Compatriotas Diputados ¿Se deben hacer las Reformas desde lo meramente político …?

¡La política no puede ser el todo o la panacea! ¿Dónde queda la espiritualidad?

Los cambios que ocurren en Venezuela –más allá de lo político— no son más que cambios de conciencia o “elevación de conciencia espiritual”. ¿Qué está ocurriendo en Venezuela? ¿Porqué los ojos del mundo ven y tienen puestos todo su interés por lo que pasa en Venezuela? ¿Porqué los inversionistas y grandes capitales (como la abeja al panal) quieren invertir en Venezuela? ¿Qué tipo de transformaciones políticas ocurren en Venezuela?

Es realmente inédito lo que acontece en Venezuela. Y de allí, de la elevación de “conciencia espiritual” que se vive en Venezuela, deriva la importancia política que tiene Venezuela en el concilio de las naciones del mundo (…)

Camaradas Asambleístas, la política no puede estar distanciada ni mucho menos separada de la espiritualidad. Mucho antes de que existiera la política existió la espiritualidad. Quizás sea oportuno decirles y darles a entender que no se pueden resolver los problemas que acosan a la humanidad a través sólo de la acción gubernamental o por medios políticos. Ya muchos lo intentaron durante miles de años. El cambio que debe efectuarse sólo se puede lograr –como en efecto lo está haciendo el presidente Chávez— en el corazón de los hombres. ¡En otras palabras, desde el espíritu y corazón del pueblo!

Camaradas Asambleístas, todavía no es tarde como para que se no considere la posibilidad de discutir y analizar, que en el texto definitivo de las Reformas se introduzca una figura muy importante como lo es la “conciencia espiritual”, el cual de hecho es inherente al fuero humano. O si se quiere, considerarlo, como el “grado de conciencia espiritual” ingénito en el ser. Ya que de soslayo (en las propuestas de Reforma) solo se ha mencionado meramente el término “conciencia espiritual”, pero en honor a la verdad no se le ha dado la debida importancia que se merece.

El Presidente Chávez cuando el día 15 de agosto, ante la Asamblea Nacional, hizo de cara al pueblo la propuesta de Reforma a la Constitución, a objeto de hacerle importantes modificaciones a 33 artículos (10%). Fue esa propuesta –en esencia— una decisión política de impostergable necesidad histórica, por cuanto ha sido durante mucho tiempo una aspiración velada que el pueblo ha anhelado y deseado, a fin de poder ensamblar y consolidar los cambios revolucionarios que demanda.

¿Por qué les digo, compatriotas asambleístas que a las reformas propuestas –más allá de lo político— le faltó algo esencial? Le falto algo esencial y necesario porque dentro del ‘espíritu’ de las reformas propuestas –y más allá de lo meramente político— no se le incorporó, como indispensable también, la convocatoria espiritual que hubo que plantearle al pueblo. Con estas reformas, a decir de Gramsci, lo que no termina de nacer nace y lo que se resiste a morir muere… En otras palabras, como decía el presidente Chávez, que termine de morir la nueva sociedad, y termine de nacer la nueva; que el hombre y la mujer vieja terminen de convertirse en el hombre nuevo.

Las reformas propuestas, desde una visión de todo el poder para el pueblo, han sido recibidas, aceptadas y asimiladas por el pueblo porque sus niveles de ‘conciencia espiritual’ así lo determinaron. Y desde un primer momento esas propuestas de reforma se comenzaron a estudiar, analizar, discutir, y debatir, con el protagonismo de un pueblo que en conciencia y ‘espíritu’ se sentía maduro como para enfrentar los retos que tenía ante sí, ante sus congéneres, ante la nación y ante la Madre Tierra (Pachamama); dada la importancia y trascendencia del texto de reforma propuesto por el presidente Chávez. No sé si me explico o me doy a entender…, pero en lo posible tratare que esta humilde sugerencia sea asequible y didáctica porque no es fácil decir, trasmitir o transcribir lo que trato de sugerir.

No se vaya a pensar que lo que les sugiero a la honorable Asamblea y, por extensión al pueblo, sea una irreverencia o una inmodestia de mi parte. No, ese no es el punto. Tampoco quiero que se entienda (con el debido respeto que se merecen los religiosos, seglares o eclesiásticos) que lo que les sugiero guarde o tenga relación con lo cristiano, religioso, seglar o eclesiástico. ¡No compatriotas asambleístas! Lo que trato de decirles, es que el pueblo más allá de sus formalismos sociales y desde su manera de respetar y aceptar como suyas sus creencias religiosas, eclesiásticas o devocionales, hay, en ese más allá…, un sentir desconocido, una intuición, un introito o un cabeceo de “conciencia espiritual” que brota desde ‘dentro’. Y es esa fuerza interior (conciencia crística) que dimana de nuestro ser y que no es otra cosa que nuestra “conciencia interior”, la que nos guía y nos da en su debido momento respuestas ciertas, exactas e inequívocas.

Señores asambleístas, quizás sea un poco complicado y nada fácil de entender, a priori, la convocatoria que se le hizo al pueblo y que tuvo que ver con habérsela hecho solo desde lo meramente político, sin que se tuviera en cuenta que más allá de lo político lo que está en juego es, hacer que el colectivo acepte el reto que se le plantea desde sus niveles de “conciencia espiritual”. Es decir, ese llamado político encierra desde su acepción un gran desafío que se le hace al pueblo, con el fin de que a través de esa sumatoria de conciencias (madurez y solidez ideológica) se exprese la sabiduría del colectivo y, por ende, su “conciencia espiritual”. De manera que la voz en conciencia de ese pueblo, sea en esencia y en efecto, la voz de Dios.

¡Es a eso a lo que me refiero, compatriotas diputados! La consciencia colectiva –de la cual tenemos atisbos en determinadas circunstancias— no es de nuestro pleno dominio y conocimiento, pero es en ella donde reposa la base de toda verdad y, por tanto, de toda espiritualidad verdadera

Ese pueblo sabio, paciente y humilde, desde su formación educativa bien sea autodidacta, media, técnica o universitaria ya hizo suya las propuestas de reformas hechas por el presidente Chávez, y tomó para sí el reto que el presidente les planteaba desde el mismo momento en que se hicieron.

¿Por qué ocurre esto? Ocurre, porque el pueblo ha elevado con inusitada rapidez sus niveles de conciencia espiritual, y más que todo se elevó durante los convulsionados 8 años de cambios revolucionarios experimentados desde el año 1998. Durante esos 8 años se fue formando el acicate de conciencia necesario que hizo posible que se elevara la “conciencia espiritual” del colectivo, permitiendo por ende desde esa madurez de conciencia darle cabida a las reformas y, aceptar en hora buena, el reto formulado por el presidente.

El presidente Chávez, con una elevada conciencia espiritual y como líder de un proceso que exige cambios profundos en el país, ha hecho posible que esos cambios de paradigmas fructificaran gracias a su fortaleza de conciencia, a su tenaz perseverancia, a su incondicional entrega por su gente y a su humilde y proverbial manera de focalizar y resolver los problemas del colectivo.

Desde una revolución pacífica, democrática y participativa y sin que haya habido sacrificios de vidas humanas, es Chávez un innato pedagogo, un sagaz político, y acreedor de un poder como comunicador social como no lo ha habido otro en más de 150 años de cambios institucionales.

¡Porqué recaen sobre su persona esas sobresalientes dotes? Recaen, porque sabe decir en un lenguaje humilde, llano y descarnado lo que se tiene que decir y trasmitir. De igual modo, al hablar y mirando a su interlocutor de frente y a los ojos expresa –sin ambigüedad, ni medias verdades en las palabras— lo que propone, enuncia o siente.

Es decir, sus palabras tienen coherencia con lo que dice, piensa y hace, y no hay en ellas falsedad, rabo e’ cochino o piquete al revés… En consecuencia, reposan en el presidente Chávez cualidades y virtudes sólidas con una humildad y carácter a toda prueba, y con una educación hogareña forjada con mucho amor en las precariedades de la vida. Esas nobles semblanzas le dan el piso moral para acometer con éxito las Reformas que le propone a su pueblo, y lo hacen revestirse ante sus amigos, detractores o enemigos de una coraza impenetrable, donde la corrupción e innobles procederes no germinan ni tienen asiento o cabida. “Las almas nobles son los guardianes de la Verdad”

Corolario: Las naciones están afectadas hoy en día por las consecuencias de 7 pecados capitales:

El primero, es el negocio sin moralidad

El segundo, es la política sin principios

El tercero, educación sin carácter

El cuarto, adoración sin principios

El quinto, es la riqueza sin trabajo arduo

El sexto, la existencia humana sin considerar las escrituras

El séptimo, devoción sin austeridad

Estos son los siete (7) pecados capitales que están desbastando a las naciones.

Los países volverán a tener prosperidad y paz sólo cuando todos estos pecados sean expulsados y los hombres tengan de nuevo moralidad en los negocios, principios en la política, y ciudadanos educados que tengan carácter y dedicación como base de la riqueza. (SSSB)


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José Agapito Ramírez


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