Para que te alcance el sueldo y no vuelvas a votar por Maduro

Solo para quienes tienen el lujo y la fortuna de perder un día de salario para calarse una cola tan escatológica como kilométrica, que para asombro de incrédulos y físicos crece y avanza más para atrás que para adelante, con un sol que no precisamente por la generosidad del gentilicio maracucho, sino por el desgraciado y neoliberal Recalentamiento Global, sitúa a por lo menos a cuarenta grados la hoguera en que se te ha convertido la permanencia en este, literal, infierno; logras saber, con pretensiones inclusive "científicas", lo que significa: cómo opera, a quiénes recluta, qué es un bachaquero, cómo actúa un bachaquero, cuánto puede ganar un bachaquero, la diferencia entre el que actúa por su cuenta y el que se haya asalariado por una mafia pequeña o bien organizada, sus estrategias y demás particularidades organizativas que costarían un poco más de tiempo y dedicación descubrir pero que igualmente afloran con una desvergüenza tal que evidencian la magnitud de su atrevimiento, descomposición social y, sobre todo, la injustificada tolerancia del Gobierno.

En fin, este alucinante mundo cuyos intríngulis y siniestros recovecos configuran parte de esta Guerra Económica que durante tanto tiempo, tantos dolores de cabeza están ocasionando, más que todo a una clase media trabajadora que oscila y pertenece a ambos lados del pendular político de la nación, y que actualmente es el principal motivo político para que el gobierno encuentre en su transitada historia su peor popularidad desde que ascendió al poder. Fenómeno que para desgracia, y a razón de haber desconsiderado la magnitud y peligrosidad de esta verdadera gangrena, cada día adquiere más adeptos y tratantes que como verdaderas pirañas se abalanzan sobre su objetivo y en cosa de horas son capaces de acabar con provisiones de una Quincena y hasta un Mes en todos los supermercados del país. La única manera de combatirla, antes que nos termine completamente destruyendo, es cauterizar a partir de sanciones disciplinarias drásticas, ejemplarizantes y con celeridad. Una manera aunque poco romántica e impopular sería la única solución posible y que seguramente ya tiene en mente y sumamente preparada la Oposición, de no lograr acabarla nosotros.

En este mundillo particular y corrompido que no encuentra parangón dentro de las relaciones comerciales lícitas conocidas en nuestra contemporaneidad, se vale todo. La ley la impone quien tenga el poder económico para hacer lo que se le antoje, siempre y cuando pueda pagar generosamente por ello. Desde comprar un "cupo" hasta encontrar protección por parte de policías si el amedrentar de matones no resulta, el grado de corrupción alcanzado ha sido tal que el crimen organizado ha encontrado atractivo financiamiento en esta sencilla, menos peligrosa y lucrativa actividad. Es claro que para el bachaquero resulta imperioso tanto comprar artículos regulados como alejar definitivamente a quienes no participen de este patógeno negocio, y para ello, amedrentar y vejar al ciudadano común resulta tan necesario como obligado. De esa manera les será más seguro e inmediato vender luego lo que "hicieron" en el día, una abusiva manera de procurar transformarse en los intermediarios, las alcabalas obligadas para adquirir los rubros que tanto se necesitan en el hogar y para uso personal.

De igual manera es característico que dentro de sus conversaciones se halle el obligado despotricar al gobierno, la manera más fácil y frecuente para identificarse entre ellos, relacionarse y, al mismo tiempo, sirve para detectarlos a leguas. Bien sea porque así inocentemente suponen encontrarán una manera de justificar su ilícita actividad o simplemente para sorprender cualquier infiltrado -funcionario del gobierno- que, podría delatar su identidad sintiéndose ofendido, y que pretenda husmear más de la cuenta.

Es claro y notorio la complicidad existente entre empleados y bachaqueros, de lo contrario no podría estarse mutando con la asombrosa celeridad como eluden las estrategias correctivas del gobierno. Pero resulta que el bachaqueo es la forma más coloquial y llamativa como distraer al gobierno y la opinión pública de un crimen a mucho mayor escala que verdaderamente es el que está financiando un Golpe de Estado que de manera lascíva viene acariciándose. El contrabando de extracción y acaparamiento por parte del empresariado conspirador que mientras obtiene fabulosas ganancias al vender a poderosas y "enchufadas" mafias buena parte de su inventario, destruye sin misericordia alguna la economía del país. Al tiempo que igualmente logra ridiculizar al gobierno que además, y como si fuera poco, tiene por "obligación" otorgarles dólares preferenciales para lucrar aun más su inmensa estela de putrefacta corrupción. Mientras los bachaqueros se apropian de una parte menor estos, verdaderos cápsulas, empresarios, teniendo la coartada perfecta, desaparecen el gran resto. El bachaqueo por así decirlo, resulta el señuelo necesario que permite distraer una modalidad aun más rastrera y desvergonzada que es sembrar el descontento y la desesperanza política, y propiciar un verdadero estallido social en Venezuela.

El bachaqueo, por ende los bachaqueros, urgentemente deben ser considerados y juzgados por delitos de lesa humanidad y por tanto deben todas las instituciones del gobierno nacional y estatal cruzar datas de aquellos que se presuman incurran en esta delictiva actividad, al estar adquiriendo o saqueando excesivas e injustificadas cantidades de rublos, notificándoles de un proceso de averiguación y posibles sanciones disciplinarias a la que están incursos. Por tiránica y titánica que parezca debe el Estado enérgicamente debe acabar con la impunidad que reina y promueve este corrosivo y contagioso delito. Primeramente sancionarlos, de continuar en esta actividad, realizar solo una compra quincenal. Las datas hasta ahora recopiladas por el registro de capta huella en cada uno de los supermercados y demás abastos deben manejarlas, como habíamos dicho, por todas las instituciones, para depurar de nuestras Misiones y políticas de inclusión toda esta bandada de zánganos. De lo contrario continuará sucediendo que el principal consejo de los bachaqueros: "venite pa'que te alcance el sueldo y no volvaís a votar por Maduro". Un kilo de leche a 2500bs, un desodorante a 1500,...



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Waldo Munizaga


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