Sacrificio magisterial o vocación de servicio

Parecen existir una amplia variedad de argumentos válidos en relación a la reanudación de las actividades docentes presenciales, semipresenciales o exclusivamente virtuales. A distancia o también llamadas clases asistidas tecnológicamente. Todo condicionado al cumplimiento de manera estricta de las medidas sanitarias que exigen organismos internacionales (Oficina Mundial para la Salud, OMS, Oficina Panamericana de la Salud, OPS).

Lo contario sería mandar irresponsablemente a los docentes y el restante personal de servicios a un sacrificio, como lanzarlo a un salto mortal sin las condiciones necesarias y suficientes para realizar una acción exitosa. Más aún cuando recientemente los medios de comunicación señalan que existen indicadores sobre un aumento de los casos de covid-19 en Venezuela.

Pero subsiste una cuestión de fondo, vinculado a la subjetividad. ¿Qué determina entonces que un colectivo docente se muestre dispuesto o no a desarrollar clases presenciales, que acepte una dinámica de interacción cara a cara y no considere que ha sido lanzado a un sacrificio irresponsablemente?

Existe al respecto una hipótesis referida a que ello. Está en relación a cuestiones de "creencias", "confianza-desconfianza" a la ciencia y sus protocolos médicio-sanitarios y al régimen político vigente o mediaciones posiciones ideológicas (política y religión, prejuicios sociales). Así, por ejemplo, se ha observado en redes sociales (Facebook, Twitter) que colegios privados y universidades también de gestión privada, ya se aprestan a reiniciar sus actividades docentes semipresenciales, con alternancia entresemana, etc., colegios de la AVEC, UCAB, sede Guayana, UNICA, sede Carora, Táchira, UNY, UFT; e inclusive algunas universidades de administración pública, así como algunas escuelas, liceos y escuelas técnicas llamadas oficiales, también universidades (UPTAEB, UNEARTE, UNES, UNEFA …)

Su fe cristiana católica, en unos casos u de otras variantes de tales sistemas filosóficos cerrados, como también su posicionamiento ideológico-político, democrática, inserción en la modernidad o ser una acción "revolucionaria", liberadora o emancipadora. En fin, su creencia de que están prestando un servicio óptimo al país (servicio educativo de calidad y no mero ejercicio mediocre, que sería un fraude a la juventud, Arturo Peraza, dixit) es lo que los hace comprometerse y asumen el "sacrificio", pueden sublimar lo anterior aludiendo a su "vocación de servicio".

Además, universidades y colegios de administración privada, muchas escuelas y universidades "oficialistas" parecen tener confianza en la aplicación estricta de las medidas sanitarias: vacunación de todo el personal docente (1ra y 2da dosis), desmalezamiento, limpieza e higienización de los espacios comunes de los plantes, comedor, biblioteca, laboratorio, salones de clase, etc.

Creencia en la ciencia y sus protocolos. O sea, demuestran tener mentalidad científica, se diría recordando al filósofo y poeta Gastón Bachelard (Bar-sur-Aube, Francia, 1884-Paris, 1962) en su famoso librito: "La formación del espíritu científico. Contribución a un psicoanálisis del conocimiento objetivo" (Siglo XXI. 8° edición. 1ra edición en español 1948, 8° 1979).

Ayer un profesor de la UPEL-IPB a quien saludáramos en el centro de Barquisimeto nos comentó que sus hijos que cursan en un colegio de Cabudare ya llevan dos semanas de clases y él regresaba de la UPTAEB porque aplicaron allí la segunda dosis de la vacuna llamada popularmente china (Sinobac-Coronavac), que había muy pocas personas en la cola porque cree que ya casi todo el personal universitario del estado Lara, docentes, trabajadores administrativos y obreros ya están vacunados … O es que han renunciado y se han ido del país, que, en fin, ya queda muy poca población que no tenga al menos la primera dosis.

Falta otro argumento de peso. Colegios y universidades de administración privada conceden a su personal docente, técnico-administrativo estipendios en dólares, 200 $, 100$, 50 $ , que son incomparables con los sueldos y salarios de los trabajadores oficiales de la educación, 4 $ 5 $; también está un elemento que no es mera estética exterior, a saber, los planteles que solemos llamar "privados" se mantienen pulcros, muchos con instalaciones físicas imponentes.

Aurora Lacueva en artículo periodístico reciente destaca que el MPPE dizque informó que 5% de sus planteles han sido desinfectadas y deforestada la maleza que en los casi dos años de pandemia el barbecho creció como en conuco sin dueño; cifra harto insuficiente, ya que eso representa 1.200 de los 25. 000 escuelas, liceos y escuelas técnicas existentes en Venezuela (Aurora Lacueva: "Clases semipresenciales", Últimas Noticias, Caracas, jueves, 30 de septiembre de 2021, pág. 10. Opinión). Tal acción continuará, según.

Agrega la autora anterior la imperiosa necesidad de volver a la dinámica cara a cara en al aula, trabajos en equipo, las explicaciones docentes ("relación directa"), previo el cumplimiento de tres requisitos: (a) vacunación, (b) adecuación de planteles, (c) "… la mejora de la remuneración de las educadoras y los educadores del sector público, pulverizada por la crisis que nos agobia" (el último aumento, con Piñate el breve en el MPPE, no logró "alcanzar un nivel mínimo adecuado dado que se partió de una base muy baja", agregamos nosotros que el gobierno desoyó el clamor de los gremios y sindicatos magisteriales tradicionales, si bien filo-opositores, seguro que por meros prejuicios sociales; se guiaron sólo por las impresiones ideológicas de la federación sindical oficialista, SINAFUN y FTUV.

Si bien el gobierno no va a dolarizar el salario, como en el sector de la empresa privada o la educación llamada de administración privada que, tal vez nos equivoquemos, pero creemos que se ubicaría al menos hoy entre 500 a 900 bolívares mensuales.

Finalmente, conviene decir que la educación y la pedagogía en tanto que práctica y teoría suelen estar mediadas por actitudes religiosas o políticas. Ambos aspectos juegan un rol significativo que, a su vez, influye en la perspectiva antropológica que se postula, a saber, que el ser humano, hombre y mujer, realiza su educación formal bien de manera individual, asistido por computadoras conectadas a la red de redes o a la nube, que también se dice hoy; o que la educación formal tiene como condición necesaria y suficiente, la cooperación y la interacción cara a cara docente-alumno, con los compañeros y la comunidad educativa.

Se sostiene que la educación sea un ser individual o un ser colectivo, siempre en relación con el otro; por lo que no sería descabellado pensar que volver a clases presenciales es cuestión de creencias. Lo que como señala Aurora Lacueva no puede ser es que se transforme en un sacrifico para el magisterio, un martirologio secular, por así decir. El regreso a clases supone establecer lo que especialistas en seguridad denominan un "control social formal" (que se cumplan medidas estrictas en cuanto a higiene).

 



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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