Concluimos de leer el trabajo del camarada Heinz Dieterich, y casi que nos vimos en rigor mortis. Pues según dice él, el presunto descalabro que se sufrió el 2-12 puso en riesgo el proceso venezolano. Peor aún. Nos llevamos en esa posible caída a Cuba y a Bolivia y, en esa divagación nos preguntamos ¿por qué no también a Ecuador y a Nicaragua? Nuestro amigo no lo comenta.
Es magnífico que se comience a especular sobre los resultados del 2-12, pero de ahí a llegar a donde llega Dieterich, caramba, media por lo menos un abismo. Fíjese apreciado lector como intitula este trabajo que dató 3-12: “Derrota estratégica en Venezuela; peligro mortal para Bolivia y Cuba”. Tal como usted lo ha leído dice. Pero, transcribamos también como lo inicia “1. Posible fin de los gobiernos en Bolivia, Venezuela y Cuba, entre 2008 y 2010”. Si uno con el título de Heinz quedó en la expectativa, ya con la lectura del titular del primer numeral, la cara se nos tiene que transformar y pasar del ansia expectante, a la angustia mortificante.
Es un poco raro y confesamos no entenderlo, cómo es que puede ser una “derrota estratégica” haber perdido el referéndum cuando, el mismo dice de ella, enseguida del título del numeral 3 que:” El producto que se quería “vender” a la ciudadanía, la reforma constitucional, era deficiente; de hecho, tan deficiente que solo se logró convencer a una cuarta parte del electorado”. Si lo deficiente para Heinz es estratégico, sí que estamos en un problema.
¿Será realmente tan grave la situación como para que se califique el revolcón del 2-12 como una derrota estratégica? Sinceramente no lo vemos así, no lo creemos. Todo lo contrario, el saldo que deja es el de una espectacular victoria no buscada, y otras consecuencias muy favorables para el desarrollo del proceso. Y estos logros sí son estratégicos. Por supuesto que regresaremos al punto.
Cuando realizamos una observación de la tierra desde el espacio, solo rompe la homogeneidad, el color. En todo lo demás es uniforme. En la medida en que nos acercamos, vamos descubriendo los valles y las montañas, distinguiremos los mares de los ríos, pero fundamentalmente se nos revelaran una multiplicidad de cosas que desde el espacio no percibimos. Incluso si acercamos nuestros ojos lo más posible al piso, podríamos llegar a ver mucha vida según donde sea el lugar en el que estemos.
Acérquesele a un niño un planisferio y pregúntesele qué le significa ese “objeto”. Dirá cualquier cosa, ninguna acertada pues no ha elaborado aún los elementos-herramientas cognitivos necesarios para acceder y aprehender el tal objeto. Se puede hacer esto también con un adulto alejado de eso que llamamos civilización, pero “culto”, y pudiéramos pensar para efectuar el experimento, en un indígena de la selva amazónica. Igual que el niño no tendrá ni idea del significado del objeto, pero lo evaluará en función de la utilidad que pudiera obtener de ese elemento.
Para el científico social es peligrosísimo trabajar con similitudes, con analogías, pues la posibilidad del fracaso es mayúsculo. ¿Cómo elaborar conjeturas sobre un país sólo conociendo de él, su capital y a algunos de sus dirigentes? ¿Leyendo sus manipulados periódicos, mirando la televisión, cómo? Primero, necesario e imprescindible, es ensuciarse las botas con el barro del suelo que es la base del elemento a estudiar. Conocer algo de su historia para comprender entonces sus costumbres, sus reacciones, para luego sí elaborar aquellas hipótesis que se constatarán luego con los hechos.
Señalar que Cuba al igual que Bolivia puede ser arrastrada -como consecuencia de una alteración en Venezuela por la “deposición” del gobierno, cosa que es bastante difícil que suceda-, es hablar de otro país y no de Cuba. ¿No tendría Heinz que argumentar las razones que le originan tal aseveración? Queda en el aire. No se puede de la lectura que ofrece, examinar las conjeturas que él maneja. No es serio eso.
¿Qué puede ser peor para Cuba, que la caída de la URSS que le destruyó todo su comercio exterior y le obligó por la contingencia a establecer el plan de emergencia, que consistió en restringir el consumo de los adultos en beneficio de niños y ancianos? Esa etapa durísima, ya fue superada por Cuba. Algunos rubros desarrollados por los científicos cubanos ya están comenzando a rendir sus frutos. No pasará mucho tiempo para que esa Isla maravillosa tenga su hotelería como uno de los factores económicos fundamentales de su economía, pero entre otros muchos. Ya se verá que será así.
Lo único que hoy podría afectar inexorablemente a Cuba, pese a que es una de las naciones del mundo mejor preparada para enfrentarla, es una catástrofe natural, pues no existe ninguna fuerza humana que pueda dominar a esa población acostumbrada a superar escollos por difíciles que estos sean. Salvo, claro está, que se la desaparezca de la tierra utilizando armas que también afectarían al agresor, al expandirse su acción.
Sobre Bolivia, que es muy diferente a Cuba, vamos a recordar un poco algún suceso allí ocurrido. Juan José Torres, un general patriota, presidente provisional del país, procuró reivindicar a su pueblo depauperado del apetito voraz de la oligarquía que devoraba a la nación. Para hacerlo puso en práctica algunas políticas que perjudicaban a la burguesía boliviana. Igual que como sucede hoy en ese país, se fue armando en ese ayer, el complot para derribarlo. Naturalmente, se contaba para llevar a cabo el plan, con la anuencia y el apoyo de la cúpula militar.
En Bolivia, el poder siempre se apoyaba en el campesinado para enfrentar a los mineros en particular, y a los obreros en general. Cuando estuvo a punto la caída del gobierno del General Torres, se fueron acercando al Palacio Quemado (sede del gobierno), desde distintos lugares, tres columnas: una de los mineros con sus cartuchos de dinamita en ristre; otra de los estudiantes y la tercera de los campesinos.
Mineros y campesinos eran enemigos a muerte. Nunca en ese país, ni siquiera en abril del 52 cuando venció el movimiento popular al ejército, estas fuerzas como tales se habían unido.. Sin embargo, con Torres, al cual las masas identificaban como uno más de ellos, se logró. Le pidieron los fusiles para defender al gobierno. No accedió. Lo tumbaron y luego lo secuestraron y mataron en Buenos Aires. No era un gobierno revolucionario sino uno reformista.
Para tumbar a Evo Morales se requiere para que eso sea posible, primero su decisión, definirse como revolucionario o como reformista. Si cae, será difícil que no le maten, pero será porque él decidió no ser revolucionario. No puede detenerse, debe continuar. Triunfa o muere.
Recordemos que en la milicia de la cual el fue integrante, una parte muy importante es indígena. Hoy es importantísimo ese dato. Fuera del establecimiento armado, LA CORRELACION DE FUERZAS LE ES FAVORABLE. Más aún. Esos sectores sindicales que hoy no le son afectos, si el diera el salto y se proclamara revolucionario, y lleva hasta las últimas instancias ese compromiso dándole armas a la pobrecía, esa burguesía hoy belicosa, huirá o morirá. Nunca un burgués burgués lucha hasta morir. El Revolucionario, por el contrario, está dispuesto a dar su vida para vencer, y esa diferencia es capital. Enfatizamos entonces que, sólo Evo decide hoy que será Bolivia. No Venezuela.
Regresando con Venezuela, tomemos sin transcribir, algunas de las afirmaciones de Dieterich. Acusa al triunfalismo, al voluntarismo y a la falta de debate tanto al interior de las fuerzas del proceso, así como hacia fuera. Coincidimos con él en esto. Luego señala al sistema vertical de conducción como la razón principal de la derrota. Para nosotros sí tiene razón en cuanto a la verticalidad de la conducción, pera atribuirle el fundamento de la derrota no lo compartimos. Tampoco su criterio de que lo sucedido el domingo fue una derrota. Todo lo contrario, fue un triunfo inesperado el saldo que trajo ese revés, y ahí está como signo de la victoria, pero todavía no desarrollaremos este punto.
Critica también al partido y al gabinete indicando que no se debate y se dice sí a todo lo que indica el Presidente. Acusa a una Nueva Clase Política de haberse apoderado en las sombras del poder, dirigidas por Diosdado Cabello. Critica también algunos de los puntos propuestos en la reforma, señalando el cambio de 6 a 7 años del período presidencial. Realmente, la extensión era innecesaria, pues con la reelección era suficiente.
Señala, finalizando el numeral 3, palabras que sí transcribiremos:”(…), la subestimación del costo político de una pérdida de la alianza con el General Baduel, que, a todas luces, era evitable”. Chávez, si Heinz conoce bien la historia, estuvo aliado con Baduel cuando junto con otros militares se juramentaron en el samán de Güere.
Pero, el 4 de febrero en el levantamiento, Baduel por motivos que se desconocen, defeccionó. Prosiguió luego, ajeno a toda sospecha, su carrera con toda naturalidad y sin inconveniente llegó al más alto grado que militar pueda alcanzar, pues sus ayer aliados no le involucraron. El presidente en un momento que no conocimos fue quien dio esa información. De todos aquellos juramentados, solo quedó Chávez, con los propósitos que les animaron. El resto abjuró y esa santa alianza se diluyó sin pena y sin gloria. No había alianza entonces con el General Baduel pues no existía compromiso, sino relación de subordinación de este hacia el presidente.
Sinceramente, desconocemos si Dieterich es revolucionario o reformista, eso es cosa suya, pero quienes todavía pensamos que la única ideología revolucionaria es la marxista leninista sabemos que por principios, un revolucionario no puede pactar con quien en su momento rehusó ser fiel a su juramento al incumplir su compromiso, pero luego volvió a renegar y esta vez pasándose a las filas de los adversarios de su ex aliado, compadre y suponemos hoy ex amigo.
Es precisamente desde esa perspectiva que tendría Heinz que fundamentar en qué y para qué era vital Baduel. Recuérdese que era militar, pero retirado, sin ningún tipo de influencia concreta en las FFAA. Qué puede discutir Chávez con quien se pasó con armas y bagajes al campo de la derecha. Perdón, seamos más precisos. Es que nunca estuvo en el campo del proceso.
Cuándo se negocia es porque ninguno de quienes se enfrentan tiene con certeza la certidumbre de su predominio. Se presume que se puede vencer, pero también que se puede perder. Se valora que significa la pérdida y si esta no provoca la destrucción total. Cuando es la duda la que domina el análisis es que se produce la negociación. ¿Qué influencia tenía Baduel que pudiera enrostrarle a Chávez? Como se vio, ninguna.
Un cotejo de los números de la elección presidencial con los del referéndum muestra que Baduel no aportó nada a la oposición. El punto 5 de Heinz que trata sobre “¿Cómo evitar la destrucción del gobierno?, merece otro trabajo. Hasta aquí llegamos con él.
Vayamos, ahora sí, a lo que en nuestro criterio ha sido para el proceso, un éxito notable, llegado indirectamente, no buscado ex profeso.
¿Perdieron realmente Chávez y el proceso venezolano en el referéndum del 2-12? Lo que se pretendió sin duda no se logró, pero sí se obtuvo de rebote, por lo estrecho del margen, que una falsa opinión existente en el mundo, sobre la situación venezolana, se cayera definitivamente.. La matriz que se creó en el exterior, que aquí se trampeaba en las elecciones, que el CNE estaba subordinado al gobierno, se vino al suelo con la declaración del Presidente aceptando el revés. ¿En qué país del mundo, con una diferencia como la que se dio, no hay dilación para aceptar el resultado por el desfavorecido, y no hay violencia? Hoy puede afirmarse con contundencia que aquí.
Ese exiguo resultado también destruyó esa imagen de que Chávez es un dictador que se quiere perpetuar en el gobierno, y no sabemos cuántas otras estupideces. ¿Quién se atreve hoy a señalar a Chávez como un autócrata, un dictador, un irrespetuoso de las leyes cuando minutos después de conocer el resultado por el CNE lo aceptó sin objeción alguna? Ahora sí es cierto que se les complicó a los medios pues ¿cómo envían ellos a esos badulaques siempre listos para decir sus mendaces zonceras sobre la carencia de libertad, y del espíritu totalitario del Presidente?
¿No es una victoria espectacular esta? ¿Cuánto esfuerzo se había hecho por nuestros diplomáticos para aclarar todas esas cosas? Pero, también ¿cuántos recursos se erogaron? Y ahora, sin disparar un solo tiro, murió, desapareció esa matriz de opinión, quitándoselas a quienes la tenían como sonsonete.
Otro elemento muy positivo que trajo esa rodada del 2-12, fue que por fin se comenzó a dar esa crítica tan reclamada que sólo subyacía. Y tomó cuerpo en solo 2 días ¿no es acaso esto otro triunfo?
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