La revolución. Necesaria y urgente, nos obliga en muchas ocasiones
a decir cosas que aunque dolorosas, hay que decirlas por la salud
de la propia lucha. Cuando encaramos a nuestros camaradas y tenemos
que reclamarle a viva voz los errores cometidos y que sabemos,
están haciendo daño al proceso revolucionario, matando los anhelos
de justicia e igualdad que se persiguen, para que reinen en la sociedad
socialista, hacia el comunismo. Los errores humanos son
factores de los cuales no nos podemos separar. La misma condición
de revolucionario, de tener una sensibilidad mayor que el que
no tiene fe en los demás y sus derechos, nos induce al error involuntario.
Pero la critica oportuna de los otros revolucionarios, ha de estar
siempre presente para alertarnos sobre el desvío. Las criticas
pueden ser acaloradas y hasta traumáticas en muchas oportunidades,
su fin es conseguir la rectificación de una conducta impropia.
Los peligros de las organizaciones revolucionarias, pasan por comportamientos
que se convierten en vicios y en actitudes que pretenden la permanencia
de liderazgos que secuestran la participación de las bases, hasta
limitar la iniciativa dialéctica general. Una organización que se
atenga a un solo pensador o un solo equipo generador de ideas,
es una organización condenada al estancamiento y aislamiento gradual
de las masas, hasta quedar como un cascaron vacío. Cuando en
el ejercicio de las funciones administrativas del poder político,
un personaje falla, no puede ni debe pretender otras administraciones,
pues la lección será doblemente fracasada. Cuando se confunde
el ejercicio del trabajo burocrático; de servir, en servirse,
hay peligro de atrasar el proceso al que se quiere ayudar. El hecho
mismo del fracaso en la gestión; es el mejor motivo para abrir
paso a nuevos actores, con nuevos valores y nuevas ideas,
que dinamicen o, aceleren las respuestas necesarias a las
mayorías populares y entronicen en la conciencia
del receptor del beneficio de la acción de gobierno, los valores
del socialismo hacia el comunismo.
Es por esto
que duele cuando hay que hacerle criticas a camaradas que están marchando
por la senda errada, sabiendo que de verdad ellos creen en la
revolución, pero que no entienden realidades. Hacia todos eso
camaradas, la mayor expresión de valoración, y la mayor disposición
de criticarlos y controlarlos cuando de velar por el buen
curso del proceso se trata. No se pretende salir de ustedes.
Se trata de hacerles ver que nuevas realidades, requieren nuevas tácticas
y nuevas mentes, para dar respuestas mas acordes y oportunas.
Así: debemos
también tener claro, que por sobre todas las circunstancias y
por el bien de la organización llamada PSUV, los candidatos
escogidos para los diferentes cargos electivos, deben ser respetados
y acatados, estemos o no de acuerdo con algunas cosas. Es asunto
de disciplina. Como también es necesaria la discusión sana
dentro del partido. Decirnos las verdades que tengamos que
decirnos. Por más duras que sean. Pero ser fieles y solidarios
cuando de defender a camaradas se trata. Decírnoslas en la cara,
no a escondidas ni como chisme. Pues la intención debe ser la
de rectificar lo rectificable, para mejorar y no para destruir.
No podemos perder el sentido de identificar al único y verdadero enemigo
con sus secuaces. Al que si debemos darle hasta con el tobo de
la basura. Pero: si es necesaria la rectificación de conductas,
grupales y personalistas dentro del PSUV.
javiermonagasmaita@yahoo.es