Otra reflexión sobre el artículo 100

La prima observación que hemos hecho tiene relación con el texto de la moción que nos dice, a propósito del Artículo 100:”La República Bolivariana de Venezuela es el producto histórico de la confluencia de varias culturas…”. La sinonimia del término varias (os) nos remite “a algunos, unos cuantos, diferentes, diversos, distintos”. Consideramos que la palabra varias no alcanza a expresar cuantitativamente las muchas culturas que se dieron cita en estas tierras. No obstante, el término si pudiera apuntar a señalar lo disímil y distinto de esas culturas. El mismo Diccionario de la Real Academia Española, (DRAE, 2001) nos aporta una segunda acepción de dicho término y nos dice: Del Latín varius. Adjetivo, que significa diverso o diferente. Que tiene variedad o está compuesto de diversos… En consecuencia, y aunque parezca paradójico, el término varias nos habla más de diferentes, de distintos que de lo numéricamente abundante. Muy a pesar que de entrada su lectura nos conduce a pensar en, precisamente, eso: unos cuantos y no en muchos como resulta del hecho histórico-social.

Nuestro primer intento de moción estuvo dirigido a proponer que el texto dijera “varias y muchas culturas” pero en una sabrosa e intrincada discusión realizada en la Secretaría de Cultura de la Alcaldía Metropolitana, surge la propuesta de que el texto diga: múltiples culturas. De tal manera que el texto quedaría: La República Bolivariana de Venezuela es el producto histórico de la confluencia de múltiples culturas.

Ahora bien, nos dice la propuesta sobre el artículo 100: “…por ello el Estado reconoce la diversidad de sus expresiones y valora las raíces indígenas, europeas y afrodescendientes que dieron origen a nuestra Gran Nación Suramericana….”. En términos generales, esta unidad normativa plantea, de una u otra manera, un tópico estratégico y vital: el asunto étnico. Ya el Libertador, Simón Bolívar expondría con acusa precisión el problema étnico, en el marco del Discurso de Angostura, en febrero de 1819: “Séame permitido llamar la atención del Congreso sobre una materia que puede ser de una importancia vital… Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos…” Semejante afirmación nos conduce a ratificar que es parcialmente cierto que somos el producto histórico de una sumatoria del blanco, del indio y del negro. Somos étnicamente mucho, pero mucho más, que esa sumatoria, siempre inexacta. Estamos ante un tópico de intrincadas raíces y múltiples consecuencias. Resaltar a una comunidad étnica determinada conduce, inexorablemente, a nombrarlas a todas, así sea tangencialmente. El asunto étnico de la nación apenas asoma sus aristas en la Carta Magna del año 1999 y una referencia como la hecha en la moción de reforma debe tener mucho cuidado. Muchas veces se excluye por sólo nombrar algunos. Reiteramos lo dicho por Bolívar la materia puede ser de importancia vital.

Por ello nos atrevemos a proponer que el texto esté redactado de la siguiente manera:

“…por ello el Estado reconoce la diversidad de sus expresiones étnicas-culturales y valora las raíces indígenas, europeas y afro y afrodescendientes, así como de otras comunidades étnicas que dieron origen a nuestra Gran Nación Suramericana…”. Volveremos sobre el Artículo 100.


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Efraín Valenzuela

Católico, comunista, bolivariano y chavista. Caraqueño de la parroquia 23 de Enero, donde desde pequeño anduvo metido en peos. Especializado en Legislación Cultural, Cultura Festiva, Municipio y Cultura y Religiosidad Popular.

 efrainvalentutor@gmail.com

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