Más allá de los resultados de las elecciones de este 15 de octubre, lo que nadie puede negar es que el chavismo ha logrado una recuperación del espacio político impresionante. Hasta hace muy poco tiempo nadie daba nada por el chavismo. Cuando la violencia desatado por la derecha venezolana en algunos municipios controlados por el oposicionismo se sentía enseñoreada y dominadora, imponiendo condiciones de vida anti democráticas como el estado de sitio de grupos terroristas que generaban pánico, desazón, temor entre los propios militantes o simpatizante del antichavismo, se sentía que el chavismo estaba replegado, contra la pared y que cualquier elección que se haría se perdería por parte del gobierno bolivariano.
Pero este es un pueblo irredento, montaraz que no se deja manipular, que despierta sobre la base de la formación socio-política que ha venido desarrollando endógenamente y con el liderazgo sabio de Hugo Chávez que entendió que la formación popular era y es fundamental para la victoria del proyecto bolivariano. Efectivamente, nuestro pueblo se ha venido educando, formando a través de los mecanismos de las misiones educativas como al Misión Robinson. Ribas, Sucre, Che Guevara, y de la propia educación formal en los liceos y universidades que se han creado al impulso y al calor de la revolución bolivariana.
A pesar de la enorme guerra multifactorial a la que ha sido sometida la Patria venezolana, el pueblo en su sexto sentido, o en su formación popular, entiende que apagones eléctricos, "corralitos" financieros", saboteos a plataformas informáticas, elevación descomunal de precios de algunos productos como leche, queso, huevos, carne, pollo, papel sanitario y otros, todo forma parte de tratar de generar malestar en la población para generar un voto de protesta, o una abstención de votar por candidatos del gobierno como ocurrió en las elecciones de la Asamblea Nacional.
Venimos de una terrible confrontación de calle, donde todos los mecanismos de violencia urbana fueron experimentados y más allá de las lamentables muertes de más de 100 venezolanas y venezolanos, el pueblo (opositor y chavista) comprendió que la violencia no beneficia a nadie y ello explica la enorme votación popular en las elecciones del 30 de julio donde más de 8 millones de votantes apoyaron la Asamblea Nacional Constituyente junto a los objetivos de la misma, uno de los cuales es la recuperación de la Paz..
Por ello consideramos que nuestro pueblo es más sabio que la dirigencia, intuye cuáles los caminos reales de desarrollo de la Patria y que no podemos ver como alternativa que los venezolanos y venezolanas nos exterminemos mutuamente, sino que tenemos la capacidad de encontrar en la Constitución, las leyes y las instituciones que nos hemos dado, las claves para superar nuestras diferencias en paz, no exenta de conflictos pero que estos se diriman en el diálogo, el debate de las ideas y el uso de códigos jurídicos y eleccionarios. Allí está la clase de nuestra paz.
Este 15 de octubre tenemos otra vez la demostración que en Venezuela hay una democracia sólida, consolidada, participativa y protagónica como lo expone nuestro "Popol Vuh", la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. ¿Quién ganará? El pueblo venezolano y larense por ser el depositario del poder originario. Y esto lo digo para no hablar de timón, proa, popa, babor, estribor, y demás categorías vinculadas a la Armada Bolivariana. La selección entre las promesas, la obra, las excusas de no hacerlo y la demostración que la Esperanza es real, sabe alumbrar al pueblo larense.