Política migratoria humanista: un reto para Gustavo Petro

Hay muchas causas que pueden incidir para que un ciudadano emigre de su país, desde factores de seguridad, demográficos, violación de los Derechos Humanos, pobreza, cambio climático, guerras, conflictos armados, terrorismo, crisis económica, persecución, entre otras. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) diferencia a los refugiados de los migrantes. Los primeros son personas que están fuera de su país de origen debido a un temor de persecución, o un conflicto, violencia u otras circunstancias que perturben gravemente el orden público, y requieren protección internacional. Mientras que la migración implica un proceso voluntario de alguien que cruza una frontera en busca de mejores oportunidades económicas. En el caso de Venezuela, la ACNUR estima que el número de refugiados y migrantes de este país supera los seis MM en todo el mundo; según ACNUR se trata de la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud a nivel mundial. No obstante, no señala la ACNUR que la diáspora de venezolanos se debe principalmente a las sanciones económicas, bloqueos y políticas de aislamiento que mantiene los EE.UU. desde el 2013 contra el país, así como por la imposición de su moneda para desestabilizar su economía, factores estos que además de violar el derecho internacional, trajo como consecuencia que Venezuela se deprimiera en la pobreza, que los avances sociales logrados se desvanecieran y que las Metas del Milenio establecidas por la ONU no se puedan alcanzar. Tampoco señala la ACNUR que los gobierno de EE.UU., Colombia, Ecuador, Argentina, Chile y Brasil, instaron junto con los medios masivos poderosos del mundo, a intensificar la fuga de salida de venezolanos para tumbar el gobierno de Nicolás Maduro, ofreciendo "ayuda humanitaria" a los ciudadanos que salieron de este país, lo que generó esa fuga masiva sin precedentes, sin lograr la mayoría de ellos mejores condiciones de vida a pesar de tantas ayudas internacionales recibidas por los distintos países.

El maltrato hacia la mayoría de los migrantes o refugiados venezolanos en todos los países es muy doloroso e inhumano, la causa: aporofobia y xenofobia. No es igual para la élite burguesa colombiana recibir y "brindarle atención" a Julio Borges, o a Gaby Arellano, o a Luisa Ortega, porque son "ciudadanos honorables perseguidos" (huyeron del país por corrupción), que brindar atención a una familia venezolana que emigró por no cubrir sus gastos más apremiantes. La migración es un fenómeno inducido por el capitalismo, no son culpables sus ciudadanos sino sus líderes, todos son víctimas de este sistema y los presidentes sus títeres; por ende, la responsabilidad y solución debe ser compartida por todos los países del mundo; pero no como la política migratoria que manejó el gobierno de Duque, ya que ha servido para lucrarse y no para atender a la mayoría de los venezolanos. No hay datos precisos de cuánto ha recibido el gobierno colombiano por concepto de ayudas para los migrantes y refugiados venezolanos. Según Migración Colombia, desde 2017, este país ha recibido ayudas que superan los 950 MM de dólares por EE.UU., la U.E., el Banco Mundial y Japón. Organizaciones como la ACNUR, la iglesia católica (responsable también de la migración) y otras ONG han contribuido con aportes para los migrantes. En el año 2018 recibió ayuda de EE.UU. de 2.5 MM de dólares, a través de la USAID, destinada para atención con personas en situación de vulnerabilidad. En el año 2019 (abril) recibió por el BM 31.5 MM de dólares; el Hospital Erasmo Meoz (Cúcuta) recibió 89 mil dólares; en julio de 2019 Japón donó 4.5 MM de dólares; en septiembre de 2019, recibe 120 MM de dólares más por parte de EE.UU. En este mismo año por la U.E. recibió 30 MM de euros, más 50 MM de euros de España para tres años; otros 10 MM de euros a través del BID en este mismo año; luego Duque solicitó un préstamo al BM de 800 MM de dólares; en el año 2021 recibió otro donativo de EE.UU. de 336 MM de dólares, sin contar los donativos recibidos por la pandemia para los migrantes, ya que la comunidad internacional recogió más de 650 MM para los venezolanos que están en América Latina, de este monto Colombia recibió la mayor tajada.

Los refugiados y migrantes venezolanos radicados en Colombia se preguntan ¿dónde está ese dinero? Migración Colombia estima que hay más de 2.2 MM de venezolanos en este país (censo mayo de este año). Lo que significa que los venezolanos no han estado viviendo de gratis en el vecino país, pero lamentablemente no han disfrutado o se han beneficiado del mismo. Los venezolanos radicados en Colombia deben exigir una averiguación al nuevo gobierno, porque tampoco este dinero ha sido destinado para los hermanos colombianos, en virtud de que Colombia está entre los países con mayor índice de pobreza de la región. Los venezolanos que no estén registrados en una Empresa Promotora de Salud (EPS) no son atendidos en ningún centro de salud, y si lo está debe pagar por los servicios de atención médica hospitalaria que le brinda esa EPS; los niños venezolanos indocumentados tampoco reciben atención social, por decir lo menos. Según la Asociación Internacional Capellanes de los Derechos Humanos, única organización con valores patrios, progresistas y revolucionarios, dirigido por el compatriota José Gregorio Ojeda, existe un gran número de venezolanos que viven en situación crítica en Colombia: más de 3.000 coterráneos están en situación de calle, con problemas de salud y pobreza extrema. Más de 4.000 niños venezolanos están en manos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF); es probable que algunos niños hayan sido abandonados por sus padres por venir de hogares disfuncionales, pero a algunas madres se les niega la posibilidad de ver a sus hijos, como el caso de una madre de Puerto La Cruz que cruzó la frontera con su hijo recién nacido y por no tener su documentación (solo la huella de sus piecitos) el ICBF se lo quitó, le niega verlo y posteriormente se lo entregan muerto en una urna sellada; al abrir la urna el bebé tiene un golpe en la cabeza y el ICBF no ha dado respuesta sobre el caso. O el caso de la madre Yusbelys Bracho quien recuperó a su hijo luego de tres meses secuestrado, gracias a la intervención de la asociación. A decir de los colombianos la adopción en Colombia es una vulgar venta de niños. Un extranjero puede pagar por una adopción entre 3.0000 y 5.000 dólares, también este tipo de secuestros sirve para mafias organizadas para trata de blancas. Un niño cuando ingresa al ICBF solo sale bajo adopción. Según el Dcto. 2017 establecido por el Estado colombiano, los niños que entraron a Colombia después del 2019 tienen Registro Civil, los que entraron antes no lo tienen. Causa duda esto, porque puede prestarse para que el ICBF se quede con los niños venezolanos para ser luego adoptados. La adopción en Colombia es un negocio muy lucrativo.

Las medidas de adopción, de atención social y demás políticas que aplica el gobierno de Colombia es un problema de los colombianos y los migrantes no pueden hacer nada al respecto; pero éstas le afectan en virtud de que no hay protección ni garantías fundamentales para los migrantes. En este sentido, la política migratoria humanista es un gran reto para el presidente Gustavo Petro quien tiene que dar un gran viraje a la misma, comenzando por una investigación exhaustiva de los aportes que ha recibido el Estado colombiano para los venezolanos. Todo el dinero recaudado es más que suficiente para haberles dado la debida ayuda humanitaria en todos los aspectos, sin discriminación, y ellos no estuvieran en esta condición. Al mismo tiempo el Parlamento venezolano debe pronunciarse al respecto, exigir una averiguación sobre los niños secuestrados y los fondos que recibió la embajada fantasma de Guaidó por este concepto; así mismo abrir una investigación a la Fundación "Si Se Puede" que nunca les dio apoyo. Ahora la oposición venezolana pretende exigirle a Petro lo que nunca le exigió a Duque. Los medios de comunicación colombianos guardan un profundo silencio sobre todas estas vejaciones; pero si muestran cuando un venezolano roba o mata a un colombiano, ignorando que todos son víctimas de un sistema inhumano, que los venezolanos que están radicados en cualquier parte del mundo son los mártires de las políticas nefastas que le impuso el imperio y que Duque-Uribe apoyaron para desgastar a Maduro y tumbarlo para controlar desde Colombia a Venezuela. La idea es humanizar las políticas migratorias, sensibilizar a los hermanos colombianos para que tomen consciencia de que esta es una problemática para desunirnos y de dar el debido uso de las donaciones a los migrantes. Estaremos a la espera de una Colombia Humana para los migrantes con Petro.

Fecha: 02/07/2022



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Esmeralda García Ramírez

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