Existió un alcalde que se creía dueño de las leyes y de la gente, conocido más por su apodo que por su propio nombre. La publicidad decía vamos por El Niche. Sus abusos con la policía municipal fueron de tal magnitud que el gobierno nacional la intervino. Perdió en la reelección, dejó la población en el completo abandono. Sus parrandas hicieron historia. Nunca pensó en el desarrollo. Disfrutó su mandato. No nos equivocamos al denominarlo el peor burgomaestre que haya existido en Venezuela. Uno llega a imaginarse un ser como Facundo Cabral de primera autoridad de un municipio. Con tanta filosofía, con tanta experiencia ¿cómo lo haría? Decía que la vida era una aventura en donde el tiempo se iba en aprender a vivir. Parece que a muchos alcaldes de hoy la gestión administrativa se les va aprendiendo a ser políticos, pues llegaron gracias a circunstancias, dinero y por supuesto un buen padrino. Cabral aprendía cada día en todo momento, hablaba de su verdadero nacimiento gracias al hecho de haber conocido al jesuita que le enseñó a leer a los 14 años. Ese verbo sincero del cantautor con el corazón roto, después de caer de rodillas luego de conocer el fallecimiento de su esposa e hija, debido a la explosión de un avión, en ese instante miró al cielo y manifestó "ya sé que eres tu el que manda" dirigiéndose al creador. Si en la actualidad nos encontramos con alcaldes que se creen dioses, por narcisistas o mitómanos, se creen ungidos de un poder para hacer y deshacer, para mandar en la vida de los demás, aplicando insultos en cada una de sus ordenes al creerse dueño de la verdad, incapaces de equivocarse. Proceder injusto para quienes le dieron el voto. Facundo Cabral de acalde, no cometería el error de buscarse una novia para que le cantara así fuera con voz poco melodiosa, ya que él era cantante, para qué buscar quien le cantara, y después de recorrer tanto mundo no creía en la vida en pareja, de seguro que de tener primera dama, la respetaría. Por lo demás fue un hombre desprendido, no tuvo casa, vivía en hoteles, tampoco poseía vehículos, viajaba en aviones y taxis. Que iba estar pendiente Facundo, de amasar riquezas desde una alcaldía, en ningún momento llamaría amigos para armar grupos económicos con las prebendas de su gobierno. En buena parte el actuar de este personaje estuvo influenciado por su madre, una humilde campesina, la que al asistir al bautizo del primer libro de su hijo, se encontró con la sorpresiva visita en el evento del presidente de la república, el que al felicitar al escritor y cantante, se la presentaron, el mandatario le preguntó en qué podía ayudarla, ella contestó "con que no me moleste es suficiente". Facundo Cabral, nunca iba a excusarse de sus propios errores, por estar rodeado de mediocres. A los 74 años muere pensando que todo hay que hacerlo con amor. De nada vale la responsabilidad y la disciplina para gobernar sino existe el amor por la ciudad. Cuestión difícil en un narcisista.