Libertad,
un valor que todos queremos, pero que muy pocos sabemos defender o de
la cual podemos abusar muy frecuentemente. Vivir libremente es
respetar; usar libremente nuestra libertad de expresión es respetar a
los demás, y es decidir en ejercer un derecho bien o mal.
Nuestra
Constitución Nacional consagra, en su articulado, cada uno de los
derechos humanos, y, entre ellos, por supuesto, la manoseada, y en
innumerables ocasiones malinterpretada libertad de expresión, que no
es, para nada, libertad de información o de informar Porque la libertad
de expresión se refiere a las individualidades y tiene que ver con lo
que piensa cada persona, su cultura, su religión, su formación, su yo.
Mientras que la libertad de información se refiere a grupos (públicos o
privados) quienes monopolizan los medios de información y tienen en sus
manos la posibilidad de informar la verdad y no lo que cada reportero
(ejerciendo su derecho a la libertad de expresión) piensa o está
convencido.
En efecto, los artículos 57 y 58 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela consagran como derecho
fundamental la libertad de expresión. Pero, libertad de expresión no
es, de ninguna manera, decir lo que me dé la gana, en contra de quien
se me antoje, basándome en no sé cual fuente (confiable o no, pero
siempre secreta), suponiéndolo todo, extrapolándolo todo, jugando a ser
Hércules Poirot, Sherlock Holmes, o James Bond, para construir una idea
que se me ocurrió (o que planeé), solo por el hecho de que soy
periodista o comunicador social. La libertad de expresión no es una
licencia para mentir, manipular. La libertad de expresión se refiere a
la libre expresión de tus ideas sin que vulneren los derechos de los
demás.
Derechos Human Rights dice que “respetar la libertad de los demás a decir cualquier cosa, por más ofensiva que la consideremos, es respetar nuestra propia libertad de palabra.” ¡Tamaña aberración! ¿Dónde queda mi derecho a la vida? ¿Dónde mi derecho a la privacidad? ¿Dónde mi derecho a ser respetado, en tanto soy un ciudadano? ¿Dónde queda el derecho de toda una colectividad, de todo un pueblo a vivir en paz, a gozar de libertad y de justicia? UD me puede ofender al difamarme; UD me puede ofender al vilipendiarme. Y yo, en respuesta, le ofendo también; miento también; difamo también; Y así, somos libres.
¡Por amor de Dios! ¿Qué sociedad quiere crear Derechos Human Rights?
¿Qué ser humano pretende crear?
Por supuesto, somos libres de decir lo que pensamos, en lo que creemos, en lo que soñamos; pero esa libertad se ejercería mejor si apartásemos la “mala pluma”, el vulgar vocabulario, las ofensas, las descalificaciones. Me pregunto: ¿Por qué utilizar ese derecho solo cuando se trata de descalificar? ¿Por qué insistentemente se ataca, se ve las cosas en “negro” (solo en negro)?
Me alegra pensar que Dios hace cosas buenas y que algún día hará que
veamos las cosas mas humanamente, mas coloridas, y hará que nos
levantemos con ojos y corazón nuevos y veamos en nuestros compañeros lo
bueno que tienen, lo bueno que son. Ojala se acuerde de todos para
hacernos mas humanos; mas comprensibles.
Buen día.
*Prof. IUTE.