¡Venezuela, paraíso terrenal!

"Ya le dije lo que hallaba de este hemisferio y de la hechura...porque allí creo que está el Paraíso Terrenal, donde no puede llegar salvo por voluntad divina". (Cristóbal Colón).

¡Admiración! que salió de los escritos que Colón le dirige a los Reyes Católicos, después de haber llegado a las costas de Paria (Venezuela). En efecto, para él y todos sus acólitos, era el hallazgo de una tierra de gracia, que se confundía con el Edén, donde todo se encontraba en estado natural, a diferencia del mundo europeo, de donde provenía. A pesar, que la vida en Europa estaba en el renacimiento, -así lo reflejan las fuentes históricas-. Las enfermedades diezmaban sus poblaciones. Los valores morales estaban por el suelo. Las hambrunas se hacían pasear entre sus pobladores; lo que los condujo a abrirse nuevos derroteros, nuevas búsquedas de riquezas; amparados en un escudo fuerte y poderoso, como lo fue la adopción de los principios cristianos. En una mano, los europeos, traían la cruz; pero en la otra, portaban la espada ¡Vaya dicotomía! Hay que tener presente, que no se trata de enfocar que "todo fue un crimen, no obstante, no fue una época de perfección y de bondad (...)" (Arturo Uslar Pietri). Para el Genovés, era una paraíso, pero, para nuestros ancestros, esto fue convirtiéndose en un infiernito; y a la par: en resistencia aborigen. No obstante, esta resistencia, no fue un capricho, no fue una casualidad de nuestros indígenas, quienes recibieron a los barbudos y de tez blanca, con benignidad e inocencia, al principio.

Ahora bien ¿Cómo se traduce esa resistencia, esa contención? ¿Fue un capricho de nuestros ancestros? ¿Le caían mal los europeos a nuestros ancestros indígenas? lo que hoy, se denomina "Xenofobia". Creo que las respuestas pueden hallarse en los anales de la historia. En este orden, nos narra Fray Bartolomé de las Casas: -"(...) la maldad casi general de los españoles...se desencadenan en ellos los peores instintos" (Fuente: Historia de las Indias). El clérigo descubre con su aguda pluma, cómo los invasores se movían con desarreglada ambición y voracidad. Mis amigos invisibles, aquí se deja entrever, que el musiú se convierte en cruel tirano y bárbaro devastador, con la finalidad de obtener riquezas a cómo dé lugar ; y a cuenta de los indios sojuzgados, llevar una vida ociosa y parasitaria; parafraseando un poco al eclesiástico de las Casas. Como es obvio, ante estas legítimas resistencias indígenas, surgieron violentas expediciones represivas europeas, específicamente del imperio español. No hay que subestimar, que hubo, en cierta medida, un aporte europeo significativo, desde el punto de vista cultural, social, jurídico, de hábitos, entre otros, eso es inestimable. Sanamente, podemos argüir que fue un proceso de transculturación; mas ello, no fue motivo para el asesinato masivo de los más vulnerables.

Para acentuar este paraíso terrenal, nuestros ancestros se caracterizaban por tener "Inocencia y bondad: naturalmente mansos y pacíficos, humildes y pacientes, moderados en sus apetitos y honestos en sus costumbres, no los mueve ninguna codicia, ninguna envidia o ambición. Francos y serviciales, y dotados además de despejados entendimientos, gobiernan su vida material doméstica y social a sus gusto y satisfacción. Gozan en suma, de una hermosa y lozana naturaleza que les proporciona colmadamente cuanto puedan necesitar" (Historia de las Indias, XXXII). Hay que dejar claro, que existían agrupaciones tribales que se peleaban, pero, era por motivos internos, mas esto no fue considerado etnocidio, como lo que realizó el hombre europeo. Este cielo terrenal en que vivían los aborígenes, fue lo que motivó a Tomás Moro, a describir esta vida de felicidad que aquellos llevaban; antagónico del mundo europeo, donde predominaba la propiedad privada, las miserias humanas, las pestes colectivas en masas; y el hacinamiento, entre otros. Surge, entonces en Europa una gran cantidad de escritores que aprovechan todo aquello, para diseminarlo; para poner a la praxis la convivencia en comunidad natural. De ahí que, gran parte de lo que hoy es Europa, en cierta medida, se lo debe a este Paraíso Terrenal.

Nos vemos en la próxima estación.



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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