Como seguidora de las recientes medidas implementadas por el gobierno para combatir la especulación, he constatado con sorpresa la habilidad con que muchos comerciantes sin escrúpulos evaden su responsabilidad y logran burlarse del pueblo.
Abunda el remarcaje incontrolado de precios, la exhibición de productos sin etiquetas, argumentando que la vitrina se encuentra “en elaboración”, o peor aún, colocan un precio en vitrina y luego cobran otro my distinto en la caja(soy testigo directo). Otros sencillamente no han acatado el llamado a ajustar sus precios y continúan atentando abiertamente contra el bolsillo de los venezolanos.
De visita en Margarita, buscando quizás precios de “puerto libre” he visto con estupor que los costos en todos los comercios rayan en el abuso y la usura más descarada. Sugiero a cualquier representante de Indepabis o de cualquier instancia que pasee por la avenida Santiago Mariño de Porlamar, conocida por sus atractivos comercios y constate esta realidad.
Que pasen por la mega tienda Rattan, por el Sambil Margarita, Centro Comercial La Vela, que vayan a comer un pescado frito en Pampatar, que chequeen los precios del pollo y la carne en el centro de Porlamar, etc. Nada se salva. Comprar un chocolate, incluso nacional deja a cualquiera en la ruina, por no hablar del calzado, ropa, cosméticos, alimentos, lencería, todo exorbitantemente caro.
Y como siempre uno se pregunta: quién controla este abuso?