El ensayo socialista de Chávez fue truncado, abandonado y deformado hasta su eliminación definitiva. Se acabaron las empresas socialistas, se privatizan las empresas básicas del estado, se entregan o se alquilan las tierras de la nación a intereses privados extranjeros y nacionales. La "recuperación económica" de la que habla Maduro es la recuperación de la propiedad social por los privados, lo que alguna vez fue de toda la sociedad pasa a ser del capitalismo y para los capitalistas.
Crecimiento económico significa que el comercio, la banca, y el sector manufacturero están haciendo negocios, sin embargo estos índices no dicen nada de cual sector social es el que recibe el beneficio y cual la carga de trabajo y sacrificios. En nuestro caso, esos índices y los indicadores de desarrollo social se contradicen, o sea la realidad de la calle, las familias mendigando en las avenidas o hurgando la basura para comer, la deserción escolar, el desorden y carencia de insumos en la salud pública, los sueldos de miseria, todo este triste panorama en relación a la bonanza capitalista, de los bodegones, los Ferraris de Las Mercedes, los paquetes turísticos para gente con bastantes dólares, describe una paradoja; nos dice que hoy los ricos son más ricos y los pobres más pobres y hay más miseria humana.
La recuperación de Venezuela como nación no es un problema puramente económico y técnico, es un problema ideológico, de justicia social, de cómo se distribuye la riqueza, cuál es esa riqueza y a costa de qué se obtiene, al precio de perder nuestra independencia, al costo de nuestro esfuerzo recompensado a toda la sociedad por igual, además de tener que pagar con las destrucción de nuestro paisaje. El problema es que ahora no tenemos patria, que nuestra sociedad está fragmentada y sin esperanzas claras de reconciliarse en la lucha, porque los ricos quieren crecer sobre el sacrificio de trabajadores esclavizados y abandonados por el Estado, dejados a cuenta de los intereses privados y particulares de ellos, así de simple.
El problema sigue siendo el mismo: la mentira. No se puede hablar de socialismo cuando se estimula una sociedad capitalista a ultranza, depredadora, consumidora, egoísta, individualista, el modelo de vida y de sociedad de los ricos y famosos. NO se pude hacer una revolución socialista con las armas melladas del capitalismo. Si maduro y sus asistentes no quieren seguir haciendo más daño a este pueblo, por lo menos dejen de hablar de socialismo y de explotar de forma torcida la imagen de Chávez, y declárense socialdemócratas capitalista, salten la talanquera de forma "honesta", y así ya no habrán más traidores sino enemigos políticos. Dar ese espectáculo de amoralidad, de conducta pervertida es peor que asumir un compromiso con el capitalismo y su forma de vida. El problema para el gobierno de maduro es que se avergüenza de su ideología pequeño-burguesa, del espíritu de aspirantes que lo alienta.
Maduro ha dado pazos claros en esa dirección "ética", cada vez es menos escrupuloso con eso de aparentar ser hijo de Chávez o de ser socialista, cada día muestra más rechazo, más grima por el socialismo y apego al sentido común capitalista. Es más feliz como héroe capitalista, lo que para él significa ser un héroe de la unidad nacional; oligarcas y ricos = Patria y nación. Se siente mucho más cómodo en la cuarta república. Su última tarea antes de cruzar hacia la otra acera es desprestigiar como pueda la imagen de Ramírez y de todos sus verdaderos enemigos, una técnica vieja usada por los adecos para cuando se les acababan los argumentos en contra contrarios inteligentes o con prestigio; la tirria por la inteligencia y por la gente honesta los convierte en crápulas de bajo fondo, que buscan igualar al mundo a su propia condición moral.
Rafael Ramírez sigue siendo socialista, defendiendo el socialismo y a un Chávez socialista, cosa que, aparte del farsante de Diosdado Cabello, nadie hace, o se atreve a hacerlo ahora desde las jefaturas políticas. En los espacios del gobierno, del socialismo y de Chávez solo quedan objetos de colección, publicidad corporativa, algunas consignas que repiten los seguidores de Diosdado (y Diosdado) como un reflejo condicionado – Diosdado, digno sucesor de Darío Vivas –. Pero pensar desde el socialismo, defenderlo sin ninguna necesidad de hacerlo, sobre todo cuando estás amenazado de cárcel por eso, porque "ese mal ejemplo" no conviene al madurismo renegado ("un ladrón, corrupto, millonario que vive como un duce en un palacete…" – extrapolación de sus sueños pequeño-burgueses –… "¡defendiendo a Chávez socialista y al socialismo!, ¡No puede ser!"). Al madurismo le conviene más bien que los corruptos se vayan a Nueva York o a Mayami a vivir, y renieguen del socialismo y lo calumnien, que hagan igual con Fidel y con Chávez y su familia, ¡que no se fracture su lógica de hipócritas pacatos!,…que se creen buenos y honestos, solo porque no han sido descubiertos infraganti en sus marrullerías, o no lo sentencia un tribunal… Al madurismo renegado la conciencia les estorba, por eso no llevan una, en su morral solo cargan astucia, porque también sus mejores sueños se pudrieron.
CON EL SOCIALISMO, CON CHÁVEZ Y CON RAMÍREZ, PATRIA SOCIALISTA O MUERTE