La crisis impactará a todos. En la región, el impacto será diferencial pero generalizado. Algunos países como Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador, Uruguay y Brasil, de regreso de las políticas neoliberales están mejor preparados para enfrentarla, por haber recobrado el ejercicio soberano de su política económica al salir de la órbita del FMI y tener un mayor control sobre sus recursos naturales. No es el caso de los países que avanzaron en TLC´s con USA como Colombia, Perú y México y que por ello son más vulnerables. La ventaja de los primeros, les permitirá disponer de un margen de tiempo para maniobrar la crisis, pero no para evadir sus consecuencias.
Crédito caro; bajón en las remesas, en el precio de materias primas, comodities y en el crecimiento económico; desempleo; devaluación; déficit fiscal y en la balanza de pagos; repunte de la inflación; son algunos de los efectos esperados. Históricamente, la élite dominante “corrigió” los desequilibrios cargando el costo a los pueblos, aplicando programas de ajuste que expandieron la pobreza y concentraron más la riqueza en una minoría vinculada al capital transnacional.
Los gobiernos USA y UE, optaron por salvar los banqueros corruptos, echando casi 3 billones de dólares de los contribuyentes al “hueco negro” de bancos quebrados, de los cuales emergerán los beneficiarios de la crisis, iniciando un nuevo ciclo de mayor concentración del capital. Quizás, ésta vez, le abran paso a una “nueva institucionalidad financiera internacional”, que como la de Bretton Woods, cumplirá la misma misión de garantizarles el control del poder global.
Ante el colapso neoliberal, el desafío de los gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina, es convertir la crisis en una oportunidad para avanzar, acelerando la construcción de un modelo socioproductivo endógeno, incluyente y soberano que superen el capitalismo dependiente, sin comprometer las conquistas sociales de los pueblos. También lo es, para profundizar la integración mediante el desarrollo de una arquitectura financiera propia pivoteada en el Banco del Sur y un mercado regional que tome como referente el ALBA.