Fin a la dicotomía del Capitalismo contra Socialismo

Cuando el sueño americano se va a las fosas comunes

Sorprenden las imágenes transmitidas por algunos noticieros internacionales en las que se puede observar que en Nueva York se tuvieron que sepultar numerosos cadáveres en fosas comunes debido a, entre otras razones, que no fueron reclamados. Este constituye para muchos el epitafio del sueño americano que en algún momento se pretendió alcanzar pero sucumbió en medio de una sociedad que suele avanzar con desenfreno hacia la acumulación desmedida de riqueza sin que cuente mucho – o casi nada – la vida de los individuos.

No es difícil imaginar que en el grupo de los sepultados son muchos los cadáveres de inmigrantes, cuyo fin de sus vidas lo encontraron en medio de la pandemia que hizo que sus restos ahora estén en una fosa común en medio de la ciudad de uno de los países con una de las economías más poderosas del planeta. No es la imagen de un país de los que están al Sur, ni tampoco es la imagen de un país ubicado en África, pero lastimosamente, a pesar de eso, ya se ha dicho que la mayoría de los sepultados eran latinos o negros, con lo que puede inferirse que, en los países de primer mundo, en situaciones como estas siguen siendo los grupos más desprotegidos o con mayores desventajas. De allí que el sueño americano se vuelve cada vez más inaccesible y hace más vulnerables a los grupos que pensaron encontrar en dicho sueño la solución a muchas de sus carencias.

Esta pandemia ya está trayendo cambios al mundo que se enfrenta a una realidad poco conocida. De esta situación debe, forzosamente, surgir una nueva humanidad en la que ya se dé por superada la dicotomía capitalismo y socialismo para comprender – y organizar – lo que será la sociedad futura. Al abordar los problemas humanos mantener estas categorías de análisis, esta perspectiva en el manejo de los asuntos públicos y privados, en cierto modo, es como establecer una limitante en la vida de las personas. Es igual a pensar que no existen puntos medios para entender algo tan simple como que no todos los que están en desacuerdo con el capitalismo son socialistas y tampoco todos los que no están de acuerdo con el socialismo pueden catalogarse como capitalistas.

Indudablemente el ser humano es mucho más que dos extremos. De hecho, quienes son extremistas realmente son los que menos abundan pero desafortunadamente, de una u otra forma, han conseguido valerse de importantes cuotas de poder en los espacios que ocupan. La sociedad post pandemia debe enfocarse en la recuperación de estos espacios de poder que hoy en día están ubicadas en ambos extremos y dedicarse a construir espacios en los que haya mayor equidad y distribución del bienestar para todos. La forma de hacer política, economía y la organización de la sociedad debe signarse, de una vez por todas, de esta visión.

Después de la pandemia la vida no será la misma. Sorprendentemente habrá quienes se aferrarán más y más a posiciones radicales de la derecha, pero también de la izquierda. Este será el desafío más importante que deben superar los individuos, a la par que al mismo tiempo deberán tratar de impedir que los cambios – que seguirán viniendo y con mucha mayor velocidad – vayan dejando atrás a determinados grupos sociales mientras que otros avanzan con tales cambios, lo que vendría a constituirse en una profundización de las relaciones desiguales que ya existen.


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Marcos Henriquez

Licenciado en Historia. Investigador y docente universitario.

 henriquezm1970@gmail.com

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