Los resultados de las elecciones internas del PSUV para seleccionar candidatos a Gobernadores / Gobernadoras y Alcaldes / Alcaldesas fueron bastante claros. Más de 140 compatriotas lograron la nominación a candidato a alcalde por el 50%+1 y otros 48 por la diferencia del 15% o más. Por otra parte, 10 militantes obtuvieron la candidatura a la gobernación con el 50%+1, así como otros 6 por la segunda norma de al menos un 15% de ventaja respecto al segundo. Esto representa más del 60% en ambos casos. Sólo menos del 40% fue obtuvo una diferencia menor al 15%, y en la mayoría de los casos se tomó la decisión por el que obtuvo la mayoría relativa. Esto garantiza un liderazgo.
Por otra parte, en un número apreciable de casos en los que el actual mandatario local o regional se nominó para aspirar a repetir, fue derrotado. Por ejemplo, en el Estado Miranda sólo 3 aspirantes a Alcalde repitieron. Esto tiene una lectura: rectificación ante la ineficiencia y burocracia, castigo ante la poca acción en lucha contra la corrupción.
En todos los casos, la campaña electoral no puede ser la tradicional de la cuarta república. Está claro que debe ser en cercanía con la gente y gobernando desde ya. En los municipios y gobernaciones en los que el proceso gobierna, no podemos limitarnos a una comisión de enlace o gobierno de sombra; eso está bien para los sitios donde la oposición gobierna. Pero donde el actual Alcalde / Alcaldesa o Gobernador / Gobernadora es bolivariano, o al menos eso dice, se requiere mucho más: gobernar desde ya. Esa debe ser una exigencia del PSUV a los mandatarios. Ello es fundamental para lograr la victoria en noviembre.
Esto significa que el actual mandatario bolivariano debe abrir paso a un nuevo equipo de gobierno colectivo, liderizado por el candidato de la Alianza Patriótica. Formalmente, por supuesto, continúa siendo la autoridad legal, pero plegado políticamente a las directrices de un Buró Político / Equipo de Campaña, en el cual participe junto con otros ex aspirantes, delegados de los partidos del proceso, etc. Ello conllevará a un nuevo equipo de gobierno, con una nueva dinámica y una nueva imagen. "Desde ya comenzamos a rectificar", puede ser una consigna.
Esto, por último, amerita que dentro de ese Equipo de Campaña – Gobierno se establezca una sala situacional en la que se aglutine toda la información relevante, se convierta el diagnóstico recientemente hecho en un plan estratégico y se coordine con todas las instancias de poder, local, regional, nacional, y otras organizaciones, para dar respuesta eficaz a las necesidades de la población en forma efectiva, sin burocracia, con amplia participación de las comunidades, con la debida contraloría social. La estructura no puede ser una réplica de la actual Alcaldía o Gobernación, sino una aproximación al Poder Popular.
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