LA AUTOCRÍTICA DE LA DIRECCIÓN REVOLUCIONARIA Y CORRECCIÓN DE LOS ERRORES
En el marco de las elecciones del 23 de noviembre, consideradas por los diferentes sectores políticos y sociales militantes del proceso como cruciales para el futuro de la revolución bolivariana, se vienen produciendo acontecimientos tanto en Venezuela como en el exterior, de enorme relevancia e importancia que forman, a nuestro juicio, parte del cuadro político tanto para la coyuntura electoral como para el desarrollo del exitoso camino revolucionario emprendido a partir de 1999.
Es notorio y evidente que la dirección revolucionaria que encabeza nuestro líder Hugo Chávez Frías logró superar políticamente el revés que significó la derrota electoral del proyecto de reforma constitucional de diciembre de 2007 cuando más de 3 millones de votantes del chavismo se abstuvieron de participar en las elecciones de ese año, propinándole con su actitud un duro revés al proceso de cambios que se traduce en amplios beneficios para ellos mismos.
Desde el momento mismo del fracaso electoral hasta bien entrado el año, a nivel de todos los sectores revolucionarios y del movimiento popular se estuvieron analizando las diversas causas que incidieron en aquella negativa conducta colectiva, ello se tradujo en la implementación de diversas políticas de carácter económico, político, social que han ido cerrando las brechas que pudieron haberse abierto por omisión, errores, sabotajes o porque aún no han madurado las condiciones de diversas políticas para que se aprecien sus resultados.
EL NACIMIENTO DEL PSUV Y LAS ELECCIONES PRIMARIAS, FORTALEZAS DE LA REVOLUCIÓN
Aunado a la diversidad de políticas y a la ofensiva del gobierno en todos los terrenos -incluyendo las autocríticas y el reconocimientos de los yerros- se aceleró la conformación del instrumento partido y la organización revolucionaria , el PSUV, ha ido robusteciéndose y dando muestras de fortaleza organizativa y de profunda democracia interna al elegir, desde las bases -léase batallones de militantes- a los diferentes niveles de dirección nacional, regional y local: Se dio así una lección de democracia partidista inédita en Venezuela. Por si fuera poco, las mismas bases eligieron los candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados regionales en unas elecciones internas que marcaron un hito político en el país y sentaron cátedra democrática revolucionaria y rompieron con el estigma de la dedocracia. Definidos los candidatos del bolivarianismo, cohesionado como ha sido el espectro revolucionario después de la contienda interna, el cuadro electoral luce ventajoso para las fuerzas revolucionarias, tomada como ha sido la iniciativa de calle en todos los frentes y la movilización permanente. El futuro del 23 de noviembre venezolano luce rojo rojito en las 24 entidades, Zulia y Nueva Esparta incluidas.
LA DERECHA NI CREE EN LA DEMOCRACIA NI SE CANSA DE SER GOLPISTA
La derecha contrarrevolucionaria, atónita ante la lección de dignidad y decencia política recibida de parte de los revolucionarios bolivarianos, hizo mutis, como siempre hace; ante el inmenso logro revolucionario de las elecciones primarias lo que hizo fue restarle importancia y hacerse la loca para, en su ataja perros tradicional, maniobrar, zancadillear para tratar de imponer sus escuálidos candidatos. A lo que más llegaron fue a montar fraudulentas encuestas donde unas y otras daban “ganadores” a cada candidato. La manoseada “unidad de los factores opositores”, no pasó de la retórica hueca. El espectáculo fue deprimente: grupos, grupúsculos, mini partidos, “personalidades”, se tiraban a matar.
Algo positivo si había en todo aquello, por lo menos se planteaban, en uno de sus discursos, el público, ir a la lucha electoral, es decir, someterse a las reglas del juego democrático imperante en el país. Pero, al mismo tiempo, jugaban la carta conspirativa, se deslizaban por el tortuoso y peligros camino golpista, formando parte de la comparsa subversiva que es manejada y financiada desde la embajada norteamericana. En la medida que no pueden remontar la cuesta del favoritismo electoral, que sus números les revelan el avance arrollador del chavismo y su aceptación por el pueblo, que se les cayó el espejismo del triunfo contra Chávez en diciembre pasado, retoman el camino del terrorismo, del magnicidio, del plan golpista nunca abandonado e impulsado en esta etapa con desesperación por el criminal gobierno del sátrapa Bush, que concluye su mandato sin haber podido derrocar al presidente Chávez.
EL COMPLOT DEVELADO Y EL ALCANCE DE LA EXPULSIÓN DEL EMBAJADOR YANQUI
Así es develado un siniestro y extenso complot de magnicidio donde está implicada prácticamente toda la fauna opositora contrarrevolucionaria que en el ayer reciente produjo el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, el paro patronal petrolero de diciembre/enero de 2002/2003, las guarimbas, la contratación de mercenarios paramilitares colombianos; es decir, en primer término, la oligarquía mediática encabezada por los propietarios de Globovisión, RCTV, El Nazional, El Universal; los militares golpistas retirados y algunos activos ya descubiertos y presos.
Un complot develado que ha estremecido las fibras más sensibles del pueblo venezolano por su magnitud, la monstruosidad de sus objetivos -el asesinato del presidente y la muertes de más de 150 mil venezolanos- y el cinismo y la maldad de los complotados –
ya prácticamente todos descubiertos–. Un complot cuya consecuencia política ha sido la radicalización del pueblo y el inusitado y unánime pedido de que hayan presos, cese a la impunidad y el gobierno –y el Estado todo: Fiscalía, Tribunales, etc.– no actúe con la lenidad del pasado, para que la V República no se convierta en la 2ª República que tanto criticó el Libertador.
Otra de las consecuencias del golpe-magnicidio develado ha sido el de despejarle aún más el camino electoral de noviembre al chavismo, que no sólo deberá cerrar la brecha que dejó la disminución de 3 millones de votos de diciembre de 2007 sino incrementar esa votación con creces, pues ahora son 17 millones de votantes.
Una consecuencia de profundo carácter nacionalista y antimperialista, consecuencia de la develación del complot lo constituyó la expulsión del embajador yanqui. La razón primera fue, sin dudas, la solidaridad con Bolivia y con Evo cuyo gobierno estuvo a punto de caer por la conspiración yanqui y de la corrupta y vende patria oligarquía santacruceña y de otros Departamentos. Otra razón de esa expulsión lo constituyó, sin dudas, la ingerencia del embajador en los asuntos venezolanos, pero una ingerencia activa, no sólo declarativa, sino el ser el principal conductor del complot/magnicidio puesto al descubierto. Sacar ese oscuro personaje del país significó desarticular el estado mayor de la conspiración. La circunstancian de la escasa defensa que produjo la expulsión del indeseado personaje por parte de sus seguidores -medios, dirigentes de diversa índole- es una muestra del cambio de señas operado en el alto mando golpista aún no descubierto o puesto en evidencia, ¿por qué no pasó lo mismo con la expulsión del agente de la CIA, Vivanco, que a nivel mediático nacional e internacional se le dio cobertura durante dos semanas.
LA CRISIS TERMINAL DEL CAPITALISMO FINANCIERO Y SU INCIDENCIA EN EL CUADRO POLÍTICO VENEZOLANO
Dentro de ese complejo cuadro político en una nación amenazada constantemente por el gobierno imperialista norteamericano que prepara y ejecuta golpes de Estado como el de 2002; que envía su Cuarta Flota para amedrentarla; que no cesa en sus burdas e ingerencistas críticas públicas; que la desertifica porque no se somete a sus hipócritas políticas antidrogas y le desconoce los ingentes esfuerzos para combatir el flagelo que estimula y amamanta el imperio; que desarrolla las 24 horas de todos los días durante más de 10 años una guerra mediática contra su pueblo y su Revolución; que organiza, financia, arma a los grupos de mercenarios criollos para que derroquen el gobierno.
No le perdonan a Chávez y a Venezuela la derrota del derrumbe del ALCA, las políticas nacionalistas y el tránsito libertario y salvador del socialismo del siglo XXI; no le perdonan ser la vanguardia en la construcción de UNASUR y las políticas soberanas de Venezuela de relacionarse y comerciar con todos los países y no con una parte de ellos; no le perdonan su actitud digna y soberana, su diversidad económica y política, el renacimiento de la OPEP; no le perdonan haber sacado el dinero de la República de la banca norteamericana hoy en quiebra; no le perdonan ser un factor clave en el impulso de un mundo multipolar.
Con ese cuadro estalla la burbuja financiera y el neoliberalismo se viene a pique. El gobierno pillo del diabólico Bush no pudo evitar la debacle financiera que los banqueros delincuentes gestaron para esquilmar al pueblo norteamericano y a las naciones pobres. Se les acabó el pan de piquito y lo que viene es la crisis social, la macro debacle, el hundimiento del capitalismo, el estallido del pueblo norteamericano, la ira de los estafados, los robados, los que están en la calle, desprotegidos, a merced del invierno que se acerca, del hambre que los acompaña. Es la hora de los pueblos, de la movilización de las masas para terminar de derrumbar el maldito imperio norteamericano. Una revolución se gesta en los Estados Unidos del Norte. Ningún hecho en el orbe beneficia tanto a la Revolución Venezolana como el derrumbe del capitalismo financiero y la muerte del neoliberalismo. ¡Chávez y Venezuela tenían razón! Es el momento de los pueblos latinoamericanos y caribeños, pero también los África y Asia. El imperialismo yanqui se hunde, ¡hagamos peso!