La Navidad trae de todo como en botica, diría la abuela. Me tomé la atribución de tomar como referencia la gaita, Los Patinadores, que inmortalizara el Fabuloso de la Gaita, Enrique Gotera, con Los Compadres, en el año 1965.
La gaita hace referencia a una costumbre del Maracaibo de ayer en que la muchachada, patines en píe, salía a cogerse la leche que dejaba el lechero en las puertas de las casas en Navidad, acto, que no pasaba de ser una bellacada y nada más. Así dice la gaita en cuestión: Cuando llega navidad. Salen los patinadores. A convertirse en terrores. De la leche en la ciudad. Por eso la vecindad. Pela el ojo a esos señores.
Para ilustrar lo que actualmente es casi una pandemia modifique un poco su letra: “Cuando llega Navidad. Salen los Especuladores. Forondos atracadores. En cualquier pueblo o ciudad. Y toda la vecindad. Es presa de esos señores. Lo de los especuladores, no es una bellacada, es un vil atraco al bolsillo de todo el mundo, sin distingo. Una triste realidad, es esta especulación depravada, costumbre que ya es parte del ir y venir de todos los años, comienza en Navidad, continúa en carnaval, semana santa y demás. Todo el año.
Pareciera que la Navidad trajera también consigo malas influencias que se posesionan de mucha gente, acaparadores, especuladores formales e informales, dueños de las grandes distribuidoras de alimentos encompinchados con algunas empresas de comunicación, para hacerle daño a la economía del pueblo, hasta hace poco, bajo la mirada serena del gobierno, autoridades y de todo aquel que le competía tomar cartas en el asunto. Hoy, compras algo a un precio, mañana, a otro precio, hasta que te quitan hasta un ojo y parte de la cara aunado al contrabando de extracción a diario libremente por nuestras fronteras, incluyendo los productos de Mercal.
¡Ojalá! Y de una vez por todas, se combata contundentemente este flagelo y se castigue no solamente administrativamente a los delincuentes y no sean simples pañitos calientes. Hay que sentar precedente llevándolos a la cárcel, prohibiéndoles realizar cualquier acto comercial, tengan abolengo o no, sean venezolanos o extranjeros, y, por supuesto, respetando al comerciante y empresario honesto y trabajador.
Si se castiga al delincuente que, roba, estafa, atraca, a veces hasta por hambre ¿por qué razón, igual no se castiga al que roba, estafa y atraca el estomago, el bolsillo, a la economía del pueblo?
“Cuando llega Navidad. Salen los Especuladores. Forondos atracadores. En cualquier pueblo o ciudad. Y toda la vecindad. Es presa de esos señores”…
