Estamos a punto
de llegar a uno de los “llegaderos” de nuestro proceso revolucionario.
Vendrán más… Pero sin duda el 23 de noviembre de 2008 es uno de
ellos. Es un momento crucial sin duda.
Y nos mediremos…
principalmente lo que vamos a medir el próximo domingo es qué tanto
nos hemos recuperado de la derrota pasada (el 2 de diciembre), ojalá
la última.
Lo que se
podía hacer ya se hizo. El desenlace de las elecciones de alcaldes
y gobernadores dependerá, en lo que respecta a la actividad política
del Partido Socialista Unido de Venezuela “PSUV”, del Partido Comunista
de Venezuela “PCV” y a la actividad de la militancia en general
de la revolución bonita, de qué tanto se logró superar en realidad
el viejo esquema del electorerismo manipulador, vacío y oportunista
de la “imagen hipócrita” creada por profesionales de la publicidad
que lamentablemente afectó, de la misma manera como ocurrió con el
adeco-copeyanismo del pasado, al Movimiento V República.
Es necesario
admitir (sin que por ello se desconozca la enseñanza que ha significado
en aras de la democracia, la participación de las bases sociales del
partido de la Revolución en la escogencia de la dirección del partido,
y posteriormente en la selección de los candidatos a las gobernación
y alcaldía) que algunos cogollos insisten en reproducirse en
varias regiones y localidades. Lo que no se haya aceptado desde
el punto de vista de la autocrítica, y que haya “pasado liso” a
manera de “strike” al constituir una afrenta contra las bases populares
del PSUV, sobre todo (pero en general las bases amplias del pueblo venezolano),
se verá reflejado en los resultados.
La fuerza moral
del Presidente y de los revolucionarios entregados al destino de la
nación también se reflejará, por eso espero una victoria nacional.
La cuarta
pata de la mesa
Desde lo profundo
del sur de Valencia aguardamos en paciente calma, pero llenos de adrenalina
y de inevitable ansiedad, la llegada del 23 de Noviembre de 2008. Si
bien, nuestra historia de militancia política, de camaradas de distintas
edades y distintas experiencias, nos hace ver lo electoral como
un simple aspecto anexo al cambio que se genera desde la verdadera consciencia
de los sujetos y agentes de cambio, en el día a día, en el barrio,
y en las localidades profundas alejadas de los centros de poder tradicional,
no podemos engañarnos del papel que juega el 23 de noviembre en la
correlación de fuerzas a lo interno del proceso bolivariano.
El deseo más
intenso del servidor que escribe éstas líneas, es que la correlación
resultante favorezca a los iguales (iguales en nuestra condición de
existencia material) y a nuestra unidad, y no a los privilegiados de
viejo y nuevo cuño.
Quiero anticiparme
a la alegría del triunfo popular anunciado por los vientos de renovación
que comenzaron a correr en Mariara, en Miguel Peña, en la Isabelica,
y en otro lugares de Carabobo y de Venezuela, donde la democracia participativa
se esté ensanchando mediante la instalación de Mesas de Trabajo
(no me refiero en este caso a las mesas electorales) que ojalá se hicieran
permanentes como las mesas técnicas de agua y de energía, porque en
el futuro próximo los candidatos a cargos de elección popular no
tendrán que visitar los espacios comunitarios para dedicarse a “captar
votos” sino que será en los espacios comunitarios donde se diseñarán
los programas de gobierno. No importa como se llamen esos espacios,
se trata de una plaza, una cancha de básquet, cualquier casa de vecino,
una casa de alimentación, o porqué no, una casa comunal convertida
en la Casa del Poder Popular, núcleo impulsador del desarrollo endógeno
y la nueva geometría del poder, para lo cual deberá diseminarse por
todo el territorio nacional.
Una mesa de
trabajo popular en medio de asambleas populares, constituye desde mi
punto de vista el símbolo de la política de verdad. La política a
favor de los intereses del pueblo. Para que ello se de, precisamente
lo que se requiere es que quien defina cuáles son sus prioridades sea
el propio pueblo organizado DE VERDAD. Preguntémonos hasta qué punto
tiene sentido la palabra pueblo si éste no está organizado (en Consejos
Comunales, mesas técnicas, comités, consejos, consejos y más consejos
estudiantiles, de trabajadores, de inquilinos).
La ideología
del egoísmo individualista se anotó un triunfo en Venezuela en diciembre
pasado por contar aún con el control mayoritario de los medios de producción
y reproducción de patrones de consumo y formas de vida que son los
llamados medios de comunicación. Nos ganaron en comunicación e información.
Por eso dos
de las patas que sostienen la mesa de trabajo popular deben ser ineludiblemente
la comunicación y la información, para que éstas no continúen siendo
las principales armas de la burguesía y su ideología hegemónica opositora.
Casas del poder popular dotadas de emisoras comunitarias, canales de
televisión e imprentas comunitarias en cada parroquia (convertida próximamente
en comuna) interconectadas entre sí para hacer frente a la conspiración
mediática!!!
La tercera
pata de la mesa: El conocimiento. En la Casa del Poder Popular no podrá
estar ausente el conocimiento. Centros de Documentación en línea
con excelentes bibliotecas municipales para construir una nueva ciudadanía!!!
Pero hay que advertir algo: Un centro de documentación comunal amerita
de su propia memoria local y debe ser un núcleo alimentador de la memoria
de la ciudad (el campo puede contar también con las oportunidades de
la ciudad), de la región y de la nación. Es una forma de desarrollar
el sentido de pertenencia en la gente al lugar que habitan, llámese
éste Caracas, Guigue o Tucupita, integrando a su vez comunidades más
amplias hasta alcanzar el nivel nacional. El conocimiento es ante todo
conciencia y memoria.
Solo resta
mencionar la cuarta pata de la mesa que simboliza el poder popular y
la democracia participativa: La formación ideológica.
Bastante daño
nos han hecho (y nos quieren hacer) con el chantaje de la ideologización.
La ideología no puede ser un misterio para el pueblo, mucho menos un
tabú. Las discusiones propias de la formación ideológica deben comenzar
con qué es para las personas la prosperidad. Cómo conciben la riqueza
humana, qué papel juega el trabajo en la formación de la riqueza,
hasta llegar al meollo de la pobreza y el drama fundamental de la humanidad:
La lucha de clases y la enajenación.
Formar políticamente
es jugar un papel activo en la comprensión de las dinámicas generadas
por la lucha de clases como la leí de manera sencilla en uno de los
primeros textos de Marta Harnecker, aquel donde se explican las principales
categorías conceptuales del marxismo de manera muy pedagógica, y andragógica
también. Donde se puede aprender que la lucha de clases se da en muchos
terrenos y de forma cotidiana. Uno de esos terrenos es el del lenguaje,
cuando es racista, cuando nos dicen “hordas”. Cuando nos dicen tierrúos
resentidos, pero también cuando se creó la palabra “sifrino” ,
o cuando Rubén Blades compuso la canción “Plástico” para referirse
a las personas “de mirada esquiva y falso reír”. La lucha de clases
no siempre es “violenta” en el sentido en que se suele entender
la violencia.
Fortalezcamos
la mesa de trabajo permanente del poder popular para que nuestra revolución
bonita jamás sea sepultada por un baño de sangre fascista. Para que
no se de una “Guerra total”. No le temamos al concepto de lucha
de clases, no significa “Guerra de clases”.
Tengamos en
cuenta lo anterior para el próximo domingo 23 de noviembre…
Y , parafraseando
a Salvador Allende Gossens:
“Más temprano
que tarde (los trabajadores) abrirán las alamedas por donde pase el
hombre libre”
Gustavo Adolfo
Hedmont Rojas.
Movimiento Popular Revolucionario “MPR FOGATA”
Colectivo “La Unión de los Iguales en Revolución” UNIR
Partido Socialista Unido de Venezuela “PSUV”.ghedmont@yahoo.es