Una ideología es una suerte de tamiz que cuela emociones, pensamientos, amores que más que nuestros son propios de esa sustancia hiperbólica y espiritualizada que pringa los decires y los pasos de todo ser humano en su ubicación social.
El capitalismo, en su “fase superior” el imperialismo, parodiando a Lenin, tiene una ideología que es inoculada desde las Escuelas y desde el entorno familiar. Las iglesias de las diversas religiones que conviven con nosotros pero en especial, la judeo cristiana, son campeonas en la transmisión de esa ideología.
La ideología capitalista es una ideología de sí y para sí. Nada está por encima de sus propios intereses de acumulación de capitales. Los seres humanos según la lógica del capitalismo, no son más que una mercancía de trabajo que produce bienes de consumo y de mercadeo.
La ideología capitalista sigue teniendo como centro la creencia en el mismo Dios académicamente defendido por alegato escolástico. Aunque el capitalismo nació de la victoria de la burguesía sobre la monarquía afianzada en las ideas de la Enciclopedia que por naturaleza de sus postulados era esencialmente atea, pronto el librepensamiento retrocedió y volvió a caer en los brazos de la mitología cristiana. Entendemos y sabemos hoy que el núcleo duro de la ideología capitalista es creyente de las tres divinas personas y un solo Dios verdadero.
En el otro polo de la contradicción, está la ideología socialista. El socialismo científico, surgido de la teoría científica marxista leninista, ocupa por entero la tercera y más elevada fase del humanismo que significa el hombre y su pensamiento como centro del alegato y la praxis histórico social de la humanidad libre de la explotación capitalista
Cuando en Venezuela surgió la idea de la reelección presidencial continua, no de Chávez específicamente, sino de todo venezolano, hembra o macho, que habiendo llegado a la primera magistratura, tuviera la capacidad y el amor para construir por espacios adicionales de 6 años, un destino feliz para todo muestro Pueblo, los capitalistas con su ideología en el sobaco pusieron el grito en el cielo. Sin embargo en Colombia, ahí mismito al lado de nuestras costillas se propone una reelección de un genocida narcoparamilitar que se ha sentado en la sangre derramada de un Pueblo humillado y empobrecido, y estos váquiros de mierda no dicen nada. ¿Cómo se podría entender que la reelección es buena para un capo de los negocios sucios del Imperialismo en su protectorado de Colombia, y mala para Chávez, el hombre que ha salvado a Venezuela de ser una colonia de Washintong?
Nuestra inefable oposición está desplegada. Con las pilas puestas, esta cogiendo calle, está tocando puertas con Juan Luís Guerra, Juanes y Chaquira. Está como picada de Culebra botando sapos y piojos por la bocota sus empresas privadas de incomunicación, intentando una vez más lavarle el cerebro al Pueblo que han castigado con su explotación capitalista, diciéndole que Hugo Chávez quiere perpetuarse en el Poder, con el cual lograría sus propósitos de acabar con la Coca cola, con la cerveza light, con los casinos, con las pirámides, con los Policías secuestradores, cobra vacunas y malandros, entre otras lacras del Capitalismo.
Sin embargo no será muy difícil demostrar que la reelección en Venezuela y en Colombia esta cogida por dos ideologías que se debaten en una contradicción fundamental que da cuenta del comportamiento y las opiniones de un selecto grupo fascistas cruzados con el torvo propósito de vivir como reyezuelos vampiros chupando los sudores, la sangre y las riquezas de las grandes mayorías de nuestro Pueblo.
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