No hay palabras, es innegable la incapacidad del gobierno de detener o al menos minimizar el terrorismo que la oposición decidió implantar en el país, el cual a mi juicio, llego para quedarse.
Ya no solo es la guerra económica que lleva largos 2 años aplicada donde más duele: en la alimentación y las medicinas. Es una telaraña de saboteo, abuso, extorsión legalizada y legitimada, y cada día los tentáculos abren nuevos caminos para ahogar a la población. Pero lo lamentable de este caos es que en mi caso no me veo representada por ningún órgano institucional encargado de tomar las medidas que ataquen ese flagelo.
Hoy me quiero referir a un nuevo caso de las cuotas Balón que están implementando las aseguradoras, muy particularmente en el caso de los seguros de vehículos. Desde hace 3 años vienen implementando un supuesto ajuste semestral, justificándolo en la inflación y en la inseguridad desmedidas. Pero si te niegas a aceptar ese nuevo ajuste-estafa, te ponen miles de obstáculos para responderte ante un siniestro que lamentablemente pueda ocurrirte.
El caso, y me imagino que eso lo saben las autoridades, es que la nueva modalidad es que a partir de este año ese ajuste “se hará cada 3 meses, para poder garantizar un buen servicio de atención a la clientela”. Habrase visto mayor estafa sin que exista un órgano del estado encargado de aplicar sanciones. Ya las líneas aéreas se salieron con las suya y definitivamente no puedes adquirir ningún pasaje para viajar fuera del país, a menos que lo compres en dólares, pero nuestra moneda es el Bolívar. Me imagino que el gobierno en un intento de dar un inicio de salida a esta situación reabre la línea aérea venezolana, que en un tiempo fue sentimiento nacional, y ejemplo de calidad de servicio, con el nombre de Conviasa, la cual está gerenciada por personas que para nada les interesa que las cosas funcionen, es decir, saboteadores de oficio, pues desde la atención al cliente en las oficinas cuando vas a requerir alguna información hasta el servicio aéreo que prestan es evidente la mala gestión destinada a crear malestar en los usuarios.
No hablemos de los servicios médicos a través de los hospitales, CDI y demás eslabones de la red de asistencia a la salud. Los ingentes recursos que se destinan a estos fines no compensan el buen servicio que se espera se dé a los usuarios viéndonos obligados a acudir a los centros privados, cuya decadencia en el servicio es también muy notable, pero al menos hasta el momento que tengas fondos en el seguro que te protege, puedes ver algo parecido a una atención médica, aunque con una ausencia total de la calidad humana en el mismo.
Pero no me quiero desviar de mi propósito de hoy. Ya yo he decidido que para el próximo año tomaré solo el seguro de responsabilidad civil y eso porque es obligatorio, pues mis ingresos, aún privándome de cuanto se salga de lo estrictamente necesario a la sobrevivencia humana de una sociedad moderna, vale decir; comida, vestido, calzado y servicios de vivienda como luz, gas, teléfono, condominio y creo que no mas, (pues afortunadamente tengo buena salud y no he tenido que caer en la maraña de las medicinas) no me alcanza para cubrir los costos especulativos para asegurar mi carro que es uno de los mas populares que ruedan por nuestras vías. A eso se agrega que los insumos necesarios para el uso de estos vehículos, tales como cauchos, baterías, repuestos, lubricantes, aceites, etc, están también en manos de especuladores, y hasta ellos tampoco llega la mano de las sanciones.
Por los momentos lo que propongo a los interesados, es crear un Comité de Defensa del usuario de seguros y emprender una cruzada como la que en aquellos tiempos de los estertores de la IV República, conformaron los que eran sometidos a las Cuotas Balón inmobiliaria o posteriormente las mujeres afectadas por las prótesis mamarias, y en ambos casos los resultados fueron favorables a los usuarios. Aunque en estos momentos no tengamos lamentablemente al comandante.
El Estado no puede continuar con el dispendio entregando dinero a quienes no lo van a revertir en beneficio a la población, llámense estos empresarios, pseudos-empresarios, Fundaciones, Consejos Comunales, cooperativas o cualquier figura que haya aparecido y a los cuales se les hace muy fácil obtener dinero para “fines” prioritarios que beneficien a la población, pero los resultados indican que el desvío de estos fondos es palpable. Los logros no están en proporción directa al dinero que se destina para ello. La idea del Comité de usuarios se me ocurre que es una vía para la defensa de nuestros derechos.
Estimados usuarios, este no es un problema de chavistas u opositores. Los que están sometidos a esta guerra con los diferentes matices con que se nos presenta, deben unirse para detener esta nueva manera de extorsión y estafa. No se puede llamar de otra manera.
Ellos volvieron con otras maneras de actuar y nuestro lema de NO VOLVERÁN, se quedó como un cascarón o como dicen otros: nunca se han ido.
Marina Guaithero de Maica
marinamaica@hotmail.com