No es una tragedia es una oportunidad para el cambio

Que nadie se alarme y piense que estamos ante el fin del mudo. Está pasando algo que no sabíamos que existía. Un mal de esta característica no lo habíamos experimentado. Entonces, no lo veamos como una tragedia que nos agobia y nos hace despertar hasta el punto de que pensamos en el suicidio. No, no es para tanto.

Piense en positivo. Asuma una actitud de cambio. Si, así como lo ve, es la gran oportunidad para cambiar algo en nuestras vidas. No más odios, no más rencores, no más violencia. Asumamos que estamos a la puerta de un nuevo mundo. Y que hay que pensar diferente. No podemos seguir pensando como lo veníamos haciendo. No podemos seguir actuando desde una óptica egoísta, como si fuéramos la octava maravilla del mundo. Simplemente somos seres humanos capaces de rectificar, capaz de transformarnos en mejores personas.

¿Qué ha hecho usted durante este encierro obligado? No ha hecho nada diferente a lo que hacia antes. Entonces llegó la hora de que alga algo por su vida y por la vida de quienes lo rodean. Viva momentos intensos con sus hijos o con sus nietos. Demuestra que el amor nada lo destruye. Es un gran momento para demostrar lo que somos. Y a partir de allí abrirnos al cambio. Nada puede seguir igual después que este flagelo nos abandone. El rico tiene que darse cuenta de que existen otros seres humanos que requieren solidaridad. El pobre tiene que pensar que llegó la hora para repensar nuestros enfoques y darles un revolcón a muestras vidas, y asumir que sí podemos ser mejores y obtener lo que queramos a través del esfuerzo propio.

¿Si no ha aprovechado esta cuarentena, no se preocupe? Tome un libro bueno y léalo. Sienta lo que el escritor trata de comunicar a través de sus personajes, o sus reflexiones. Le recomiendo que lea alguna biografía. Por ejemplo, la de Leonardo da Vinci, Nelson Mandela, la Madre Teresa de Calcuta, Steve Hawking, Hellen Keller, Muhammad Ali, Albert Einstein, Pablo Picasso, Homero, Dante, Shakespeare, de Simón Bolívar o de Mahatma Gandhi. En fin, escoja, pero lea, lea y lea que algo queda. Asuma como tal un estado de serenidad que lo sumerja en pensamientos positivos, y ese estado lo puede llevar a la meditación. Meditar es bueno para el espíritu y para la salud. Bajo ese estado de paz y armonía pídale a Dios por todos nosotros y que pronto podamos salir de este encierro. Solo tiene que utilizar un poco tiempo de esa gandola de tiempo que le depara el encierro.

Siéntase bien sin odios y sin rencores. El odio es dañino sobre todo para quien lo practica. Este temporal pasará, como siempre ha sucedido en otras ocasiones. No deje pasar la oportunidad de un cambio radical en su vida. Lo cierto es que no es bueno seguir haciendo lo mismo de antes, pues, cosechará los mismos resultaos. Transfórmese en una persona amable y solidaria. De este período de "prisión obligatoria" tiene que salir para algo nuevo y bueno. No desperdicie esta oportunidad. No habrá otra.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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