Un caso particular que ha generado un amplio debate en el sector turismo es lo referente al transporte aéreo y la deuda que tiene el gobierno revolucionario con las aerolíneas comerciales internacionales que operan en el país. En Venezuela las empresas están obligadas a vender sus boletos en bolívares y luego esperar a que el gobierno les asigne divisas para pagar los gastos de ruta. El conflicto se presento semanas atrás producto de la negativa de las líneas aéreas de seguir prestando servicio aduciendo la no cancelación de la deuda por parte del gobierno venezolano. El gobierno revolucionario ha propuesto pagar en seis cuotas la deuda de 3.900 millones de dólares (2.849 millones de euros) que sostiene con las aerolíneas hasta el cierre de 2013. Este pago se haría partir del 1° de Julio y utilizando como referente la tasa de cambio de SICAD II, que está alrededor de 49 bolívares por dólar. Es interesante destacar que la deuda pendiente se ha generado desde hace más de un año, de cuándo la tasa de cambio equivalía a 4,30 por dólar.
Es una realidad inobjetable que el número de pasajeros se ha incrementado en más del 200% tanto al exterior como al interior de la República. Esto es explicable por una expansión significativa del poder adquisitivo de los venezolanos generando mayor movilidad social tanto vertical como horizontal en 15 años de revolución bolivariana. En el año 2013 salieron del país 1.931.397 personas en comparación a las 524.000 que salían en 1998, lo que representaba 2451 millones de dólares para la época. Para 2013 entraron por este concepto al país 1.543.717.410 millones de dólares.
Ante esta realidad le ha tocado al ejecutivo asumir, en el caso de las líneas aéreas internacionales, la tarea de ajustar y sincerar conjuntamente con los representantes de las empresas de trasporte aéreo el costo de los boletos aéreos, pues se encontraba en la disyuntiva de seguir generando las condiciones que permitiesen y facilitaren el acceso de las mafias de los denominados “raspa-cupos” que generan un aumento ficticio de la boletería aérea, distorsionando este mecanismo al causar un gasto aproximado de 10 mil millones de dólares. Esta cifra representa el producto interno bruto de todos los países centro-americanos. Sumado a ello la presión ejercida financieramente por las líneas aéreas, las cuales llegaron a cotizar los costos de los boletos muy por encima de sus precios internacionales, así por ejemplo un pasaje Caracas-Paris podía costar hasta 4 mil dólares es decir el triple de lo que debería costar. Destinos como Perú, Ecuador o Panamá los vuelos estuvieron copados durante meses producto del accionar de estas mafias que generaron una demanda ficticia y que tuvo repercusión en la deuda asumida por el Gobierno revolucionario.
Pero existe otra realidad la de las líneas aéreas internacionales quienes se reunieron este mes en la capital de Qatar celebrando la 70 asamblea general de la IATA, organismo que agrupa 240 compañías correspondientes al 84% del tráfico aéreo mundial. Entre la información generada en esta cumbre para el 2014 se prevé que las aerolíneas transporten más de 3.300 millones de pasajeros este año, con un margen de aumento de 2,4% con relación al 2013, es decir de de 5,42 dólares por pasajero transportado. Las ganancias globales de este sector para este año se ubicaran alrededor de los 746.000 millones de dólares. Para Latinoamérica estiman una ganancia de 1.000 millones de dólares. Solamente Venezuela aportaría 400 millones por este concepto.
El mercado turístico internacional está en pleno crecimiento. Vemos como por ejemplo el gasto anual en millardos de dólares de los primeros 5 países que apuntalan esta actividad. El primer lugar China con una cifra de 84 millones de personas que gastan anualmente 102 millardos de dólares. Alemania 83,8. EEUU 83,7. Reino Unido 52,3. La Federación Rusa con 42,8 millardos de dólares. Nuestro país con un promedio de gasto por turista en el extranjero de 1.642,17 dólares, genera alrededor de 3.171.353.874 dólares anualmente. Una suma nada despreciable, y un dato que maneja las aerolíneas internacionales. Es por ello que a pesar de sus reclamaciones no han retirado sus servicios del país, muy por el contrario, otras compañías ya han manifestado su deseo de abrir operaciones comerciales en Venezuela.
Estos hechos que revelan una desestabilización financiera inducida en el sector turismo y un saqueo a la nación, es hora de pensar en la implementación de una verdadera política pública que apuntale el sector turismo, su infraestructura y el recursos humano que en el labora. Bajo estas condiciones el turista nacional opta por elegir destinos internacionales, llevándose consigo el valor agregado que genera a la industria y la no inversión en nuestro país. Que estos grandes aportes en divisas sirvan para que se inicie un verdadero desarrollo de la actividad turística fortaleciendo y apuntando a la masificación del turismo interno como la proyección de Venezuela como una potencia turística que logra captar gran parte del turismo mundial. Con ello se abriría otra compuerta en la generación de divisas distinta la tradicional rentismo petrolero. Ya el presidente Nicolás Maduro giro las directrices precisas para que la contra-ofensiva económica absorba también este sector y es considerado uno de los motores en los cuales se apoyara el despegue de la economía nacional. Es lamentable que producto del afán de lucro y la irracionalidad de los sectores y grupos parasitarios de la economía nacional se vean afectados venezolanas y venezolanos que realmente si utilizaban de manera legal sus cupos para el disfrute de su tiempo libre y de recreación, para así lograr un pleno desarrollo humanista y un intercambio cultural dentro de la formación integral del ser humano que aspira el socialismo bolivariano.