I Ante la reforma constitucional la oposición incurre de nuevo en errores. Primero satanizando la propuesta de Chávez que, como lo demuestra el texto, no tiene los contenidos antidemocráticos, expropiatorios, liquidadores de la propiedad privada, de la patria potestad, de la enseñanza religiosa y otros tantos fantasmas con los que se trató de sembrar el terror.

Es una reforma que apunta a la profundización de la democracia. A ampliar el campo de lo social, de la participación y que, incluso, fortalece el derecho de propiedad al proyectarlo con nuevas modalidades. O sea, que la oposición reincide en la torpeza al no captar los avances sociales y políticos del proyecto. En segundo término, parte de la oposición ya acordó arremeter en contra del sistema electoral. Con lo cual renuncia, a priori, a participar en el referéndum aprobatorio de fines de año. Otro sector más realista y consciente, discrepa de esa actitud suicida y anuncia que no renuncia al camino electoral. Es la posición, por ejemplo, de Primero Justicia. Pero el daño está hecho, porque se impone otra vez la división. ¿Qué arguyen los abstencionistas? Que las elecciones son un mecanismo perverso mediante el cual Chávez adelanta su proyecto de perpetuarse en el poder. La típica reacción para disfrazar el miedo a consultar al pueblo.

II Los argumentos son los que siempre emplea la oposición que se siente incapaz de competir. Por cierto, una oposición que a diario sostiene que Chávez es minoría y que ella es la mayoría.

Manipulando encuestas y con apoyo de algunos medios obsesivamente antichavistas, trata de colocar en el mercado de la imbecilidad la versión de que está a punto de sacar a Chávez de Miraflores.

Si esto es así, ¿por qué abstenerse y renunciar a una victoria? Inexplicable la contradicción. Y en ella está la razón de ser de la actitud de ese sector.

¿Por qué la oposición no concurre unida, bien sea al referéndum aprobatorio o a cualquiera otra elección? Una de dos: o la oposición tiene la ilusión de que absteniéndose deslegitima a Chávez -lo hizo en las parlamentarias-, o piensa en el golpe y la insurrección popular. Así de sencillo.

III La oposición sabe que en cualquier pulso electoral será derrotada por Chávez y carece del coraje cívico y la voluntad necesaria para constituirse en alternativa. Cito ejemplos que deben hacer reflexionar a los actuales dirigentes de la oposición: A) La convocatoria a elecciones para una Asamblea Constituyente en 1952, durante la dictadura de Pérez Jiménez.

Las condiciones para participar no podían ser peores: represión generalizada, miles de presos políticos, exiliados, torturados, censura de los medios. Tal era el clima de terror que 39 días antes de la fecha fijada para las elecciones -30 de noviembre del 52-, el 21 de octubre fue asesinado el líder de la resistencia, Leonardo Ruiz Pineda. En esas condiciones, Jóvito Villalba (URD) y Rafael Caldera (Copei) decidieron participar. Acción Democrática estaba en la clandestinidad y Rómulo Betancourt giró desde el exilio la orden de abstenerse. El Partido Comunista también ilegalizado- acordó participar.

El resultado fue la aplastante derrota electoral de la dictadura y de los mandos adecos abstencionistas. El episodio deslegitimó a la dictadura y, a partir de ese momento, ésta renunció al manejo de la política y se hundió en el pantano de la represión. B) Otro episodio importante fue la participación de Chávez en el proceso electoral de 1998 en condiciones totalmente adversas, compitiendo con una estructura electoral corrupta, experta en trucos para imponer a los candidatos del sistema. Desde sectores de la izquierda se criticó a Chávez por participar, y fue el pueblo quien le dio la razón otorgándole la victoria.

IV Hoy las condiciones son incomparables a las de los años 52 y 98. Lo que movió a Villalba y Caldera y a Chávez a participar fue la voluntad de trazar un camino y no sucumbir al fatalismo. Sobre todo a confiar en el pueblo que en último término decide. Mas, para eso, se requiere claridad de propósitos y bastante de aquello. Hoy la oposición renuncia a la vía electoral pretextando ventajismo, cede ante las dificultades cuando cuenta con suficientes garantías.

Una oposición que actúa así no merece llamarse oposición.

Es otra cosa. Pero jamás lo que los venezolanos entendemos por oposición, concepto que en nuestra historia tiene incuestionable valor ético y personal.

LABERINTO

Por los lados del Banco del Sol -con sedes en Caracas y Buenos Aires- fumea parte del caso de la maleta con dólares de Antonini...

Remordimiento. Así titula Julio Borges una nota en este diario (19-08-07) y escribe: "¿Qué sentirán en este momento quienes promovieron el retiro parlamentario en el 2005?". Y agrega: "La unidad hay que redefinirla, porque en nombre de la llamada unidad se han cometido los peores errores para Venezuela: el retiro o el paro, sólo para mencionar dos de ellos. En política hay sumas que restan".

¡Autocrítica acertada! Por cierto, ¿contra quién van los tiros? Los adecos ya le respondieron...

Derrumbe. The New York Times lo planteó: "Los cimientos físicos del país parecen derrumbarse bajo nuestros pies". El diario se refiere a la caída del puente en Minneapolis y a muchos otros casos, ejemplos: estallido de las tuberías de vapor en Mahattan y colapso de los diques de Nueva Orleáns. La infraestructura de la nación más poderosa del mundo es una amenaza para sus habitantes. Pero los dirigentes, desde Bush para abajo, están atareados matando gente en el extranjero con sus guerras e invirtiendo en ellas el dinero de los contribuyentes...

Es hora de que el Estado venezolano asuma el tema de la presencia paramilitar. El aumento del secuestro, del narcotráfico, del sicariato y otros delitos, tiene estrecha relación con estos delincuentes. Pero sólo se menciona la guerrilla.

Silencio de la oposición y del gobierno ¿Razón? Sin respuesta. En tanto, el fenómeno se expande como un cáncer...

Carlos Menen, el presidente más corrupto de Argentina, que prácticamente vendió al país y lo dejó en el esterero, acaba de declarar que "el gobierno de Kirchner es el más corrupto de la historia". El mismo lenguaje que utilizan los corruptos de la Cuarta República contra Chávez.