La CEV sin novedad en el frente o el pecado de contumacia

La Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, ha emitido otra de sus Exhortaciones anuales dirigida a toda la comunidad nacional, feligresía y personas de buena voluntad (¿quién leerá ese texto detenidamente y aplicará a su vida privada y su entorno tales reflexiones?); y, como casi siempre, sin mucha novedad en ese frente, pasará sin pena ni gloria, parafraseando la conocida novela de Hemingway como no sea la incorporación de un nuevo miembro: Mons. Oswaldo Araque, recién nombrado Obispo de Acarigua-Araure, estado Portuguesa y antiguo Vicario General de la Arquidiócesis de Barquisimeto; quien seguramente firma esas letras sin mayores miramientos, porque es conocida su oposición férrea a la Revolución Bolivariana, así como su piedad y capacidad discernimiento, igual que la de todos sus "hermanos en el episcopado".

El único punto de diferencia es que el sistema político actual venezolano nunca logran entrever sus aspectos positivos, sino que todo lo negativo y horrible que hemos vivido últimamente, lo atribuyen a los errores y corrupción administrativa de los "rojos-rojitos".

Eso es verdad, pero no toda la verdad. Al contrario, no dicen una palabra condenando abiertamente la corrupción de Juan Guaidó y su combo, el robo de los activos de Venezuela en el exterior y la violencia que promueven desde 2014; parecieran más bien, Dios me perdone, cohonestar todas esas acciones de la oposición política nacional y su apoyo internacional, aceptando las sanciones promovidas por USA y la CEE, siendo ello fuente de mucho sufrimiento de todo el pueblo venezolano; esa ha sido, ¿qué le vamos a hacer?, una actitud contumaz, persistente, de la CEV y que a muchos preocupa; inclusive desde la ingenuidad de lo aprendido en la catequesis puede representar un pecado.

En efecto, sin ponernos "profundos" en teología moral y derecho eclesiástico, unas disciplinas abstrusas, de las nada sabemos, sino que cierta fuente señala lo siguiente:

Contumacia (789) Persistencia obstinada en el mal. En la Ley de la Iglesia (C.D.C) se la considera una resistencia al arrepentimiento y a abandonar el delito o el pecado, por lo que se deben aplicar ante ella penas que faciliten la conversión (cc. 1347).

La idea de contumacia en el sentido de "endurecimiento del corazón" de "obstinación en el mal o en la incredulidad" aparece con frecuencia aludida en el Nuevo Testamento: Mt. 19.8; Mc. 10.5; Mc. 6. 14. Hech. 19. 9. Hebr 3.8 citando al Sal 95.8. Es lo contrario a la conversión, a la docilidad a la Palabra divina.

Especial rebeldía es la contumacia contra el Espíritu Santo, es decir la del que se muestra obstinado en negar su acción. Su actitud es una blasfemia y su pecado "no se perdona ni en este mundo ni en el otro". (Mt 12.3). Con todo no basta una exégesis ligera de este texto, pues sabemos que para Dios todo es posible. (Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006).

Otra fuente acota también que: CONTUMACIA (Femenino)

1

Cualidad de contumaz.

"el tiempo no había dejado devolver sus despojos con la impasible contumacia con que devuelve el mar sus cadáveres"

2.

Actitud de la persona contumaz.

"dirigió personalmente y con insaciable contumacia los trabajos de la planificación y el levantamiento de la casona"

(Diccionario. Definiciones de Oxford Languages).

Como quiera que sea, los obispos discurren reflexionando abiertamente, caiga quien caiga en sus consideraciones, ¿se sentirán aludidos también los sectores de la oposición en esta Exhortación? Recientemente leímos un libro, una biografía del Pbro. Juan Vives-Suriá y en alguna parte, en ocasión de que la CEV emitiera un comunicado por una celebración eucarística donde hubo ciertos discursos políticos en las intervenciones, el sacerdote reconoce la importancia del cuidado de no confundir lo religioso con la manipulación ideológica; sin embargo, acota que es indudable que los obispos de Venezuela han dado la espalda a la opción que el pueblo mayoritariamente ha tomado. Es decir, el respaldo político al presidente Hugo Chávez en su tiempo y, por extensión al presidente Maduro en los días que corren, aún con sus procesos de continuidad y ruptura; luego, no ha sido toda la iglesia, sino los más altos jerarcas.

En esta última exhortación de la CEV, se detienen en varios aspectos y unos resaltantes viene a ser el de la educación, que a la letra dice:

7.Igualmente, la gravísima crisis educativa que se manifiesta, entre otras cosas, en la deserción escolar y docente, los bajos salarios de los maestros y profesores, el deterioro de las infraestructuras escolares. Todo esto viola el derecho universal a la educación que consagra nuestra Constitución.

8.Venezuela luce hoy el rostro de un país fracturado, a pesar de la gran capacidad de superación que ha mostrado nuestro pueblo, por la que muchos conciudadanos en toda la geografía nacional han buscado y siguen buscando caminos para resolver pequeños y grandes problemas en sus familias y comunidades

.9. Ante esta realidad, consideramos que un futuro mejor para nuestro país pasa, en primer lugar, por el reencuentro de todos los venezolanos. Esto requiere apertura, valentía, disponibilidad de todos. Los diversos encuentros de Jesús con la gente son una fuente de inspiración para este re-encuentro (cf. Mt 1,16-20; Mc 2, 13-17; Lc 5, 12-16 y 17-26; Jn 3, 1-21 y 4,1-42).

10.Todos somos necesarios. La transformación de un país no es tarea exclusiva de un líder mesiánico, ni de un grupo de especialistas, ni de un partido o parcialidad política, por muy capaz y carismático que sea. Por eso, ningún sector de la sociedad puede pretender excluir a otros en la reconstrucción del país (cf. 1 Cor12,22). Los venezolanos estamos llamados a poner en práctica lo que el Papa Francisco llama el arte del encuentro.

11.Debemos escucharnos unos a otros. Los grandes problemas que nos aquejan solo encontrarán adecuada respuesta si somos capaces de reconocernos, con espíritu abierto y sincero, sin prejuicios, en clima fraterno y solidario, favoreciendo la dignidad de las personas por encima de los intereses particular esas ideologías. Esto se realiza no sólo con los oídos sino también con 0el corazón (cf. Sal 94,8). Sin estas actitudes, las soluciones que puedan ofrecerse a los problemas antes mencionados serán artificiales, prefabricadas y sin incidencia real en la vida concreta de las personas y comunidades. CONSTRUIR UN PROYECTO COMÚN DE PAÍS: "Para que, transformados con una nueva mentalidad, seamos capaces de distinguir lo que es bueno y justo" (Rom 12,2).

Más allá, o más acá de las diferencias, convendría leer detenidamente la mencionada Exhortación, en estos y otros párrafos, decimos nosotros, no sé y principalmente quienes toma decisiones en unos y otros sectores sociales y políticos, tal vez pensando en aquello de que "escribe, que algo queda", de Kotepa (o lee).



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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