Actualidad del 19 de Abril de 1810 o la libertad como fundamento de la democracia

I

"No estimo, desde luego -replicó-, que podamos convencer a los hombres de nuestra generación. Pero sí a sus hijos, a los hijos de éstos y a todos los demás que nazcan en el futuro". (Platón (trad. 1968) La República. Aguilar. Barcelona. España. Cap. III., p. 246).

"En la ciudad de Carácas á 19 de Abril de 18110, se juntaron en esta sala capitular los señores que abajo firmarán, y son los que componen este ilustre ayuntamiento, con motivo de la función eclesiástica del día de hoy jueves santo, y principalmente con el de atender á la salud pública de este pueblo que se halla en total orfandad …" (Instalación de la Junta Suprema de Venezuela en el glorioso Día 19 de abril de 1810, en Rojas, Reinaldo, 1985, "El 19 de abril de 1810". Fundacultura. Ejecutivo del estado Lara. Coordinación de Publicaciones y Actividades Literarias. Barquisimeto. Documento N° 4. P. 53).

"…el 19 de abril de 1810 no puede estudiarse como un simple acontecimiento aislado. Visto en sentido histórico aquel hecho viene a ser la fase culminante de todo un proceso político-social-coyuntural, para diferenciarlo de la evolución estructural de la Venezuela colonial" (Rojas, R. ob cit., p. 29).

II

Los hechos históricos, lo sabe cualquier estudiante hasta de los primeros semestres o trayectos de Ciencias Sociales, no se repiten. Son únicos. Otra cosa son las impresiones que cada generación suele tener subjetivamente de cierto evento tal vez ya lejano en el tiempo, cómo da un nuevo sentido o se puede servir de él para apoyarse en las demandas de su día a día y mejor si se ayuda de una u otra manera con nuevos descubrimientos documentales o reinterpretaciones atinentes que respondan a inquietudes que se mueven en el presente de las sociedades en se está inmerso.

Así, se puede leer en el libro del historiador mexicano de orientación liberal Enrique Krauze sobre la historia reciente venezolana "El poder y el delirio" (Enrique Krauze. Alfa, colección hogueras. Caracas 2009) un testimonio del historiador y desenfadado cronista José Roberto Duque que no deja de sorprender porque aborda a groso modo la importancia de volver sobre el pasado y dar otro sentido a la existencia comunitaria, dice: "los barrios están rescatando su propia historia. Se están creando archivos comunales en distintos espacios colectivos, cuyo fin es apoyar el estudio y la reconstrucción de la historia local. Hay discusiones animadas. La gente participa" (p. 318).

Esto es, que ha retomado en sus manos principios fundamentales de la democracia. A saber, la libertad personal y social y su correlato inmediato: la participación en la vida política de la nación apoyados en la mejor tradición de los mayores que, a su modo y de acuerdo a las variables que se movían en su tiempo pasado, les tocó enfrentar graves tareas en la construcción de la república, abrir caminos en medio de una gran maraña de intereses, donde el "pueblo llano" era poco considerado como legítimo interlocutor. Como hoy a pesar de tanta retórica "revolucionaria" y "democrática", dado que gobierno y oposición no son sino grupos conservadores ambos. Aunque no equivalentes, hay gradaciones porque algunos están muy "unidos" por intereses crematísticos, negocian "beneficios", según es fama. Mientras las comunidades populares lidian duramente en sus organizaciones de base, entonces, ¿cómo actualizar el contenido fundamental del 19 de abril de 1810?

Fundamental en este aspecto vendría a ser (a) entender que ciertos acontecimientos regionales y locales tienen vinculación con procesos globales impulsados por luchas políticas y económica-comerciales desde los grandes centros de poder que suelen tener intereses establecidos en contextos nacionales, cuyo territorio como sostiene el uruguayo Eduardo Galeano en "Las venas abiertas de América Latina" nuestros países desde la época colonial se ha especializado en perder, al ser siempre proveedoras de materias primas; cosa que no ha cambiado de ayer a hoy. Al contrario, la derecha latinoamericana repite ese esquema de dependencia y se muestran contentos de hacer cumplir ese rol en la actualidad; (b) los líderes políticos que impulsan transformaciones sociales de tipo autonomista siguen sin confiar abiertamente en el pueblo, en la sociedad civil, en el movimiento popular y suelen caer en el simple populismo, estatismo y pretenden manipular las conciencias de los más pobres; no permiten la más auténtica participación popular.

Son las impresiones que tenemos de procesos políticos recientes con resultados adversos en Brasil, Paraguay, Ecuador, Perú y hasta en Venezuela, les falta fortalecer mucho más la organización popular. Al respecto, Bolivia sigue siendo una referencia, Venezuela en 2002 también, aunque ya ha pasado 19 años y frente a tantas contradicciones o errores vamos por estos derroteros donde la precariedad campea, porque vivimos un nuevo tipo de guerra, desigual y comercial, en ese contexto se han perdido varias batallas, en particular porque nuestros economistas no han sido sino soldados bisoños.

Así, el 19 de abril de 1810 presenta hoy el dilema de las élites ilustradas que tienen una recepción universal de las corrientes de pensamiento político-filosófico más avanzado en Europa, soberanía popular o participación de todos o sectores limitados según la posesión de bienes y cultura letrada, así como su lucha por traducirla en proyectos concretos republicanos, en diseños políticos-constitucionales en el que lo que se ha dado en llamar "pueblo llano" careció de reconocimiento; de tal suerte que los alcances de este evento son también notorios; era la mentalidad dominante de aquella época. Como fuere, constituye un buen tema generador, más allá de la crónica siempre sabrosa en sus detalles de una sociedad como la caraqueña de ese entonces.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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