‘Barullo, confusión’. O sea. Hay otras definiciones del DRAE que no me gustan, ya verás por qué: «2. m. coloq. Sujeto vil, despreciable y de muy baja esfera. 3. m. coloq. Conjunto de personas de la ínfima plebe o de malos procederes». No me cuadra lo de baja esfera e ínfima plebe, pero lo demás es certero. Me sobra la mala maña de pensar que son solo las clases explotadas las que se corrompen, cuando que es micrométricamente lo contrario.
No hay que viajar: hemos visto en Venezuela durante estos 20 años de revolución cómo las «altas» esferas son las que nos tratan de imponer un zurriburri: acaparamiento, precios impagables, contrabando de extracción, guarimbas, fake news de campaña sucia para que parte de la juventud profesional deserte de su país y se vaya a lavar pocetas, que no es que sea un trabajo indigno sino que no era la idea; sabotajes surtidos, arrastrarse ante las potencias implorando que nos bloqueen para negarnos todos los bienes de fundamento. Por si todo esto no fuera suficiente para el desprecio más innegociable, muestran una ignorancia y una ineptitud intelectual que dan vértigo, porque el Imperio elige la hez. Y mil miserias más con que no quiero embadurnar tu ojo. Por eso dejo de último el atentado a la plana mayor del Estado con sus secuelas impredecibles, peores que las practicadas en el Medio Oriente, abominables. Mira cualquier noticiero, incluso los premeditadamente mentirosos. Con ese atentado nos querían imponer cien años de zurriburri, tan desquiciadamente —¿te hablé de su flojedad cerebral?— que no les importaba llevar la peor parte de ese ciclópeo zurriburri, porque de esa gentuza no iba a quedar nadie con vida, ¿leíste bien, Andrés Velázquez? Vaya eso por delante, Capriles, que serías de los primeros y que María Lionza te ampare mínimo 100 años.
La ultraderecha tiene orgasmos múltiples con los churriburris, ahí tienes a la colombiana, la mexicana, el actual zurriburri vaticano, la europea y la peor: la gringa, que tiene montados churriburris en todo lo que queda del planeta, incluyendo su propio territorio, empezando por esa cosa que llaman Trump.
Y lo que daría risa si no fuera trágico es que quienes más practican eso son gente con modales deliciosos como los de MariCori.