La Tacarigua de Margarita amaneció con una sonrisa de neblina en sus cerros, pues la visita de una lluvia, que ha sido poca frecuente en los últimos tiempos, llegó con sus acaricias acuáticas y le besó las mejillas al hermoso pueblo isleño, y, de paso, después de varios días sin agua, la gente de Hidrocaribe surtió del imprescindible líquido a la población.
El Periodista que revisaba las noticias en su computador, observaba con alegría como una paloma que frecuenta su vivienda, se bañaba llena de felicidad con la regadera natural. Excelente clima para empezar otro día de trabajo.
El celular resuena y en pantalla aparece el nombre del Sr. Pablo, su amigo jubilado del Seniat, quien después de saludarlo le dice: "Aristóbulo Istúriz debería ser el superintendente del Seniat, a pesar de todo lo que ha dicho y lo que han dicho sobre él".
El reportero rápidamente lo interrogó: ¿Qué te lleva a pensar eso?
- Porque sucede que él, hoy, como ministro, mostró sus tablas salariales, que a lo mejor no es mucho, pero por lo menos hay una escala, lo cual no sucede en el Seniat con los Jubilados, quienes todos van a ganar sueldo mínimo, mientras, según Aristóbulo, el docente con menos horas va a ganar Bs.S 28.638,67 y uno que tenga, por ejemplo 53 horas, va a devengar Bs.S 64.0009,39. ¿Qué te parece?
El periodista, pensando en la tristeza larga, de tanto venir andando, del señor Pablo, apuntó: "La verdad es que no me explico, señor Pablo, porqué con ustedes hay tanta exclusión, tanta indolencia, tanta indiferencia y tanto maltrato e irrespeto, después de tanto trabajar y que merecen vivir mejor y disfrutar sus años que le quedan de vida".
- Si amigo y ni siquiera son capaces de darnos una esperanza.
- El periodista cambió de tema y le preguntó al señor Pablo por su amigo enfermo, también jubilado del Seniat, y le señaló: "Está muy delicado, no tiene para comprar alimentos ni medicinas, como te dije, por eso vamos a organizar una colecta para ayudarlo. Pero te dejo amigo, sólo te llamé para contarte lo de Aristóbulo".
El periodista pensó en el drama que vive su amigo el Señor Pablo y su compañero, y pensó: ¿No habrá quién se apiade de los jubilados del Seniat?