Revolucionarios de pacotilla

Ningún remanente del pueblo quedó en las estadísticas contrariado por el manejo de la información sobre la reforma. Es falso que estén entre los abstencionistas un remanente de chavistas que se habían pronunciado con anterioridad por el Presidente. Tampoco creo que el porcentaje de votantes del sí sean precisamente revolucionarios en su totalidad, o, peor, que ese número refleje los verdaderos revolucionarios, de base. Va sié. Al contrario, dentro de los votantes del sí hay una real mezcolanza de traidores y basurita de la peor calaña mezclada con verdaderos, leales y sinceros revolucionarios que también se pueden encontrar entre los abstencionistas. Ahora, los que votaron por el no, sí creo yo que sean oposicionistas vernáculos, sean otoñales, saltones de talanqueras o nuevos votantes. Si el resultado se analiza con frío cálculo, lo que llevó al traste fueron dos pilares fundamentales: la mediática enemiga, nacional e internacional, y la falta de fe en ninguna revolución.

No voy a dedicar estas líneas al primer pilar, bastante manoseado en estos días. Sobre lo segundo, por supuesto que hubo más votantes a favor, en el proceso eleccionario pasado, y que un número más sólido fue el que llevó al primer magistrado actuar según esos resultados, en la creencia de que el pueblo deseaba un paso más sólidamente decidido. Pero el Presidente cayó nuevamente en los panas, en los corrillos. Su falta de confianza en alguien más allá además de los panas, es la misma que se tradujo en los indecisos y molestos: falta de confianza en ninguna revolución. El pueblo siempre espera del ejemplo. Que ese paso decidido, sea del ejecutivo tan convincente como el que está pregonando el Presidente, y no mandado, sino espontáneo. O sea, el pueblo también está a la expectativa de una acción de adentro, personal, de cada uno de los responsables del timón. Es mentira que el timón lleva el destino hacia el pueblo. Peor, que esas medidas sean las que necesita el pueblo. El problema no es de tinta. Cualquier medida a favor del pueblo, es aprobada por él, siempre y cuando VAYA ACOMPAÑADO de la certeza del guía.

La labor ejecutiva, no es solamente que un ministro, o un alto empleado cumpla con una orden, sino en la de ir al lado de su pueblo. Venimos de una estructura paternalista, por más que se le hable de derechos y deberes. Perdón, aún está a la expectativa de cambios fundamentales DENTRO de cada funcionario. No hablamos de un cambio alternante como si esto fuese de AD a COPEI y viceversa. Hablamos de Revolución = RevolucionarSE. Hablamos de entrega personal. El ejemplo del Presidente ha sido el arrastre que a su favor ha ganado con el pueblo… Más nadie en su entorno puede hablar de ello.

Pero aún no basta. Si el Presidente no toma medidas, él también entra en el mismo saco de inoperancia e incapacidad. Corrillos que (le) cuchichean sugerencias, que a la final no es sino para inflar la imagen de ellos con fines (in)mediatos. Se saca del juego a actores importantes para cambiarlos por reales mediocres, mientras verdaderos verdugos de la traición prosiguen tan campantes en sus puestos de mando.

Ha sido una abstención-castigo, y bien que lo merece. Yo no, tampoco el pueblo y menos, los fulanos “revolucionarios de pacotilla”. El castigo ha sido hacia usted Presidente. No he visto un solo regaño a la corrupción antirrevolucionaria del entorno que usted mismo colocó. Y mentira además que esto se quita con movidas de matas ministeriales. En su cara se lo digo Presidente, si opera sólo con los ministros, no veo en qué se diferencia de su gabinete nómada de otros gabinetes del pasado. Nómada porque ha obrado como si jugara una partida de dominó en la que un ministro trabaja con las fichas que le ponga en sus manos, para jugar en la siguiente con otras nuevas. Cuando es de actuación ejecutiva integral lo que se busca y eso no lo hace un solo ser humano, lo hacen los empleados con ese ser humano.

Empleados, altos empleados hay que borrarlos, echarlos, botarlos, yo iría más: Enjuiciarlos. Los ministros tienen que mover ese culo. Una orden que salga para tal cosa desde usted, se coagula de intereses en los bancos, la miríada de excusas de por qué no sale, que está en camino, que cuando sale, el inocente beneficiado grita Patria Socialismo o muerte, mientras el empleado se lucra con los intereses bancarios. El mismo empleado habla de corrupción en todo el entorno ministerial, cuenta de hechos tras los telones, critica la lentitud de las acciones y el beneficiado teme. El empleado esboza crítica a la reforma y el beneficiado recula.

No creo en ninguna movida de mata y menos en acusaciones al aire. Es usted el que está en el banquillo, y con usted un pueblo confiado y a esta altura de la vida, si la movida que viene no convence, mejor ir preparándose para un referéndum en su contra, antes que ninguna nueva propuesta, contra lo cual no descansarán los oposicionistas… y su mediática.

Nada de lo que he expuesto lo elimina reforma. A esta altura si no hay acción, el pueblo verá con ojos ladinos propuestas que sólo tapan problemas reales que tiene su entorno, a más del legislativo, un bulto de incapaces que se afincan de unos voceros, el resto de parlamentarios no habla, no opina, no existe. Fue un kino lo que ganaron, una curul de kino. Bien que parece un redil de ovejas con unos cuantos pastorcillos, el palacio legislativo.

Redondeando, en los comicios anteriores a éste, los 5, 6, 7 millones de votantes expresaron su confianza en el Presidente, ahora se retractaron muchos de ellos. Eso significa que no cuaja el término revolución. Ciertamente no somos revolucionarios… o todos somos pacotilla de revolucionarios. Yo lo expondría con un ejemplo, un mitin de la avenida Bolívar se le excuse al público que el Presidente no va asistir y que las palabras de cierre las va a pronunciar el ministro X. Creo que no queda nadie en la avenida Bolívar: un deleite de espectáculo para Globovisión.

Allí está un fruto del Presidente: El Banco del Sur. Perdón, allí está un fruto más del Presidente. Todo eso puede caerse con la burocracia ministerial, con las lenguas enemigas dentro de su propio equipo, y no es de un ministro nuevo, o nómada. Es de todo un ministerio el cambio sustancial. En lo que diría, TODOS sus ministros nómadas y nuevos han fallado. Pero antes que ellos, usted camarada Presidente con su fulana inamovilidad de los cargos. Ese pelón ha sido suyo y solo suyo. Y por favor, mire a esos traidores, si hay pacotilla en los abstencionistas, qué dejará para esos a los que he dedicado estas líneas, a los que usted no ha dedicado una sola palabra, digo, una sola acción.

arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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