Si a alguien le hace falta Hugo Chávez, es a los propios chavistas. De estar vivo seguro que tendríamos un mejor gobierno, hasta los momentos les ha estado funcionando el sistema de los bonos, ha sido tanto la impresión y bombardeo que los sectores marginales no se han detenido a mirar lo poco que resuelven con esa cantidad de dinero, pero si en algo se nota con mayor fuerza la falta de la palabra del líder del socialismo del siglo 21 es en ese excesivo triunfalismo. Ya Chávez hubiese advertido en el hecho de no confiarse. La seguridad del triunfo la vemos en la sonrisa de Jorge Rodríguez, más allá de las palabras la forma irónica como se refiere a la derecha deja entrever que piensa "no nos gana nadie, ni con observadores ni cambios de fecha". Igual Diosdado con El Mazo Dando, esa constante fiesta y alegría vende la imagen que todos los miércoles están celebrando el triunfo anticipado de Nicolás Maduro, el próximo 20 de mayo, llegando a los extremos de no perder la oportunidad y realizar la mega elección para apoderarse de consejos municipales y parlamentos regionales, poder total y absoluto. Creemos que hasta a eso se opondría Chávez, él estaba súper claro de la necesidad de existencia de oposición, así como para estar en constante enfrentamiento y confrontación retro alimentando la revolución, pues sin enemigos ¿contra quién luchan? Un amigo nos contaba que ante la incapacidad e ineficiencia de la oposición tuvo el propio Dios, el verdadero todopoderoso, que meter la mano en Venezuela haciendo que el chavismo ganara arrasando en las elecciones municipales con la finalidad que se confiaran y por fin definitivamente fijaran fecha de las presidenciales. Solo así se conseguiría la forma de darle la oportunidad al pueblo venezolano de decidir si seguían bajo el mando de los chavistas. Ese gran estratega, creador del mundo y de la vida terrenal previó también que la Mesa de la Unidad no participara e invitara a no votar con la certeza que la gente no le haría caso. Y pensó Dios ¿Y el candidato?, razonando con aquel lema de no hay mejor astilla que la del propio palo, tendría que ser un ex chavista, alguien capaz de conocerlos muy bien, por supuesto con la suficiente experiencia como alcalde y gobernador de una gran ciudad y de un gran estado. Uno de esos grandes analistas de papel que mientras más se equivocan más lo invitan a los programas de televisión, expresaba que Henry Falcón, era candidato a la medida del chavismo, porque de ganar sería más fácil una transición sin traumas ni persecuciones. Ser visionario tampoco es fácil, no sé si mi amigo y John Magdaleno se equivocaran, pero recordemos que a Caldera lo eligieron porque los adecos lo utilizaron para dividir a la oposición, suponiendo que con el chiripero nunca ganaría. Los compañeros de Carlos Andrés estaban llenos de triunfalismo y perdieron con un anciano cansado y sin liderazgo. Uno se pregunta sucederá lo mismo con Henry Falcón. Amanecerá y veremos.