundo y, por ende, de Venezuela.