No repetiremos la frase aquella tal como se puede leer en Don Quijote de la Mancha, atinente a una condición que debía tener Sancho Panza para poder ser nombrado gobernador de la ínsula de Barataria, a saber ser cristiano, a lo que responde aquel buen hombre: "Cristiano viejo soy y para ser Conde eso me basta", pero sabemos de buen saber, que la liturgia y demás aspectos vinculados a la religiosidad propia de los llamados "Días Grandes" de la Semana Santa, jueves, viernes y sábado santo, formalmente el "Triduo Pascual" no deberían instrumentarse a favor o en contra de uno u otro sector político en Venezuela denunciando la emigración sobre todo de la juventud, según es fama ya en la doxa periodística; aspecto hoy muy intrincado este hasta psicológicamente porque los que se van no están felices por ahí, se la pasan es pensando en Venezuela, llorando y echando maldiciones.
Algunos curas y sus grupos financistas, ya que hemos oído en homilías que piden les manden dólares desde el exterior para reparar los templos, limpiarlos, hacer ollas comunitarias los domingos que ha sugerido la Conferencia Episcopal de Venezuela (como si uno comiera nada más un día a la semana, aunque en esto se parecen también al Gobierno Bolivariano, pues, la famosas cajas clap o bolsas clap, que en verdad son muy buenas, nunca llegan cada 21 días como dijera Maduro o el flamante jefe de ese programa el policía Bernar, sino cada 3 meses; de tal suerte que una y otra solución no son tales, puro paños calientes); decíamos que hay curas que en misa piden les manden dólares dizque para comprar remedios para los pobres y otras necesidades urgentes. Lo cierto es que en los últimos años hemos padecido un "discurso ideológico" desde el altar, pues, sin rubor los funcionarios religiosos unen la religión y la política, pensando quizá en alguna otra Barataria. Cuestión al parecer muy común en Latinoamérica, tanto en grupos de izquierda revolucionaria como liberales o de derecha y, de hecho, el título de esta nota parafrasea una investigación del apreciado académico español-colombiano Roberto Sancho Larrañaga (2011), a quien últimamente estamos leyendo sus contribuciones y nos sorprende su agudeza e interés por comprender el conflicto en Latinoamérica.
Pero volvamos a la idea inicial del Triduo Pascual, pues supone que en las iglesias parroquiales se construya "El Monumento" donde se custodia el Santísimo u hostias consagradas (reserva) porque normalmente el altar queda y todo el tempo que "desnudo"; grupos de apostolados seglar hacen visitas y largas jornadas de oración noche y día utilizando para la ocasión el devocionario de Preses Eucarísticas compuesto por Mons. Navarro a principios del siglo XX. En ese lugar especial el cristiano de a pie hace adoración y debe ser un espacio digno y sin otras distracciones o así nos enseñaron tiempo ha, tanto el padre Diego Alvarado como Piercarlo Focconetti, ¿estaban equivocados aquellos curas? No lo creemos… la duda es con estos actuales.
Así, recuerda quien esto escribe que en la mencionada Parroquia urbana de la Santa Cruz, urbanización Gil Fortoul de Barquisimeto en los años de la década de 1980 existía "Los Caballeros del Santísimo", fundado en Caracas por cierto nada menos que por don Mario Briceño Iragorry; conocido ensayista venezolano, quien además fue un intelectual cristiano y, en consecuencia, defensor de las tradiciones venezolanistas particularmente en su obra "Mensaje sin destino" (1952) y hasta teólogo bien informado llegó a ser de acuerdo con la tesis doctoral del jesuita Wagner Suárez en la Universidad de Comillas, España, y que una vez leyéramos con tanta aprehensión y ahítos de asombro.
La anécdota viene a cuento porque ayer, jueves al querer participar comunitariamente de la santa misa nos hallamos con la sorpresa que el "Monumento" elaborado en parroquia urbana de la Santa Cruz de Barquisimeto es escuálido. Cosiste en un grupo de maniquíes con gorra, franela y demás elementos del combo de la bandera de siete estrellas propios de las marchas de la oposición venezolana y los grupos terroristas o guarimberos de los años de 2014 y de 2017. Aquello es espeluznante, la típica estampa de los grupitos estos que están rogando por una invasión humanitaria, o el canal humanitario ese y tal que promueve el diputado Julio Borges en todo el universo mundo. Lo único que faltó fue que pusieran unos afiches de Henrique Capriles, Leopoldo López y otros de los "héroes" que luchan contra la "dictadura de Maduro" como por ejemplo el triste piloto del helicóptero muerto en El Junquito Óscar Pérez, a quien el buen Dios halla perdonado y se consideraba su soldado "vengador".
En fin, el dichoso Monumento eucarístico permite al menos una aproximación a su análisis semiótico de acuerdo a los niveles dl lingüista Saussure, a saber, el denotativo y connotativo, ya que tiene unos códigos que guardan relación con ciertos conceptos sociopolíticos en pugna y remiten a significados, "valores y mitos" (Sancho Larrañaga, 2017) con fines de legitimar determinadas posturas en los planos de las demandas sociales en la coyuntura actual venezolana, por ejemplo: mostrar solidaridad con quienes se han marchado del país con la ilusión que en Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, España, etc. A su vez, denuncia política sobre la crisis humanitaria de Venezuela, todo lo cual hace parte de un conjunto de valores compartidos por quienes son adherentes al discurso y la práctica de la oposición; ahora, claro, la cuestión es que no contiene códigos universales. Por ejemplo, excluye al cristiano que además de serlo también cree en la narrativa de la revolución bolivariana que aun padeciendo los rigores de la crisis actual continúa en esa perspectiva y volverá a votar por Maduro el próximo 20 de mayo, ah y además no se va de Venezuela, sino que continúa aquí echándole bola, sin condenar a los que se vayan pero que sean felices por esos mundos de Dios y no anden con tanto odio por las redes sociales, digo yo, no sé.
Nota:
Por cierto, recordamos que en 2013 el arzobispo de Maracaibo suspendió al padre Vidal Atencio, director de un canal regional de televisión y párroco de una iglesia Las Mercedes, creo, porque un buen día se le ocurrió poner en el altar un afiche del gobernador Francisco Árias Cárdenas y preguntamos, ¿a los curas de la Parroquia Urbana de la Santa Cruz de Barquisimeto que hicieron ese monumento escuálido al Santísimo los suspenderán también o los premiarán nombrándolos nuevos obispos?