Una vez pasadas las elecciones municipales, el presidente Nicolás Maduro ha planteado la necesidad de arreciar las medidas económicas en el primer punto de la nueva versión del Gobierno de Calle, proposición que ya en muchos estados arrancó con todo los hierros, ya que mientras inicialmente se había planteado un margen de ganancias justo entre el 15 y el 30 %, los comerciantes árabes, asiático y de cuanta nacionalidad hacen vida en el país, continúan remarcando la mercancía, y luego, a manera de burla, en un arranque de benignidad, con una sonrisa burlona de oreja a oreja, ofrecen al pueblo un fraudulento descuento del 30 al 40 % en toda la mercancía.
Abaratamiento que resulta ser un fraude porque están engatusando al pueblo, engañan a la población descaradamente tomándola de mojiganga, se ríen de los venezolano, del gobierno y de las acciones liderizada por el presidente Nicolás Maduro; fomentan un desorden especulativo haciéndole caso omiso a las leyes y a las disposiciones del gobierno.
Si animo generar ningún sentimiento xenófobo, ni crear sensiblería patriótica, llama la atención ver la gran cantidad de inmigrantes chinos, árabes, europeos y de tantas otras nacionalidades que han llegado al país sin saber el idioma, con una mano adelante y otra atrás, y aún así se recibieron ofreciéndoseles la patria como a hermanos y sin mezquindad, para que después, de manera engreída, nos traten mal, nos especulen, nos cojen a nuestras mujeres, pero las de ellos las execran si llegan a fijarse en un criollo y además quieren hacer lo que les venga en gana. En todas las ciudades fácilmente han comprado sitios estratégicos, montan sus negocios y construyen sus barrios a los cuales tenemos pocas posibilidades de entrar.
Nos venden mercancías, que ni en su propio país podrían vender, asumen la idea que somos bolsas, enfermos de consumismo, y los europeos, siguen creyendo que somos indios, se creen superiores, conformándose de esta manera una invasión silenciosa y una Nueva Clase Dominante integrada por árabes, asiático y de muchas otras nacionalidades hacen vida en nuestro país. Es por ello, que en función de lo anterior, se hace urgentemente necesario peinar los almacenes de ropa de los árabes, los negocios chinos, las zapaterías y todos los cuhitriles donde vendan cualquier vaina.
Es imprescindible continuar con la revisión de las facturas y de todos los documentos de las negociaciones de los empresarios para la adquisición de los productos, que se investiguen las estructura de costo de cada uno de los productos, para a partir de allí, tomando en cuenta, el 40 % de gastos operativos y el 30 % de margen de ganancias, determinar el precio justo que el consumidor debe pagar para evitar la usura y el robo con ganancias exorbitantes.
Los ajustes deben responder a la estructuras de costo y no al porcentaje que le salga del forro a los comerciantes, para que lo planteado inicialmente como una obligación, no sea transformado en un favor, anunciado con cartones de diferentes colores mal escritos guindados en las puerta de cada almacén. Para que no transformen el ajuste, que por ley les corresponde, en una vulgar y caritativa oferta, dejando entrever que son tan cheverees que dejan de ganar de un 30 a un 40 % porque lo ofrecen como descuento general en toda la mercancía…
Y AHORA MÁS QUE NUNCA CHÁVEZ SOMOS TODOS.
¡¡Y EN EL NOMBRE DE BOLIVAR, DE CRISTO Y DE CHAVEZ, LA LUCHA SIGUE!!
