Será que exagero, al pensar con las pocas neuronas que se conservan en el formol de esta experiencia de existencia añejada por los años, en que las cosas sencillas son suvenir, mientras las más complejas son materia de genios del absurdo, que todo tienden a complicarlo, arrastrando a las masas en un reflujo constante, debido a la ineficiencia para simplemente hacer las cosas que hay que hacer, eso sí, cumpliendo y haciendo cumplir las mínimas reglas de convivencia enmarcadas en la conciencia de cada persona, y las que han sido establecidas por un sistema perverso, que torna al humano en una cosa, un fin para propósitos interesados, una mercancía de la cual se aprovechan los pocos que son ricos, con la excusa de que ellos tuvieron las mismas oportunidades y lo que tienen lo han logrado con esfuerzo, trabajo y dedicación. Es decir, que el que recibe una herencia que fue, en la mayoría de los casos producto de rapiña, expolio y explotación de los pueblos por otros pueblos, caso de los españoles contra los indígenas, que luego con todos los europeos que llegaron con la misma mentalidad, saquearon y sacaron todo lo que pudieron, y todavía sigue pasando lo mismo, aunque en el siglo XXI, más tecnológico, más avanzado en conocimiento y formas de seguir burlando los controles, el pujo de las subastas, el que más tiene, más ofrece y se queda con el bien.
Estamos en un momento crítico a lo interno y frente a lo internacional, porque en veinte años, con el cuento de que o inventamos o erramos, y hemos ido de mal en peor. Las instituciones funcionan para mantener a un cónclave, que tiene que hacer lo que hace para poder mantenerse en el poder, hay quienes tienen buenas intenciones, pero eso no basta, porque los que las tienen malas, son los que abundan, es lo más fácil, lo que requiere menos esfuerzo, el póngame donde haiga y con eso resuelvo, con la cosa pública. Cuantos generales, comisarios, y de ahí para abajo, igual con los que conforman el alto mando civil, aquellos porque son radicales y le echan bolas a lo que venga, y entrompan, porque actúan como lo que son, malandros, pranes, mafiosos, y a través de sus jerarquías, obtenidas quien sabe cómo, han logrado escalar a posiciones de mando, o los colocan porque alguien de peso lo sugirió, porque además son obedientes y no deliberantes, y acatan, pero no cumplen, más que cuando hay un interés de por medio y de ahí pueden sacar su tajada, la más grande queda arriba, en la estructura de poder, de control, de la administración pública de los recursos y los bienes de los habitantes de la República Bolivariana de Venezuela. El comportamiento que tenemos como venezolanos y venezolanas, unos haciendo, otros dejando hacer, y los demás aprovechándose de las circunstancias y los errores y desmanes de quienes gobiernan, administran y ejecutan las leyes, ordenes, y resoluciones que se emiten por parte del Presidente Maduro, del Ejecutivo en pleno, de los poderes y el partido que le sirve de apoyo al gobierno y que también es gobierno.
No nos olvidamos de la oposición, que hasta ahora ha permanecido callada, muda, sorda y ciega, conteste con lo que ocurre, son responsables del cincuenta por ciento de lo que ocurre en el país, porque en su apoyo a la derecha, al neoliberalismo, al capitalismo y al imperialismo, tienen sumida a la nación en este caso, esta crisis. Que teníamos que llegar a esto, por supuesto que sí, llegamos a esto desde 1989, llegamos a esto por lo que ocurrió hasta 1998, estamos en esto, porque desde 1999 hasta 1911, se veía ya la costura y nadie hizo nada por parar esa bestia desbocada y dejamos que se cometiera el magnicidio en la persona del máximo líder de la revolución bolivariana, del impulsor y ejecutor del proceso de cambio, del orientador de las políticas, junto a un equipo de hombres y mujeres que lo asesoraron sobre lo que se debía hacer para toda Venezuela, por supuesto y principalmente para los que históricamente han sido y ahora vuelven a ser, los pobres de la Tierra, del planeta en peligro inminente de extinción.
Los que hoy juegan al madurismo, expresión muy común por parte de quienes siendo de izquierda, estando en el proceso, agrupados todos y todas en el chavismo, en la dinámica y la confrontación interna, por el reparto de las cuotas de poder de esa hiedra que se desató en 1912, con la ausencia física del Comandante Chávez que se encontraba muy enfermo en Cuba, y empezaron a blandirse los cuchillos, y es historia reciente lo que ocurrió y ocurre en la actualidad. De la guerra económica, de la situación que nos aqueja la inminente intervención armada por parte de EEUU a América Latina y la región nos ocuparemos en otro artículo, pero debemos estar atentos a cualquier mínima expresión de odio, de xenofobia, de conchas de mango regadas por toda la geografía nacional, para tener la excusa necesaria y activar la fase de intervención y agresión a la patria de Bolívar y los bolivarianos. Ha llegado el momento de decirnos las cosas con la verdad por delante, duélale a quien le duela, de que impere la justicia, la legalidad, el decoro y reencontrarnos entre todos y todas, porque somos necesarios, el componente por antonomasia indispensable en la ecuación de la vida de la nación, sin sujeto social, no existe nada.