En mi pasado escrito hice referencia a dos lecturas del término afroindianidad partiendo de reflexiones basadas en; por una parte como una alianza histórica y por la otra en relación al mestizaje. (https://www.aporrea.org/actualidad/a216470.html). En relación a la primera partiendo de lo acontecido en la historia del Negro Miguel de Buría en el año 1553 que dio origen al primer cumbe (Curduvaré) como primera rebelión de carácter revolucionario de los esclavizados venidos de África y los nacidos en territorio venezolano, junto a los pueblos indígenas originarios (Jiraharas y Caquetíos) del occidente del país. y por la otra, en relación a las relaciones socioculturales de las personas que han dado origen a nuestro especial mestizaje, ocupando nuestros espacios continentales e insulares. En esta segunda acepción, con la llegada de Cristóbal Colón, es de suponer que también llegaron mestizos producto de la ocupación árabe musulmana de la península Ibérica y más allá con el reino de Al-Ándalus, entre los años 711 y 1492, como lo señala el investigador Tidiane N´Diaye, que a su vez incluía esclavizados de piel oscura del continente africano.
Para referirnos a Venezuela desde comienzos del siglo XVI hasta nuestros días, se han señalado socio históricamente algunas personas como referentes, pues bien, como todo listado o enumeración de personajes indios, blancos y negros por separado puede resultar arbitraria, excluyente, malintencionada, sin sentido, etc., sin embargo, es a través del mestizaje con sus complejidades, donde se esconden y resurgen alternativas que nos permiten el reconocimiento y autoreconocimiento de nuestras culturas constitutivas en la venezolanidad.
Intentando separar lo biológico de lo ideológico (cultural), ya sabemos que el color de la piel se debe a la presencia de la melanina, también existen otros rasgos y atributos físicos como el tipo de cabello, ojos, labios, nariz, extremidades y musculaturas, que no tienen que ver con lo ideológico, lo espiritual, lo filosófico, la inteligencia, las relaciones de poder, en fin todo lo que ha hecho posible la existencia del racismo, la xenofobia y otras formas de exclusión por género, política y religiones en toda la humanidad.
En la actualidad, por estas razones durante todo el siglo XX y en lo que va del siglo XXI se han producido muchas pérdidas de vida, maltratos y violaciones de los derechos humanos, sir ir muy lejos las personas quemadas vivas en nuestro país durante las guarimbas de años recientes, como lo señala la investigadora Annel Mejías de la ULA, en un reciente artículo titulado "Máscaras de clasismo y racialización: discursos de violencia política en Venezuela 2013-2019" (https://orcid.org/0000-0003-1883-4698). El color de la piel del indio y el afrovenezolano partiendo del odioso binomio blanco/negro, nos lleva a preguntarnos ¿Cuál es el color de la piel del indio? Esto ha venido encontrando respuestas que van desde el color marrón aceitunado que aprendimos en la escuela, asociado a la especie vegetal o árbol llamado "Indio desnudo" hasta el color cobrizo, trigueño, tostado o cualquier otro, donde hemos encontrado una coloración de piel asociada al café y a la leche. En un trabajo investigativo realizado antes de nuestro censo del año 2010 por el estadounidense de la Universidad de Texas, Winthrop Wright en una publicación realizada en el año 1993 titulada "Café con leche: Race, Class, and National Image in Venezuela", se trata de la facilidad de gran parte de los venezolanos en reconocerse como mestizos con este color, en relación a otros colores de piel y en relación a lo socio-cultural con expresiones como: "Aquí el que no tira flechas, toca tambor" o "todos somos pardos mezclados", para asumir el mestizaje.
A partir de esos momentos previos a la elaboración del censo del año 2010, cuyos resultados preliminares se realizaron al año siguiente, la militancia afrovenezolana no estuvo satisfecha, producto de los resultados censales que aparecieron con la célebre pregunta N°7 allí se utilizaron dispositivos electrónicos adquiridos para ponernos a la altura de las tecnologías de la recopilación de datos en tiempo real, donde se irían recibiendo los datos de la muestra poblacional entrevistada y así determinar científicamente y estadísticamente, cuantos negros y afrodescendientes hay en Venezuela, los resultados no han sido satisfactorios por el enorme peso que tiene el color de nuestro "mestizaje" que mayoritariamente se asume como de color café con leche. (https://www.aporrea.org/actualidad/a148186.html )
El color café con leche hoy en día ya está digitalizado (HMT ONU L #A67B5B ) como lo puede estar la voz en los dispositivos de reconocimiento sonoro, los tipos de rostro, la estatura, las formas de caminar, las huellas dactilares, la localización espacial (GPS) y hasta las mediciones de la temperatura corporal como las que se realizan actualmente para el control de la pandemia del corona virus COVID19, todo ello como datos biométricos que pueden ser almacenados en una tarjeta plástica con un código o un chip. Es posible que ya muchos inventores e innovadores de estas nuevas generaciones tecnológicas, se han puesto a diseñar lo que yo llamaría el "Melanómetro" (medidor del índice de melanina), para determinar y sincerar el color de la piel, del cabello y otros usos, ya el científico mexicano, Dr. Arturo Solís Herrera, ha logrado desarrollar la melanina sintética en lo que él llama la fotosíntesis humana, partiendo de la analogía en el mundo vegetal con la clorofila que es de color verde y la luz solar natural para las plantas, produciendo energía continua en la construcción de una batería eterna o infinita llamada Bat-Gen. El estadounidense Dr. Thomas Fitzpatrick, dermatólogo de la Universidad de Harvard, estableció en 1975 una escala de coloración de la piel humana que varía entre 1 y 6 desde los albinos a los negros muy oscuros, basada en la presencia de melanina, la resistencia a la luz solar y a los rayos ultravioleta, muy utilizada en los tratamientos médicos y estéticos. Aunque la sangre aun siendo de gente pobre o plebeya, siempre es de color rojo, en la hematología y la genética, dos venezolanos (Tulio Arends y Miguel Layrisse) descubrieron el "factor Diego" como primer marcador genético proveniente exclusivamente de los mongoloides asiáticos y nuestros aborígenes, también la mancha mongol en la piel. La mesa está casi servida para establecer señales particulares e información útil a futuros programas censales.
Continuando con el color café con leche ( HMTL #A67B5B ) y el color del mestizaje, encontraremos que socialmente en nuestra historia existieron los blancos criollos y los peninsulares, algunos quienes debido a su movilidad intercontinental, hicieron importantes aportes al conocimiento, como los referidos a la teoría del color (primarios y secundarios), que hallamos en los círculos cromáticos, las escalas cromáticas y acromáticas, en esta última encontramos dos extremos como; la plena y absoluta oscuridad como ausencia de luz y la luz natural que los hace posibles. En otras palabras, todos los colores «primarios» perfectos son completamente imaginarios, lo que implica que todos los colores primarios que se utilizan en las mezclas son incompletos o imperfectos. Todos los colores se obtienen a través de pigmentos y/o por la refracción de la luz.
Haciendo algunas consideraciones sobre los colores de nuestra bandera nacional (amarillo, azul y rojo) que trajo, el blanco criollo, Francisco de Miranda (1750-1816), pudo haber sido tomada del modelo tradicional de coloración, desarrollado por sus contemporáneos científicos europeos Tobías Mayer y Georg Christoph Lichtenberg con el triángulo cromático, del cual en su centro se obtiene un color marrón de tierra parecido al color café con leche digital antes señalado ( HMTL #A67B5B ), equivalente a nuestro "café marroncito", "marrón corto" o "marrón oscuro", no tan claro. En cuanto a variantes del color café con leche, un equipo de actuales astrónomos científicos estadounidenses de la Universidad John Hopkins, hablan del color café con leche cósmico (Cod. Hex. #FFF8E7), por tener en promedio el universo, una coloración intermedia entre el color crema y el blanco de la leche que combinado con el café sería para nosotros un "café con leche clarito" y no un verde aturquesado, como el verdadero color de nuestro universo, que publicaron los astrónomos Karl Glazebrook e Ivan Baldry en el año 2001.
El color marrón en nuestro idioma español también lo podemos asociar comúnmente a la tierra, a la madera, y a cualquier otro mineral o material, aunque proveniente de España deriva en cimarrón para significar cualquier animal doméstico que se le escapa de sus amos y se asilvestra, para las plantas de igual manera puede decirse de algún fruto como las castañas no comestibles o de una fruta cimarrona, como algunas guanábanas (catúche en idioma caribe) o un jugo agrio-desagradable, tradicionalmente la expresión cimarrón se utilizó para los esclavizados afro e indígenas, como ejemplo heroico está la icónica estatua que se halla en el centro de Haití llamada "Le Negre Marron" en francés (ci-maroon). La definición de cimarrón en el vocabulario de la náutica, se dice de un marinero gandul, indiferente, haragán, desidioso y poco trabajador.
En la degradación de colores con el café con leche en las artes gráficas, partiendo de la teoría del color, se pueden establecer puntos o espacios intermedios como los grises partiendo del color blanco (leche) con su código hexagesimal para la informática (Cod. Hex. #FFFFFF) y el color negro (Cod. Hex. #343434) equivalente al "café negrito" o "negrito tinto", de igual manera a la escala de colores acromáticos, es decir, la que se refiere a los diferentes matices entre los colores blancos, grises y negros como colores sin color (Escala acromática de Munsell), donde podríamos yuxtaponer la escala de Fitzpatrick, en sus seis niveles de coloración de piel, con cuatro rostros de colores de piel intermedios que van desde una persona albina como los artistas latinoamericanos Hermeto Pascoal y Cano Estremera, hasta las modelos africanas Nyam Gatwech " la reina de la oscuridad" y Koudia Diop "la diosa de la melanina".
El color de la piel pasa a ser el aspecto más distintivo y relevante en lo que respecta a manifestaciones racistas, de discriminación y exclusión en sus diferentes vertientes, acompañadas de otros rasgos presentes en el rostro (ojos, labios, nariz, pómulos) y en otros atributos o partes del cuerpo, para el tipo de cabello, está el pelo liso y abundante de nuestros pueblos indígenas originarios, en contraste con el cabello rizado, ensortijado, crespo, chicharrón, tieso, o como lo denuncia la premiada película venezolana "Pelo Malo" de Mariana Rondón, donde se destaca la actuación de Nelly Ramos (negra-afrodescendiente) ex integrante del Grupo Experimental Madera. En fin, se van creando estereotipos de todo tipo, que alimentan el racismo proveniente de la supremacía blanca con componentes de superioridad étnica, con epicentro en el "mestizaje" que niega a los históricamente excluidos. Algunos especialistas afirman que es inadecuado usar el término raza, de donde deriva el término racista, para referirse a los diversos y diferentes grupos humanos, sin embargo a primera vista de manera consciente e inconsciente, se hacen presentes, insisto el "mestizaje". Como lo señala el destacado investigador y antropólogo lingüista, Esteban Emilio Mosonyi en un pequeño ensayo, que vale la pena abrir al debate, titulado "Reflexiones críticas en torno al Caribe", donde señala lo incómodo de trabajar con la categoría de "mestizaje" bien sea biológico o cultural, reconociendo la sociodiversidad, la identidad y la especificidad de los pueblos no reducidos a un mestizaje compulsivo.
En los primeros años de esta década en múltiples eventos nacionales e internacionales se ha hablado mucho de Diálogos de Civilizaciones, inclusive se habla de Venezuela como un país mestizo por excelencia, que asume el decreto de la ONU para la eliminación de la discriminación racial del año 1966 y en ese sentido me llamó la atención una nota publicada por Norkys Arias, titulada "Venezuela mestiza, pero profundamente racista" (https://elestimulo.com/climax/la-venezuela-multicultural-aun-esconde-racismo/) del 3 de junio de 2020, donde hace alusión no solo del racismo hacia el negro y el indígena, sino hacia la europea ascendencia portuguesa de Claudia Dos Santos, una joven de extracción popular y apodada "la Barbie", "muñequita de porcelana", "la portuguesita", así como ocurre con otros calificativos como el de "musiú", "blanquito" y hasta de "chinito", "quincallero", "amarillo", para los descendientes de asiáticos.