En uno de los tantos días que me desplazaba en una buseta para dirigirme a mis actividades habituales, como cualquier Venezolano de a pie, tuve la oportunidad de escuchar la plática de dos muchachos que también iban de pasajeros, hacia la misma dirección que este decrépito escribidor. Cuando el bus entró en la autopista fui testigo del diálogo que más adelante verán.
Entre la gritería del colector para recoger pasajeros y la música reggetoneana (así le digo) que iban de fondo, los dos mozos se saludan a su estilo, como lo hace generalmente la juventud.
"Doménico le dice a Francisco: ¿Para dónde vas con ese título?" Este último le responde: "Voy a apostillar el título, chamo; me voy de este país de Mier"……. Y por ahí comenzó prologándose la interlocución.
Doménico le responde: Pana, no te expreses así, tampoco es para que compares a nuestro país con el excremento. Aquí naciste, te criaste y estudiaste. Todos los que estábamos más próximo a los interlocutores, mirábamos a los muchachos que defendían sus contenciones.
Oigo que Francisco le dice a Doménico: Chamo, tú, lo que eres es un conformista; sigue calándote esta maldita situación.
Doménico responde: Chico, no maldigas, que eso nos cae a todos, hasta a los que van aquí. Efectivamente, existe una situación económica que ha ido acrecentándose cada día más, pero, eso no significa que esté conforme. Hay que superar esta crisis, mas yéndome del país, tampoco voy a solucionar nada. Es tu decisión personal de irte, y, te la respeto; pero también respeta la mía. Yo también pudiera marcharme, sin embargo, mi conciencia me dicta que las coyunturas hay que afrontarlas cuando se quiere el suelo donde has nacido.
Francisco le increpa: Sí, yo te aviso, a lo mejor que con conciencia se come, puedes vestirte, comprar un carro, comprar una casa. Fíjate, mi novia y yo, tenemos un trabajo cada uno, y con los dos sueldos no podemos comprar una casa. Mi papá trabajaba solo, mi mamá era Ama de Casa; y teníamos todo. El sueldo alcanzaba. El gobierno con ese Slogan de "Patria", quiere embromar a todo el mundo; y una cuerda de ignorantes que lo siguen, se creen ese cuento chino. Ahora, regalándole dinero a esa pandilla de flojos ¿cómo surge un país así, pana? Entregan el país por una pensión.
Doménico le riposta: El concepto de "Patria" te queda muy grande. Tú no sabes lo que es eso. No lo sientes, no lo llevas dentro del corazón; por ello, es que no te surge ese sentimiento. Crees que, sólamente, no tener una cosa, un lujo, algo innecesario, por ello, no existe sentido patriótico. Chamo, lea nuestra historia, culturícese más, por eso, es que usted no entiende de valores que resaltan la identidad de ser Venezolano. Los países no echan adelante con los que emigran, sino con los que se quedan con ese sentido de acervo, de dominio, con su trabajo y contribuyendo, diariamente, con su granito de arena para engrandecer su Nación. Se sabe que la tarea no es fácil.
Continúa Francisco: Ustedes, los que se quedan en esta "Vaina" no tienen sentido de progreso, prefieren vivir de la miseria, de las dádivas. Nosotros, los que nos vamos, buscamos un futuro mejor, una mejor calidad de vida, una seguridad económica, mejor estudios para nuestros hijos. La inseguridad nos tiene locos. Ya no puedes cargar un celular contigo; en cualquier lado, alguien está esperando para quitártelo. No se consigue comida, ya no te puedes poner la ropa y zapatos que te ponías antes. Los servicios públicos no sirven para nada. No hay libertad.
Contesta Doménico: Chamo, nadie está negando que no existen problemas, pero tú, en lugar de afrontarlo prefieres marcharte. Te repito, es tu decisión personal y, se te respeta; no soy quién para prohibírtelo. Mas, fíjate una cosa, Brother, tienes libertad de entrar y salir de Venezuela, hasta dejas aquí tus bienes con la garantía de que te los cuidan. Conozco de vecinos que hasta dejan negocios en funcionamiento, recibiendo sus ganancias y frutos mercantiles y, dicen que no hay seguridad, así hayan traspasado las fronteras. En mi País puedo hablar, decir, murmurar, quejarme a viva voz, pero, en otros terrenos tengo que morir callado, y adaptarme a las normas extranjeras. Está bien que no estés conforme, pero, agradece. Te vas a un País que tú no contribuiste con su desarrollo. Eres libre.
Francisco dice: Quédate con tu Venezuela.
Doménico finaliza: ¡Pana, que te vaya muy bien! FIN
Al bajarme del bus, en mi soliloquio, pensaba: "Cada interlocutor con sus desafíos, fue lo que pude interpretar de la conversación entre dos jóvenes".
P.D: Los nombres son ficticios, pero la conversación es real. Sólo que se cambiaron algunas palabras por su censura.