Si alguna situación en las sociedades postmodernas ha estado caracterizando a la economía mundial y el comercio internacional en lo particular, es que en estos comienzos del siglo XXI, se ha desarrollado una profunda y compleja globalización, no sólo de las cadenas de suministros, sino también en los grandes avances en la tecnología de la información, que mantienen en tiempo real, una interconexión directa entre los sectores económicos y académicos, en el mundo entero, que permiten realizar cualquier tipo de transacciones que van desde el conocimiento, los bienes y los servicios.
El caso es que la inmensa mayoría de los países que forman parte de Las Naciones Unidas (197 miembros) tienen una consciencia clara sobre la importancia que tiene para las economías nacionales, la promoción de las exportaciones, para poder colocar sus productos en otros países, lo cual permitiría unas consecuencias extremadamente positivas para las naciones exportadoras, en donde queda involucrado tanto El Estado, como los particulares que de manera organizada, pueden estimular la producción nacional, al aumentar la demanda de sus productos.
Con la promoción de las exportaciones, concurren una serie de beneficios que actúan de manera simultánea, tales como: el ingreso significativo de divisas para el país, una mejora importante en la balanza comercial, ya que permitiría inclinar la balanza a favor de los ingresos y por lo tanto, se reducen las posibilidades de solicitar fuentes de financiamientos y el crédito internacional, cuando se dosifican las importaciones.
Cuando nos referimos al caso venezolano, es importante destacar que el Estado se encuentra en estos momentos organizando desde el punto de vista institucional, el nacimiento de un organismo dedicado exclusivamente a la promoción de las exportaciones no petroleras, cuando ya hemos agotado con el ciclo de la Venezuela rentista y exclusivamente apoyada en una economía petrolera y mono productora.
Las sanciones han afectado de manera contundente a la economía nacional, que ha obligado al país realizar un replanteo de sus sistemas de producción agrícola, que está logrando una importante reducción en las importaciones, con la intención de llevar al mundo productos "Made in Venezuela".