Palabras para un café vespertino

"…. Entonces para qué formar hombres libres y cultos, si con ciudadanos, que revenden hasta el saludo, o unas gotitas a un moribundo, eso sí a mil por ciento de sobreprecio, nos basta y sobra", (Leonides Crespo. "Café Vespertino", en: Diario de Lara, Barquisimeto, lunes 04 de abril de 2016, p. 14. Opinión).

Confieso que de todo el memorial de agravios que viene a ser el suelto periodístico citado a modo de epígrafe del coterráneo Leonides Crespo, uno de los párrafos más desgarradores parece ser el último entrecomillado arriba y que ha motivado esta nota, que de ser publicada no tiene intensión polémica alguna, pues ateniéndonos al precepto constitucional cada cual es responsable de lo que tiene a bien propalar por cualquier medio; quien toma posición reflexiva y crítica ante lo real dado social, de cuyo acaecer inmediato se siente afectado, merece ser comentado y debatido al menos algunos de sus argumentos, ("Cogito ergo sum", decía René Descartes; "Pienso, luego existo").

Discurre este "Café Vespertino" de quien habita, o habitó el valle y serranía de Baragua, sobre la actual coyuntura sociohistórica marcada por la incertidumbre, exalta a uno de los actantes sociales (el empresariado venezolano, gloria y pres de la ciudadanía como Dios manda) y desdice de otro (el de las empresas públicas y en particular la administración chavista, madurista, además de la ideología socialista, promotora del estado de bienestar y los controles fiscales, precios justos e instituciones defensoras de los consumidores, entre otros engendros contrarios a la economía de libre mercado, cuyo héroe viene a ser el capitán de empresa).

Entendemos que de lo anterior sería largo discutir pero, en breve, la crónica histórica contemporánea parece revelar que ni tal calvo ni con dos pelucas. Ambos sectores, privado y público, gobiernos del pasado y el presente se reparten responsabilidades por igual en el marco del modelo denominado del consenso de las élites y el rentismo petrolero, ya que como relatan los libros más elementales de geografía económica Venezuela pasó del modelo agrario exportador al minero extractivo sin parar mientes en las implicaciones del costo humano que ello suponía, ente otros aspectos la emergencia de una especie de subcultura utilitarista donde todo vale; entre otras consecuencias ello conllevó también que nuestros campos se vaciaran y se perdieran valores humanos sustantivos de convivencialidad fundadas en el "Jesucristismo" (don "Chío" Zubillaga, dixit) y gente como el suscrito en lugar de estar sembrando y criando chivos en el Hato de Baragua, hoy comenta un texto intempestivo de otro coterráneo, que goza de nuestra más alta estima por ejercer el pensamiento, que bien está que así se haga.

Pero no era por ese costado que se quisiera desarrollar estas "cogitancias" sino detenernos en algunas reflexiones sobre el último asunto "práctico", dado que las actitudes antes que teoría constituyen prácticas ideológicas, tal como enseña Ludovico Silva en sus libros, (en particular "Teoría y práctica de la ideología", 1978, Y "La ideología como sistema", 1988, UCV); textos de "obligada" lectura en estudios universitarios en Historia y Ciencias Sociales, UPEL-IPB, 1989-1995 de quien esto escribe; tiempos además de grandes polémicas teórica-filosóficas una vez que la perestroika y glássnost impulsada por Mijail Gorbachov diera al traste con 70 años aproximadamente de experiencia del socialismo burocrático ruso, cuyo símbolo más claro fue la caída del Muro de Berlín y después le siguieron las estatuas, sobre lo que se han realizado películas, ("By by Lenin" y libros como "Prohibido entrar con pantalones", "El hombre que amaba los perros", entre otros).

En fin, de lo anterior se tiene que una de las tareas más importantes en la sociedad venezolana a través de su sistema escolar y demás instituciones tradicionales de la socialización (familia, iglesias, grupos de iguales, medios de comunicación, clubes deportivos, organizaciones con fines electorales) lo constituye la formación de ciudadanos cultos; ya decía el poeta y líder de la independencia cubana José Martí que la mejor manera de ser libre es la de ser culto; es por ello que lamentamos no compartir el cierre vertido en "Café Vespertino" donde el cronista se pregunta acerca de para qué formar hombre (y mujeres) cultas y ciudadanos correctos, si precisamente representa la tarea de todos, que siga la disputatio sobre una Quaestio fundamental hasta alcanzar una resolutio…



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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