Freites - Hip...¡Viva la Semana Santa!

Esta es una interpretación novelada de los capítulos del Nuevo Testamento por el obispo Freites: “Como van a implantar la Ley Seca, si el milagro de las bodas de Caná se debió al licor, porque no fue que Jesus convirtió el agua en vino, sino que los invitados estaban vuelto tortilla y no veían una vasija de vino sino cuatro. Tampoco debemos olvidar que se tomó tanto licor en la última cena, que los concurrentes, hechos molleja, se fueron a pasar la mona al Huerto de los Olivos, y por eso no se dieron cuenta cuando llegó Judas, el único abstemio, con los guardias para apresarlos por violar la Ley Seca de esa Pascua. Como a Jesús le caía mal la caña, buscó camorra con Caifas, y hasta le contestó mal con un Así como tu dices es, Y?, pero gracias al divino efecto del alcohol no sintió ni los latigazos ni la crucifixión porque estaba sabrosamente sedado. Entonces si todo esto esta reseñado en la Santa Escritura, como va el gobierno hereje a prohibir el consumo de ese divino liquido que lleva a la mas alta exaltación espiritual, y de paso como van a castigar con tal medida aquellos que se sacrifican de sol a sol para brindarnos el bíblico elixir”. Hasta aquí el sermón de la única palabra “BEBAN” del inefable obispo.

Este es el mundo al revés, ni la imaginación de un Isaac Asimov podría estructura una situación tan contraria a la razón, como la delimitada por el obispo bonchón en su entrevista con Granielito. Este cura de marras tiró escaleras abajo en un tris toda la doctrina cristiana sobre la CONTINENCIA, base del control de nuestros impulsos primitivos y fundamento del desarrollo espiritual y de la madurez de conciencia. Hasta donde se sepa el HEDONISMO no es una norma filosófica cristiana, sino por el contrario algo con lo que tuvo que luchar el cristianismo desde sus comienzos. Y si ya en el Medioevo los escándalos de curas, obispos y papas licenciosos y permisivos, eran tan evidentes que fueron vertidos en la mayoría de los cantares profanos y de gesta, como será la negritud de anima de sus predecesores, que el rimbombante monseñor Freites, diserta no sobre la doctrina de Cristo sino sobre la del papa Borgia.

Que un supuesto líder de la iglesia hable con tanta ligereza de un flagelo tan terrible como es el consumo de alcohol en nuestra sociedad, que fomente la fiesta pagana y no el recato y la meditación en el mensaje de quien debería ser su estandarte, bajo la excusa de que todos tenemos libre albedrío de actuar, como si la conciencia individual se le hubiesen soltado las riendas del alma, y el hombre tiene libre albedrío para destruirse a si mismo y a los demás, y hacer toda esta propaganda de epicúrea semblanza en la Semana Mayor, demuestra la bajeza moral de quien habla y descubre que esta cosa no es un discípulo de Cristo sino del Diablo. Sr. Freites, el libre albedrío debe ejercerse, en los límites impuestos por el derecho colectivo, y no puede estar por encima del bienestar social.

Se olvidó el ínclito prelado que no solo la mayoría de los accidentes de transito tienen como causa primordial el consumo de alcohol, sino que el 90% de los crímenes vienen condimentados con este aderezo. Porque el hecho de que el alcohol tenga aceptación en nuestra sociedad, no quiere decir que deja de ser una DROGA, un VICIO, que daña el cuerpo y degrada el alma. Cuantas familias sufren continuamente los estragos que el alcohol provoca en sus integrantes, destruyendo el núcleo familiar, opacando la conciencia, debilitando la voluntad, y poniendo en zozobra cada semana la tranquilidad de las familias. Viva usted sr. Freites en la casa de una persona aficionada al alcohol, podrá seguro vivenciar la Apocalipsis sin retardo.

Las medidas tomadas en esta Semana Santa, que de santa no tiene nada, son tímidos movimientos hacia lo que debería ser un esfuerzo permanente del estado para elevar la conciencia de sus ciudadanos, y luchar enconadamente contra la propaganda capitalista del consumo de alcohol. La Ley Seca debería ser permanente, se debería limitar las licencias de distribución y venta de alcohol, y aplicar requisitos muy rígidos en las licencias actuales. Este pueblo que no aguanta dos pedidas para hacer una juerga escanciada con buenas dosis de licor, lo que menos necesita es que se le estimule a ello. Un pueblo así debe ser educado a tener vocación de servicio y de trabajo, para que llegue el momento que no dependa en nada del estado, sino de su propio esfuerzo. Si queremos una revolución entendamos que no la encontraremos en un sarao, sino en el esfuerzo continuo hacia la transformación de nuestras estructuras sociales y mentales.

¿Cual es la cuantía de la perdidas económicas en una semana en donde todos en el país anda en vacaciones, y muy pocos en los menesteres religiosos adecuados para la fecha?, ¿Por qué el país que quiere desarrollar su potencial y elevar el nivel de vida de TODOS sus habitantes, permite este tipo de sangría de recursos y de vidas? ¿O es que no podemos sobreponernos como sociedad socialista sobre las costumbres de consumo capitalista?. Porque no se toma como único día religioso el Viernes Santo, y los demás días deben ser de labor. Porque el país debe hacer planes de contingencia, en donde se gastan ingentes cantidades de dinero, para salvaguardar a aquellos que en nada se quieren cuidar, hasta cuando seremos un estado que pretende suplir la falta de conciencia de sus ciudadanos. Tome el estado las previsiones necesarias para que siempre sea seguro vivir y conducir en nuestro país, pero el que quiere andar como una cuba por la vida, el estado no debe protegerlo sino ponerlo preso, multar fuertemente, porque no hay nada tan efectivo como castigo para el venezolano, como aquello que le golpea el bolsillo. Porque no se implementa un Misión Sobriedad para arrasar con la plaga del alcohol en nuestra sociedad. En fin Sr. Freites sus declaraciones, ya no dan pena, han pasado mucho más allá, dan nauseas, como vende por un plato de lentejas lo que debería ser su primacía espiritual, pero al igual que la conciencia, la vocación y el espíritu de servicio no viene en capsulas debe nacer en nosotros, y usted como sacerdote de Momo o de Baco, bien poco debe saber de esto. Trabajo y más trabajo, es lo que necesita nuestro pueblo, para hacer patria. No más bonche, no más juerga, no más sarao, no más bebezón, no más de esa parte de los ministros del culto que son más materialistas que los laicos a los que sermonean.

Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos, que creen en mí, mejor le fuera si se atase una piedra de molino al cuello, y se arrojase en el mar. Marcos 9:42
Ay de vosotros interpretes de la ley. Porque cargáis a los hombres con cargas que no se pueden llevar, pero vosotros ni con un dedo las tocáis. Lucas 11:46

Muchos curas, obispos y demás recuerdan el término utilizado por el Cristo, “Sepulcros Blanqueados”, muy bonitos por fuera, pero la podredumbre la llevan por dentro.

El Socialismo requiere del Hombre Nuevo solidario, conciente, socialmente comprometido, y para alcanzar esa condición se necesita mucho esfuerzo para mejorar y cambiar. Se necesitan medidas radicales para llegar a la meta, no pañitos tibios esporádicamente. O cambiamos o fracasamos.
Gracias por escucharme

Antonio Bermúdez


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