El año anterior más específicamente el mes de diciembre pasado los enemigos de la patria intensificaron su saboteo económico mediante la perversa táctica de la descarada especulación con pleno conocimiento de nuestras orientaciones para el consumo, las cuales en navidad se intensifican signadas por la dinámica nefasta del capitalismo que nos impuso una psicología acorde con los intereses de su mercado. Pretendieron, además, debido a la circunstancia de que en ese mismo mes se llevaban a cabo las elecciones municipales en nuestro país, propugnar un descontento de tal magnitud que los favoreciera electoralmente. Eso no ocurrió, los derrotamos nuevamente, por dos razones:
La primera de ella y la más importante es porque la mayoría de la gente sigue siendo chavista y cuando un pueblo tiene conciencia de su papel histórico para decididamente ser libre, no lo para nadie. Así lo demostramos cuando el saboteo petrolero.
La segunda razón fue la ofensiva del gobierno revolucionario que los tomó por sorpresa, pues al parecer estaban subestimando el arrojo del camarada Nicolás Maduro. Si hace 25 años cuando El Sacudón del 27 y 28 febrero de 1989 el propio pueblo abrió los establecimientos comerciales para recuperar lo que le estaban saqueando, en esta oportunidad fue el mismo estado quien lo hizo, obligando a comerciantes usureros a vender mediante los precios justos convenidos.
De igual modo se debe reconocer la verticalidad decisiva del camarada Eduardo Samán al frente del Indipabis, quien incluso fue víctima de un peligroso atentado del cual afortunadamente salió ileso y del compañero Orlando Chacín en Guárico, estado donde vivo. Ambos camaradas, incluyendo al equipo que los acompaña, junto al pueblo que son.
El primer factor siempre será una contundente muralla contra los planes desestabilizadores de la burguesía mientras como pueblo mantengamos la convicción revolucionaria como amor sustentado en la consciencia más allá de lo meramente reivindicativo.
Escucho entre nosotros mismos decir que en el gobierno existe una tendencia revolucionaria y otra reformista, yo digo que dentro de nosotros mismos, existe una tendencia revolucionaria y otra reformista, como nacimos y nos criamos en el egoísmo hay una seducción permanente hacia seguir anclados en el capitalismo, pero también existe una poderosa fuerza que pugna dentro de nosotros mismos gritando socialismo. Esa energía revolucionaría que floreció nuevamente cuando nuestro Comandante Chávez nos resucitó el Bolívar que somos no podemos permitir que se apague, pues estamos en plena batalla. También es cierto que muchas veces se hace lo que se puede y no lo que se quiere, pero lo que se puede tiene que estar inspirado en lo que se quiere, si no es así, perdemos la guerra.
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